viernes, 19 de octubre de 2012

Capítulo 28


- Creo que esas medicinas te ponen peor.- me miró con seriedad, como solía hacerlo ahora; y no era que me incomodara, era simplemente que ya no podía reconocerlo.
- Quizá ya habría estado muerto si no las tomo.
- Ya lo sé, pero yo no me fiaría tanto de Robert.- tomó el cepillo y caminó al espejo, mirándose antes de cepillarse. Negó ante su figura y apretó la quijada.
- Que asco…- musitó.
- ¿Qué?- él me miró con las cejas arrugadas y con un puchero en los labios; dejó el cepillo en el tocador y después se tomó la cara con las dos manos. -¿Te da asco tú propio reflejo?- reí. Él se puso serio, concentrándose solo en el reflejo que sus ojos veían. Después solo se cepilló un par de veces y se puso la capucha de su jersey. –Tu madre dijo que te llevara a la universidad.
- No quiero ir.- tomé su mochila y me la colgué en el hombro.
- Tómate esa pastilla y larguémonos de aquí.- asintió, como un crío regañado, y se la tomó sin necesidad de agua.



Entramos a mi auto. Arranqué en dirección a la universidad de mi hermano con poca prisa, a pesar de que ya iba algo tarde. Me gustaba el recorrido que se hacía hacia allí; las calles estaban completamente limpias y sin algún hueco en ellas. Las casas estaban lindísimas, ¿y qué podía decir?, simplemente era un barrio de los altos y todo tenía que encajar como tal ahí.
Me detuve en una luz roja y saqué las manos del volante. Saqué un suspiro cansino y miré el semáforo de nuevo. Luz amarilla. Luz verde. Apreté el acelerador, pero al tiro volví a pisar el freno, haciendo que ambos nos fuéramos torpemente al frente. Comencé a tocar el claxon.
- ¡Avanza hijo de puta!- Grité. -¡¿Qué esperas cabrón!?- apreté el claxon y le deje sonando por un largo tiempo, hasta que el imbécil se movió y aceleré, pasándolo al tiro. –Por su culpa llegarás tarde, eh, no me eches la puta culpa a mí.- Y pronto veía la universidad ahí. Bajé la velocidad y esperé paciente a que entraran los autos al aparcamiento.
- Cof…cof…- Tosió, y su respiración comenzó a fallar de nuevo.
- Tu madre dijo que trajeras un abrigo.- pero no me hizo casi y siguió tosiendo con fuerza. Me detuve en una esquina sin apagar el auto. Ahí estaba Georg, con cara de huevón y ojeras enormes en los ojos, y un café en las manos; apreté el claxon, a lo que por respuesta, el saltó y derramo algunas gotas de café en su mano. Después se acercó.
- ¿Qué quieres, Tom?
- Eh, Bill, baja de mi auto ahora, ¿sí?- asintió, tosiendo fuertemente por última vez. Sacó su mochila y me miró por unos segundos, quizá esperando a que me despidiera, pero no lo hice, así que bajó y caminó a con Georg. –Eso, eso era lo que quería, adiós.- y me decidí a salir de ahí.
Coloqué la música en alto y subí las ventanillas. Mierda, era una fila enorme para salir de este lugar. Miré a unas cuantas personas entrando a paso rápido y otras más fumando tranquilamente antes de entrar. La música fue interrumpida por noticias aburridas, así que cambié la estación, y avancé un lugar más en la fila.
- ¡Ya era hora!- salí de la fila y también de la universidad. Comenzaron a golpear la cajuela con una fuerza inmensa. Se me habían subido los humos con ello, pues mi camioneta era lo único que valoraba de mis cosas. Abrí la ventana para mirar. -¡¿Qué coño te pasa, hijo de puta!?- Después vi a Georg acercarse al la ventana.
- Lo siento, Tom, pero debes salir del auto.
- ¡¿Por qué?!
- Solo sal, coño.
- Dame una razón.
- ¡TU HERMANO ESTÁ MALO!, ¡SI NO TE LO LLEVAS PODRÁ DESMAYARSE! ¡SE HA DESBANECIDO!- Aparqué el auto y me salí de él. Me eché a correr seguido de Georg. Mierda, aquí era donde me daba cuenta de que necesitaba un poco de condición física. Ahí estaba en el suelo, junto a una mujer y el hijo de puta de Robert a un lado.
- Respira, cariño, tranquilízate, ahora viene tu hermano, ¿sí?- Bill se tomaba la cabeza, y gemía con agudeza.
- ¡N-no puedo…!
- Mira, aquí está tu hermano.- me acerqué y le tomé el brazo para ayudarle a levantarse.
- ¡Ahh…Tom…!
- ¿¡Puedes levantarte o no, coño!?
- No le trates así, ¿no ves que está malo?- Dijo la mujer, y yo la ignoré. Bill negó, llorando con la tez roja y las lágrimas en sus ojos.
- ¡Georg, ayúdame!
- ¿Qué hago, Tom?- dijo asustado.
- Solo ayúdame a llevarlo al auto.- asintió y ambos soportamos a Bill en nuestros hombros; él lloraba y gemía con fuerza, nunca lo miré así.
>> Si ha de llorar por el dolor de cabeza, no esperes y llévalo al médico rápidamente<<
Mierda, era por el VIH, ¡que eres estúpido, Tom! Al llegar al auto, abrí la puerta trasera y lo recosté ahí; después miré a Georg nervioso, coño que no sabía qué hacer. Me saqué las llaves del bolsillo de mi pantalón y asentí.
- Gracias y, agradécele a esa mujer también si la vez.
- ¿La madre de Robert?- preguntó indeciso.
- ¿¡Es la madre de Robert?!- asintió. –Pues qué más da, ¡agradécele!, tengo que llevar a mi hermano a casa.
- Bueno.

