Tomé mi mochila y salí a paso
lento del aula. Me sentía algo debilitado por el resfriado, esperaba llegar a
casa pronto. Caminé cabizbajo por los pequeños jardines, hasta llegar a la
parada del bus, en donde me senté y esperé paciente.
- He localizado la vivienda de
tu hermano en Frankfurt.- me viré rápidamente; Robert sonreía y me mostraba una
fotografía desde su móvil. Era realmente la casa de Tom. Mi corazón empezó a
latir con más fuerza, pero intenté no mostrarme débil.
- Esa no es la casa de Tom…
- Mañana iré a Frankfurt, ya
sabes, por el cumpleaños de un familiar. Quizá voy aquí- Apuntó la fotografía
en su móvil. –Solo para ver si realmente es la vivienda de tu hermanito.- me
levanté frente a él, molesto.
- Esto es conmigo, ¡no con Tom!
- Pero si lastimo a Tom,
evidentemente te lastimo a ti.- sonrió. –Sé que no querrías perder a tu novio, sé que te gusta que tu hermano te
la meta por atrás.
- Es a ti a quien le gusta que
se la metan. Tú eres el marica, no yo…
- Para qué mentir. A mí sí me
place, y por si lo olvidaste, en el instituto, fui yo quien te la metió a ti.
- ¡Pero lo hice por Tom!- me
tomó la mejilla, burlón, y yo no me corrí. Lo escuché.
- ¿Acaso te amenazó con no
volver a ponértela?- se carcajeó y después se metió al bus. Y yo preferí irme a
pie, no quería estar más con ese idiota.
By Tom
Domingo 02:00pm
Llamé al timbre, y en pocos
segundos el cuerpo de papá salía de la casa. Él sonrió, y se acercó para abrir
la pequeña reja con las llaves. Al terminar me dio un fuerte abrazo y me ayudó
con el bolso que llevaba.
- Creíamos que ya no vendrías.
Tu madre se preocupó demasiado.
- Tuve algunos inconvenientes.-
sonreí, y después cerré la puerta.
- ¡Tom, cariño, ven aquí!-
caminé hacia mamá y me dejé envolver en sus brazos, mientras me besaba la
frente. –Iré a por Bill.- asentí. Ella
subió las escaleras, y se escuchó su voz llamando a la puerta, pero nadie
contestaba allí dentro. Mamá, enfadada, bajó las escaleras y se acercó a mí. –Debe
haberse quedado dormido. Estaba tan preocupado por ti, creía que te habían
hecho daño.
- ¿Que me habían hecho daño?-
asintió.
- Sí, no sé porqué, pero estaba
al borde de las lágrimas.- torcí los labios, confundido. –Se ha estado portando
muy extraño últimamente.
- ¿Por qué?- pregunté, tan solo
para saber más. Ella se tomó la frente; en sus ojos había preocupación, pero no
quería mostrármela por completo.
- Siempre me quiere sacar el
correo, me dice que espera una carta, pero nunca hay nada para él; Y siempre
saca un sobre rojo y no me lo devuelve nunca;
su recámara huele a quemado algunas veces, y llora como un crío. Siempre
viene en silencio de la universidad y ha adelgazado demasiado y sin razón. Come
demasiado y muy sano, pero está delgadísimo.
- ¿Puedo usar tus llaves para
abrirle la recámara a Bill?- ella asintió.
- Están en mi recámara.- sonreí
y subí rápidamente. Después de tomar las llaves, caminé a la recámara de Bill,
en donde se escuchaban algunos susurros. Al abrir la puerta me percaté de que
el televisor estaba encendido, mientras él dormía con una playera blanca
holgada, que hacía que sus brazos se vieran como dos pequeñas ramitas, y sus
dedos, casi tan delgados como un lápiz; y un pantalón gris, en donde sus pies
se veían tan blancos y huesudos.
