martes, 9 de octubre de 2012

Capítulo 23


By Bill

Han pasado dos semanas. Según mamá, papá y también Tom, soy más feliz que antes. He pasado de llorar más de cinco veces al día, a llorar dos, o a veces hasta ninguna; tampoco me he lastimado. Suena motivador de alguna forma; mi familia también se ve más tranquila que antes. Mi rendimiento en la universidad, según algunos maestros, ha mejorado; lo único que esperaba era que no volviera a pasar nada más con Robert.
Me acomodé en la hamaca de madera, subiendo los pies descalzos en ella. Era sábado, por lo que había levantado lo suficientemente tarde para quedarme solo en casa; todos se habían ido. Pero me importaba más poco, he aprendido que mi propia compañía puede hacer cosas que no podría hacerlo con otras personas.

2:21pm

Entré a la cocina en busca de un vaso con limonada fría; caminé hacia el estudio y me senté frente al piano de pared negro. Ahí arriba estaban unas fotografías familiares, en donde Tom, papá y yo sonreíamos sentados en el pasto, y la segunda, en donde los cuatro yacíamos parados frente a un monumento en Munich. De pronto escuché la puerta abrirse y las risas de Tom y mamá empapar la casa entera.
- ¿Crees que Bill haya despertado ya?- preguntó mamá.
- Es tan huevón que quizá sigue dormido.- dijo mi gemelo en forma de burla. Salí del estudio con el vaso en mano, y sonreí, esperando alguna explicación del porqué se habían ido, pero al mirar a mamá con una carpeta de la universidad en las manos, supe que algo había pasado. Entonces me acerqué.
- ¿A dónde fueron?
- Fuimos a recoger los papeles de la universidad. Pronto pasarás de nivel.- Bueno, al menos es una falsa alarma. -¿Tienes hambre?, hemos traído algo para comer.
- Algo.- sonreí. Mamá le pasó a Tom la bolsa con la comida, y después dejó las cosas de la universidad en la mesa de la sala y sacó su móvil, mirando la hora.
- Bueno, yo tengo que irme, ¿sí?, me necesitan para algo del trabajo. Pueden comer en la sala del televisor.- sonrió.
- Mamá, ¿te sientes enferma?- se burló Tom. Mamá negó con sarcasmo, pero sin quitar su sonrisa.
- Solo pórtense bien.
- Lo haremos.- asintió y abrió la puerta principal.
- Entonces me voy, adiós, los quiero.
- Nosotros también.- y salió.



- Vale, Tom, déjale ahí.
- Enserio no creo que te gusten esos programas, son tan aburridos.
- A mí me gustan.
- ¿Para qué quieres ver ropa que no puedes comprar? ¡A demás es de mina!- Lo miré, enfadado. –Oh, vamos, veamos otra cosa.
- Bien.
Escogimos un programa en el cual hacían algo así como entrevistas a personas extorsionadas y secuestradas. Me parecía absurdo que una persona vendiera su historia para salir en la televisión, pero al final, fuera verdad o no, me pareció interesante y solo me quedé en silencio, mirando hasta terminar de comer.
El programa acabó, y comenzó uno en donde cambiaban la imagen física a hombres y mujeres. Tom tomó el mando y apagó el televisor. Yo me quedé en silencio, mirándole confundido. Dio un trago a su vaso con soda y me miró, suspirando cansinamente.
- ¿Entonces pronto terminaras una parte de tu universidad?- dijo sin mirarme, recargándose en el sofá.
- Con suerte puedo sobrevivir a ella…- rió.
- Aunque no te lo haya preguntado, me gustaría saber qué es lo que vas a estudiar.
- Psicología, y quiero especializarme en Psicología aplicada o Psicología infantil.- ladeó la cabeza.
- Me creí muchas cosas de ti, pero jamás supuse que te interesaba algo como eso.- sonrió. –Me habías dicho que no soportabas a los críos.- reí.
- He cambiado un poco de opinión sobre ellos. ¿Sabías que la mayor parte de los asesinos, pederastas, o cualquier persona que lastiman a otros, lo hacen porque de pequeños fueron ignorados, golpeados y en sí, abusados?
- Entonces Robert quizá no tuvo una infancia correcta.
- ¿Te puedo confesar algo?- asintió. –Escogí a Robert y a Maurice como mi proyecto final.- frunció el entrecejo.
- ¡¿A ellos?!,  ¡¿Por qué?!
- No sé, pienso que es interesante investigar las características de sus hemisferios para saber el porqué de su comportamiento.- él sonrió, negando.
- Me agrada.- sonreí.
- ¿Quisieras ir a verme, Tom?, Estarán Georg y Andy, quizá (tu nombre) y Gustav no, porque estarán presentando también sus proyectos. Pero irán mamá y papá.
- Claro que sí me gustaría. ¿Cuándo será?
- Será en una semana, pronto saldremos de vacaciones.- sonreí. Pero la cara de Tom fue totalmente lo contrario a una sonrisa. Incluso hasta negó. -¿Qué?
- Bill, no podré ir.- fruncí el entrecejo. Sentí una pedrada en el estómago.
- ¿Por qué?
- Mi jefe solo me ha dado estos días para venir aquí, Tengo que volver al trabajo.
Mierda… ese nudo en mi garganta ya me dolía cuando tragaba, y las lágrimas estaban a punto de avecinarse
- Oh...está bien, no te preocupes.- sonreí.
- De verdad me habría encantado oírlo. Quizá me lo puedas mostrar después, ¿no?- asentí, con el corazón dándome vuelcos.
- Sí… supongo que no lo olvidaré para cuando vuelvas…- me reí más a la fuerza que realmente,  y lo miré. -¿Cuándo te irás?
- Mañana, por la madrugada- Sin poderlo evitar más, las lágrimas me brotaron de los ojos. Me avergoncé demasiado y bajé la cabeza, tratando de calmarme. Fue estúpido llorar por eso,  -Hey, no llores.
- No estoy llorando.
- De verdad me gustaría quedarme, pero tengo que arreglar algunas cosas allá. Quizá nos veremos en navidad.
- Es junio, Tom… ¿Ni siquiera nos veremos en nuestro cumpleaños?
- Vamos a cumplir veinte, no creo que me guste festejar eso.- rió. Yo bajé la mirada. –Oye, nos veremos. ¿En dónde quedó el Bill que estábamos encontrando?- mis labios temblaron.
. . .