By Bill

El médico me dijo que estaba bien, pero que tenía que descansar por el resto del día. Mierda, me ponía malo estar en esta situación. Al llegar a casa, Tom me ayudó a subir a mi recámara y recostarme en mi cama; después se quedó dando vueltas por la habitación, serio, pensativo, enojado. Negó a sus pensamientos y luego me miró, echando un suspiro.
- Ya me cansé.- dijo con firmeza. –Ya me cansé de lo que estás haciendo.
- No estoy haciendo nada…- dije con miedo.
- ¡Exacto!, ¿Es que acaso te valoras?- se quitó un par de rastas de la cara y siguió. –Te estás muriendo, Bill, ¿no te das cuenta?
- ¡Me pasa por los medicamentos, no porque esté muriendo!
- Te lo he ocultado por casi un mes entero, no pienso hacerlo más.- el pecho se me apretujó y los nervios reemplazaron la calma.
- ¿A qué te refieres, Tom?, ¿Piensas decírselo a mamá y a papá?
- Tú se lo dirás.- negué.
- No, no les voy a decir nada, ¡y tú tampoco!
- ¿Qué te hace pensar eso, Bill?
- ¡QUE ME LO PROMETISTE!- se tomó la frente, perdiendo la paciencia.
- O se lo dices tú, o se lo digo yo, ¡es tu decisión!, pero ellos, como padres, deben saber lo que te pasa.
- No…no…todo está yendo bien ahora, no lo arruines, Tom…
- No estoy arruinando nada. Es exhausto tener que mentirles a nuestros padres todo el tiempo.
- ¡Entonces corre y diles, yo no les voy a decir nada!
- Eres un cobarde.- bajé la mirada.
- Vete…
- Me voy a traer a mamá y a papá para que se los digas tú.
- ¿Y qué les voy a decir, Tom?, ¡¿Qué me vendiste para volver a tener comida?! ¡¿Qué te importó un huevo que fuera tú hermano y dejaste que me llevaran!?- se quedó en silencio.
- Estoy dispuesto a que me odien el resto de su vida. No me importa lo que puedan hacerme.- se acercó a mí, pegando su frente en la mía.
- Por favor.- eché las lágrimas fuera de mis ojos. –Todo está bien así…
- Límpiate esas lágrimas y sé un hombre, Bill. De nada sirve que llores, porque lo terminarás haciendo y no es una pregunta, te lo estoy afirmando. Nuestros padres tienen el derecho de saber qué es lo que te pasa.- Me limpió las lágrimas y salió de la habitación.



- No quiero decírselos…
- ¿Por qué no?, ellos son tus padres.
- Sí, pero mi padre se puso muy malo cuando tuve relaciones, ¡¿Qué me esperará entonces cuando se lo diga?!
- Eres su hijo, un padre siempre apoyará a sus hijos.
- Me da miedo…
- Es normal, Bill, pero uno siempre debe afrontar sus miedos.- bajé la mirada. –No dejes que tu hermano te amenace de esa forma.
- ¿Y si lo toman mal y me gritan?
- Tienes veinte años, Bill; eres un hombre, y tú debes estar bien, porque hiciste lo correcto.
- Está bien…
- Escoge el momento indicado, en donde estén los tres juntos. Y si tus padres son muy sensibles, solo piénsate un poco más las palabras.- sonrió.
- Gracias.- me levanté del sofá y salí del consultorio.