Me acerqué y apagué el
televisor, que hizo que Bill abriera los ojos y me mirara. Pareció que no me
reconoció por unos segundos, pero después de tallar sus ojos y estirarse, me
miró con sorpresa. Sus dientes comenzaron a castañear, y sus ojos comenzaron a
empañarse con lágrimas.
- C-creí que…- susurró, y
después bajó de la cama y me dio un abrazo. Le escuché sollozar gravemente,
pero aun así no le devolví el abrazo. Me acarició la nuca y apoyó su cabeza en
mi pecho.
- No llores más.- se separó de
mí y me miró a los ojos.
- Me dijeron que te harían
daño…- y de pronto, ahí lo comprendí. No lloraba por verme, lo que es peor,
lloraba por miedo a que algo malo me pasara.
- Nadie me ha hecho daño, Bill,
aquí estoy marica.- sonreí y le tomé las manos. –No llores más por eso.- le
limpié las lágrimas y cerré la puerta para después guiarnos a ambos a la cama.
-¿Cómo estás tú?
- Bien…
- Seré un poco más claro.- me
lamí los labios. –Escuché el mensaje que me enviaste.- bajó la mirada. -¿Para
qué me necesitas a mí?
- No es nada…- la puerta se
abrió y ahí estaba mamá, con sobres en la mano.
- ¿Hoy también quieres mirar el
correo primero?- dijo con una sonrisa. Bill se apresuró y tomó los sobres en
sus manos. –Bueno, estoy haciendo la comida, en un rato bajan.- asentimos. Mamá
cerró la puerta y Bill se echó en la cama, estornudó un par de veces, y después
miró todas las cartas y las iba colocando a su lado. Después se encontró con un
sobre rojo, y su respiración se hizo insana.
- ¿Esperas una carta de
alguien?- fingí que no sabía. Bill no me contestó, y se apresuró para abrir el
sobre. Desdobló un papel y después comenzó a llorar de nuevo, arrugando el
papel con enfado. – Hey, ¿ahora por qué lloras?- él no me contestó. –Déjame ver
eso.
- ¡No, Tom!
- No puede ser algo tan malo,
déjame verlo.- tendí mi mano.
- Pero después te vas de aquí…-
asentí.
- Me voy.- él miró mi mano aún
tendida, y después colocó el papel en ella. Lo desdoblé con rapidez y miré la cosa más extraña que nunca vi. Una imagen,
claramente truqueada acerca de Bill y de mí, en donde Bill me hacía sexo oral,
mientras yo metía dos dedos dentro de su esfínter. –Pero que… ¿¡Qué es esto, Bill!?
- ¡Me joden con eso todos los
días!
- ¡Te tuvieron que haber jodido
por una razón!, ¿¡qué es lo que has dicho acerca de nosotros en la
universidad!?
- ¡Yo no he dicho nada!
- Oh, por favor, Bill, ¡esto no
se lo inventaron por nada!... Estás enfermo…- abrió los labios con sorpresa, y
sus lágrimas se detuvieron.
- N-no estoy enfermo…
- ¡Solo mira esto!- le mostré
la imagen; él la miró, inexpresivo. –¡Algo tuviste que haber dicho para que
esto pasara!
- ¡Lo dijeron por tu culpa!
- ¡¿Mi culpa!?, ¡tú eres el
incestuoso de mierda!
- ¡Lo dijeron porque tú estabas
de marica dándome besos en el cuello, Tom!, ¡Nos vieron cuando me besabas!, ¡ES
TU CULPA!- me quedé en silencio, entrecerrando los ojos. Bill me empujó fuera
de su habitación y cerró con el pestillo.
Después bajé y busqué a mamá; ella estaba en la cocina, haciendo agua de
frutas; me miró y sonrió.
- Ya casi está lista la
comida.- asentí y después me senté en una silla de desayunador.
- Mamá, ¿puedo hablar contigo?
- Claro que sí, dime.- dijo,
mientras partía algunas manzanas.