Mi cabeza me punzaba. Aun no podía dormir.
Me quité las cobijas del cuerpo, me moría de calor. Los sonidos de los autos y motocicletas pasando a una gran velocidad, sonaban por toda mi habitación, ayudándome con el insomnio, pero aun así no cerré la ventana, sentía mi cuerpo empapado en sudor. Algo que solía ser verdaderamente extraño en mí, pues nunca me pasaba.
Me revolví en las cobijas, sacando el sudor de mi frente con  mis manos después de mirar la hora en mi móvil. Las tres con seis por la madrugada. Prendí las luces y me saqué la polera para dormir mejor; pero antes de meterme en la cama, bajé por un vaso de agua helado. Me lo subí a mi recámara, en donde empecé a beberlo todo.
- Hmm…- gemí de placer al sentir el líquido frío por mi garganta.
Me metí en la cama de nuevo, esta vez sin cerrar la habitación. Ahí solo se miraba la pequeña lucecita que alumbraba una pequeña imagen de un santo al que mamá tenía mucha devoción,  Hundí la cabeza en la almohada y suspiré, desesperado por no poder conciliar al menos unos minutos de sueño.
Me puse en el móvil a jugar ese viejo juego “Snake” para pasar el tiempo. No sé por cuantos minutos estuve picoteando las teclas en el móvil, que ni siquiera me di cuenta de la presencia en el umbral de mi puerta. Me quedé petrificado al mirarle los pies desnudos, casi me ponía a gritar, pero al escuchar su risa di un fuerte suspiro de alivio.
- ¿Qué haces despierto?- susurró, casi no pude escucharlo.
- No puedo dormir.- lo vi acercarse a mí, se metió en mi cama y miró mi móvil. -¿Te desperté?
- Te escuché bajar las escaleras. Me costó bastante despertarme para venir.- sonreí. – ¿Qué haces?
- Pasando el tiempo.- le mostré. -¿no deberías descansar, Tom?, hoy te vas…
- Me voy a las cinco.- platicando con susurros, se me pasó el tiempo bastante rápido, hasta que Tom decidió que deberíamos dormir, porque no me despertaría en todo el día. Se terminó mi vaso con agua, y después, optó por quedarse en mi cama para dormir; yo le dejé sin rechistar. Me di la vuelta en la cama, y en solo unos minutos, Tom ya suspiraba, lo sentí cerca de mí, lo sentí abrazarme por el estómago, acercándome a él para recargar su quijada en mi brazo. Sonreí, porque sabía que de alguna forma estaba consciente de lo que hacía, y también sabía que me gustaba sentirlo cerca. Me sentía seguro.


By Tom
- Tom, despierta, cariño.- una mano tibia me acarició la mejilla; me quejé y fruncí el entrecejo. Después abrí mis ojos y la miré.
- ¿Qué pasa, mamá?- dije casi sin algún timbre en mi voz, pues mi quijada seguía en el brazo de Bill, y podría despertarle.
- Ya son las cinco, me dijiste que te despertara.- sonrió. Sentí como el estómago de Bill cogía aire para suspirar con fuerza en mi mano, después gemir gravemente y tragar saliva. A pesar de que estuviera dormido, lo sentía como un momento lindo, uno que me hizo mirar a mamá y sonreír.
- ¿Te importa si me voy por la tarde?
- ¿Por la tarde?- asentí. –Pero tienes que ir a trabajar, Tom.
- Es domingo, aparte, quiero pasar la tarde con él.-  apegué más mi quijada en él. Mamá sonrió y asintió.
- Está bien, entonces duerme un poco más, aun quedan algunas horas para que el sol salga.
- Gracias.- asintió y salió de la habitación, cerrando la puerta con completa delicadeza. Acaricié el estomago de Bill, él se dio la vuelta, quedando frente a mí; hundió la cabeza en mi pecho y así se quedó por un largo tiempo.