- Vamos, Bill, casi se van a dormir.- lo miré con odio.
- Vete a la mierda, Tom…
- No sabes cuan feliz me pone que hayas decidido hacerlo.
- Te quemaré… les contaré todo…
- Es lo mejor.- me enfadé al saber que de verdad no le importaba.
- ¿Me vas a acompañar?
- ¿Necesitas que lo haga?
- Sí.
- Bien, entonces vamos.- intenté fingir una sonrisa, pero los nervios que me consumían el cuerpo entero no me dejaban ni siquiera encorvar los labios.
Caminamos lentamente a la habitación de mamá y papá. Entré sin siquiera tocar la puerta. Papá y mamá estaban abrazados mirando el televisor, el cual yo apagué, interrumpiéndolos de una forma estúpida. Mamá dejó de abrazar a papá.
- ¿Qué pasa, cariño?
- Tengo que decirles una cosa.
- Bueno, ¿y qué esperas?- dijo papá, algo preocupado. Mi corazón saltaba con miedo, completamente nervioso y asustado.
- Estoy enfermo…- mamá pareció tensarse con solo oír eso. Después miré a mi hermano, en busca de un apoyo inexistente.
- ¿Necesitas medicina, Bill?- preguntó papá, a lo que yo negué, y bajé la mirada con completa tristeza. Me levanté mi playera y les mostré mi vientre bajo, que tenía pequeñas ronchitas.
- ¿Te ha picado algo ahí?- dijo mamá, acercándose para mirar mejor. Yo volví a negar estúpidamente. Tom tenía razón, yo era un cobarde, pero decirle a tus padres que tienes una enfermedad crónica y normalmente mortal, no era nada fácil, supongo que una persona con  mucha valentía se acojonaría en una situación como esta.
- Necesitaré medicamentos… por el resto de mi vida…- mamá ladeo la cabeza, preocupada, realmente preocupada. Le echó una mirada a papá, quien le respondió con la misma preocupación. –Hace tres meses me…- puta madre, la voz se me cortó en el peor momento, mierda, mierda. Encima las lágrimas se me venían a los ojos como dos pequeños ríos.
Volví a buscar el apoyo de mi hermano, quien, quizá tal vez cansado, solo me dio una expresión, asintiendo para que prosiguiera. Yo negué, limpiándome las lágrimas, queriendo, con todas mis fuerzas, abrazar a mi hermano y largarme a llorar arrepentido de buscar su perdón. Si hubiera sabido que sus disculpas llegarían, jamás me habría dejado sodomizar por alguien más.
- ¿Qué pasa, Bill?, me estás preocupando.- dijo mamá. El nudo en mi garganta me estaba doliendo como el infierno; mi estómago se revolvía, y lo único que podía hacer, era  ver como los segundos pasaban sin que tomara las agallas para decirles lo que me pasaba.
Solo había dos opciones.
1.- Me apoyarían con esto, sin rechistar.
2.- Se enfadarían conmigo, me gritarían, y sería cuando yo alzara la voz y metiera a mi hermano en el problema. Mamá odiaría a Tom por el resto de su vida y le obligaría a separarnos a pesar de los dos ser mayores de edad.
- Tengo…VIH…
Fue uno de los momentos más tormentosos de toda mi vida. Un momento que sin duda recordaría por muchos años. Mamá llorando, cubriéndose la cara con sus manos; papá tomándose la frente; Tom mirándome a mí con seriedad pura y yo, temblando ante todo eso. Era un momento difícil, un momento simplemente difícil, no tenía mucha ciencia la explicación del porqué lo era.
- ¡No puedes, Bill!- gritó mamá.
- Tranquilízate, Simone.- dijo papá, quien se levantó y se acercó a mí, tomando mi cuerpo temblante. –Bill, ¿estás seguro?- asentí. -¿Cuáles pruebas te hiciste?- por más que quería, no podía hablar. Había deshonrado a mi familia, había maltratado el puesto de hijo. –Contéstame, por favor.
- La…la de la saliva y…sangre- Era tiempo de que me quitara las pintas de valiente. Del valiente que solo pude ser por escasos segundos, pero que a pesar de eso, me costó demasiado.