- ¿Sabes si a Bill le molestan
en la universidad?
- Bueno, en la Pre-universidad
sí le molestaban terrible, hasta le golpeaban, es por eso que lo sacamos por un
tiempo. Pero no estoy segura de que lo molesten ahora. ¿Por qué?
- Eso sí lo sabía, pero, creo
que lo siguen molestando.
- ¿Él te lo ha dicho?- torcí
los labios y negué.
- Pero, no se me hace normal
que esté adelgazando tanto y se enferme tan seguido. Es que ni siquiera se
maquilla ahora.- ella asintió, dejando de partir las frutas.
- Últimamente ni siquiera quiere
salir con sus amigos o con su novia.- me quedé pensativo. Parte de que le
molestaran había sido mi culpa, y Bill trató de ocultármelo para que no lo
supiera. Me puse a jugar con el cierre de mi chamarra, mientras el silencio
tomaba su lugar en la habitación. Era inevitable que a todos nos preocupara el
bienestar de Bill, porque él era capaz de quitarse la vida.
- ¿Sigue cortándose los
brazos?- pregunté después. Mamá me miró seria y asintió.
- Un poco menos que antes, pero
ahora también se corta todo su cuerpo. El psicólogo dijo que era muy grave la
profundidad con la que se hacía las heridas, y podría atravesar un nervio.
- No puede hacérselas tan
profundas…- dije, casi en burla, pero realmente preocupado. Era un puto
masoquista, no me sorprendería que le gustara que le gritaran y maldijeran en
la universidad.
- Yo tampoco me lo creí, Tom,
pero un día me las mostro… parecía que se había arrancado la piel entera.- Abrí
los ojos con completa sorpresa. –Hemos intentado sacarle las navajas, pero
siempre encuentra algo con lo que hacerse daño.- la voz de mamá sonaba tan
triste. Era claro que ella era quien más se preocupaba, pues en tres años y
medio, Bill se había vuelto, del niño tierno, sano y feliz, a la persona débil,
pesimista y triste.
- Mañana pasaré por él a la
universidad, ¿sí?, sólo… quiero poner en claro algunas cosas.
- Está bien.-asintió.
. . .
By Bill
Rinnng….riiinngg
- Mhh…- me senté y apagué el
despertador. –Cof…cof…mierda…- ahora tenía tos, ¿¡Cuándo voy a acabar con
esto?!
Me metí al baño para darme una
ducha y al salir, me coloqué un pantalón de mezclilla oscura y una playera
holgada gris; me cepillé el cabello y me coloqué crema en mi cara. Me puse unas
zapatillas blancas y después salí del baño para hacer mi cama y tomar mi
mochila para irme.
- ¡Cariño, tu desayuno está en
la mesa!- gritó mamá.
- ¡Lo he visto enseguida,
gracias!- le respondí también con un grito. Me senté en la mesa y comí
lentamente. Tom llegó con un plato con pan endulzado y se sentó en la mesa,
frente a mí.
- ¿A qué hora sales de la
universidad?
- A la una… ¿por qué?- solo
negó y se centró en su comida. Su presencia me hizo sentir nervios, entonces
solo me levanté y salí de casa a paso rápido; tomé el autobús y traté de dormir
un poco más ahí.
12:52pm
- ¿Por qué no nos avisaste que
vendría? Y nos lo dices hasta ahora.- dijo Gustav con una sonrisa. Yo negué.
- Porque no creí que realmente
vendría…
- ¿Y cómo lo están llevando
juntos?- bajé la mirada, de nuevo ese hoyo negro me succionaba a sus adentros,
de nuevo sentía ese vacío en mi interior y ese dolor en el pecho que me hacía
quebrarme por la mitad.
- M-mal…- sentí la mano de
Georg en mi espalda.
- No lo pueden estar llevando
tan mal.- dijo Andy. –Es decir, hace ya un mes que regresaste de Frankfurt,
algo te tuvo que extrañar, aunque sea un poco.