- ¿No vas a despedirte de Georg o Gustav?
- ¿Por qué no puedes entenderlo, tonto?, quiero pasar la tarde contigo.
-  Hmmm, ¿por qué lo haces, Tom?- lo miré confundido.
- ¿Qué?
- No quiero verte… es decir… si quiero, pero, no quiero que te vayas…
- Tengo que irme, Bill.
- No vendrás a mi exposición…
- Vamos, mamá la grabará toda, ya sabes cómo es…
- No es lo mismo, me habría gustado impresionarte.
- Lo harás.- bajó la mirada. –No hagas esto, Bill.
- ¿Hacer qué?
- Me haces sentir mal.
- No, solo… no sé…, no te sientas mal…
- Bill, no empieces a tocarme las pelotas, ¿sí?, quiero pasar un buen rato contigo.
- No te estoy tocando nada. Además fuiste tú quien quiso pasarlo conmigo sabiendo cómo me pondría.- le tomé la mano, ahí tenía la pulsera que se unía con la mía para hacer al Yin y al Yang. Él me miró a los ojos. -¿Qué?
- Recuerdo cuando compramos esta chuchería saliendo del colegio. Fue algo fraternal, y yo siempre que la miraba me acordaba de ti.
- Yo también me acuerdo de ti.- sonreí.
- Cuando llegue a Frankfurt la sacaré de esa caja y la usaré hasta que nos volvamos a ver.
- ¿Y eso de que va a servir?
- Siempre que la mire, aunque no quiera, te recordaré, y será como si estuviéramos juntos.- torció los labios, y después sonrió.
- ¿Y la presentación?
- Vamos, Bill- dije cansinamente. Se comportaba como un puto crío. –No puedo, ¿sí?, entiende.- volvió a dejar caer su cabeza al suelo.
- Tengo que ir a casa…- se dio la vuelta.
- Yo también tengo que ir a la mía, y me gustaría que te despidieras bien de mí.
- Estás haciendo lo mismo que cuando me trajiste de vuelta aquí, ¿y sabes algo?, no quiero volver a sentirlo.- dijo enfadado.
- Y las dos las hice por necesidad, nunca por separarte de mí.
- Te deshaces de todo como si fuera mierda…
- ¡Bill, que tengo que trabajar, no me puedo quedar aquí siempre!
- ¡Entonces vete, no me importa más!- me mordí los labios, desesperado.
- ¡No te comportes como un puto crío y entiende!
- ¡Déjame!
- ¿¡QUISIERAS MADURAR UN POCO!? ¡Tienes casi veinte años y no puedes entender que necesito ganarme la vida yo solo!
- ¡No me importa, lárgate y deja de molestarme! ¡Vete!
- ¡Me estás haciendo enfurecer!
- ¡Vete a tu trabajo de mierda, el cual conseguiste a costa mía!
- ¡Cállate!
- ¡Me usaste para conseguirlo y no lo agradeces, encima te vas de nuevo!
- Bill, basta, ¡no me hagas perder la puta cordura!
- ¡De eso tú no tienes!- suspiré, y abrí los labios para terminar la discusión, pero él me quitó la palabra. -¡Vete a la mierda que tienes por casa!
Fue todo en un segundo, mi mano punzaba levemente y mi corazón latía con fuerza. Mientras mi hermano se tomaba la cara con las dos manos, abriendo los labios con completa sorpresa y sus ojos se llenaban de pequeñas lágrimas que no tardaron ni un segundo en caer.
- Perdóname, Bill… ven aquí…- me acerqué a él, pero negó y retrocedió.
- Hijo de puta…
- Lo siento…lo siento…- se salió corriendo. -¡Vete, no me importa!... maldita sea…- Oficialmente, siempre arruinaba todo por mi maldita desesperación.  Siempre termino mal, cuando lo único que quiero es un puto abrazo y un >>te quiero<< de su parte…quizá ese es el precio que pago por no poder expresarme.



2 comentarios:

  1. no no no no no Tomy Tomy Tomy, hay que dificil. . .
    Pobre Bill tan Bien que estaba. . .
    Pero no todo es color de Rosaaa!
    Me encanto, sube pronto. . .
    Cuidate y una abrazo enorme :D

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  2. T_____T NEIIINNN POR QUE TOM REACCIONO ASI?????
    OH MEIN GOD QUE PASARÁ DESPUES????
    espero el prox
    bye cte:)

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