- ¿Las dos salieron positivas, Bill?- asentí.
- ¿Por qué no nos lo habías dicho, Bill?, ¿¡Por qué?!
- ¡Tenía miedo!
- ¡¿Miedo de qué?!, Somos tus padres…- decía mamá con sollozos.
- ¿Quién te la transmitió, hijo?- miré a Tom, buscando ahora el apoyo para decir lo que más me jodía. Pero Tom se acercó a papá.
- Yo, papá.- los tres nos quedamos patidifusos, si no decía algo antes, mamá se pondría a golpearlo, y lo que es peor, papá le ayudaría. –Yo hice que Bill tuviera esa enfermedad; en Frankfurt lo vendí porque me embargaron y, no teníamos una miga para comer.
- ¡Eres un enfermo!, ¡desgraciado, hijo de puta!- mamá se paró de la cama y se acercó a él, tomándole las manos.
- ¡¿Por qué coño no te vendías tú solo, imbécil?!, ¡¿Por qué no pensaste en tu hermano?!
- ¡Sabías que estaba en una depresión! ¡ES TU HERMANO GEMELO!, ¿ACASO LO QUIERES?
- ¡VETE DE MI CASA, IDIOTA, VETE DE MI VISTA!- sentí la mirada húmeda, y los ojos de Tom me miraron por escasos segundos. Yo comencé a llorar, y al mirar a papá darle un fuerte azote con el puño en su cara, y otro más en la nariz, yo, comencé a berrear y sollozar, pero las palabras no me salían, estaba en ese estado en el que la voz no te sale causa de las lágrimas.
-humm…hmmm- luchaba contra mis impulsos estomacales. Hasta que vi a Tom, que no luchaba contra lo que papá le hacía y los gritos de mamá los ignoraba.
- ¡Vete a tu recámara, Bill!- lo pasé por alto. -¡QUE TE VAYAS, BILL!- me levanté del suelo y caminé.
- ¡Ahh!- escuché un gemido de Tom, y lo vi después tirado en el suelo. No siquiera me creía que papá fuera el causante de todo eso.
- ¡NO LE PEGUES, PAPÁ!
- ¡Dije que te fueras!
- ¡YA NO LO LASTIMES, ÉL NO HIZO NADA, PAPÁ! ¡¡EL NO HIZO NADA!!
- ¿¡Que te haya vendido no es nada!?
- ¡Tom no me vendió…hmm…me lo contagió Robert…snif!- Tom me miró, acariciándose la mejilla. -¡Con el que mantuve relaciones en el instituto!...snif… ¡Tom no hizo nada!, ¡Deja de pegarle!- me acerqué a Tom y lo ayudé a levantarse con la poca fuerza que me quedaba. Estúpidamente le intenté ayudar a llegar a su recámara, pero la ayuda se transformó de él para mí.
 Me salí corriendo de su habitación, como la persona acojonada que era de sangre, y me escondí bajo las mantas. Todo me había salido mal, de nuevo Tom me dejaría. Sabía que lo haría, sabía que no querría estar otro día más con las personas que lo procrearon, con las mismas personas que lo juzgaron sin escucharle. Y tampoco querría estar conmigo, porque no lo defendí al principio, porque dejé que él sintiera algo de dolor. 

Se iría y eso estaba claro.





4 comentarios:

  1. aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah ToT lloro lloro lloro. . .
    Tom es un muy buen hermano. . .
    Ahora que pasara?
    Tom se ira?
    Dios sube pronto
    cuidate y un abrazo :D

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  2. Hmm, no se que decir... Todo esta saliendo perfecto asta que apareció que tenía sida, joder. :S.
    No se que pensar..
    No se si sea un buen CAP o no...
    Esta mas que obvio que eres perfecta escribiendo pero.. no se.
    Tiene un tic.. Que.. Hace que no me guste :(
    Pero buena síguela !!
    No digo que esta feo eh! , síguela :3.

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  3. genial me encanta
    Tom se va ir???
    ahhhh me dejas con la duda
    espero el prox
    cuidate

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  4. neeeeeeiiiiiinnn me hiciste llorarrrrrr T_____T
    pobrecillo de bill pobre tom ;(
    esta genial el cap
    sigue asi
    bye cte:)

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