- Pues no parece…- suspiré, tan
solo para no echarme a llorar. –Robert envió una fotografía a mi casa.- Andreas
abrió los ojos con completa sorpresa.
- ¡No me digas que Tom la vio!-
asentí. - ¿Qué te dijo?
- Me ha culpado de todo; me
dijo que era un enfermo…
- Vamos, tal vez solo se
alteró, no tienes por qué preocuparte tanto.- dijo Georg, con una pequeña
sonrisita esbozada en sus labios.
- ¿Saben?, ya no quiero hablar
más de Tom. Mejor voy por mis cosas al aula.- me levanté y caminé cabizbajo,
mirando las mis pesados pasos. Ni siquiera yo podía cargar con mi propio peso,
me sentía débil, sin alguna pizca de fuerza. Busqué en mi bolsillo las llaves
de mi casillero y al encontrarlas, las apresé fuertemente en mi mano.
- ¿Cómo estás, Bill?- le di la
espalda y tomé mi mochila. –Te estoy hablando, mal educado.
- Cierra tu puta boca. Déjame
solo.
- Algo me dice que estás
enfadado.- se burló.
- Dime, ¿cómo te fue matando a
mi hermano?- me di la vuelta y lo miré, retándole. Él se puso serio y bufó. Se
acercó a mí en un movimiento rápido y brusco, sentía su respiración cerca de
mí.
- Puedo destrozar lo último que
queda de tu absurda vida.- sonreí, levantando las cejas. Me pasé la lengua por
los labios, sintiendo mi perforación en ellos. De alguna forma me sentí fuerte.
- Oh, ahora ya no sé si
creerte.- dejé salir el aire por mi nariz. –Me amenazaste, me dijiste que le
harías daño a mi hermano, pero, al parecer te faltan los huevos para tocarle un
pelo. Eres un mentiroso, Robert, quisiera ver que tuvieras los cojones para
ponértele en frente a Tom.- su cara era inexpresiva, pero me dejaba hablar sin
problema. Me escuchaba. –Ya no me importa lo que hagas.
- Es todo, acabas de tocarme
las pelotas. Ahora te atienes a las putas consecuencias.- golpeó la pared con
su puño, justo a mi lado. Cerré los ojos con algo de miedo, pero después los
abrí, simulando que no sentía nada de eso. -Para la próxima, aprende a cerrar
el hocico antes de hablarme con pintas de macho.- se acercó peligrosamente a mí.
Me atrapó el labio inferior con sus dientes y comenzó a apretar su mandíbula, haciéndome
daño.
- Hmm, d-deja-me…- le di un
golpe en el estómago, pero él me detuvo las manos con las suyas y las apresó. Dejó
de morderme y me dio un beso, yo me corrí rápidamente, pero el volvió a hacer
lo suyo con sus dientes. -¡Gu…gustav!- lo miré de pie en la puerta, espantado.
-¡Por favor…ayúdame!- mi voz sonaba tan estúpida gracias a sus dientes
cortándome los labios. Me mordió mi perforación del labio y comenzó a jalarla.
-¡Ahh… déjame!- la mordió un poco más fuerte, y después la soltó, junto a mis
labios.
- ¿Qué hiciste?...- dije casi
en un sollozo. Mi labio me punzaba y sentía mi sangre brotar dentro y fuera de
mis labios. Escuché su mano en mi piel, haciendo un fuerte sonido. Me tomé la
mejilla y lo miré con miedo.
- ¿Seguirás de marica?, espero
que no, porque tengo muchas cosas preparadas para ti.- volvió a acercarse a mí.
–Maricón de mierda. Ni siquiera le
importas a tus amigos, solo míralos ahí.- me obligó a mirar a la puerta. Ahí
estaba Gustav, Georg, (tu nombre) y Andy, mirando con miedo. –Mucho menos ese estúpido
de lentes de mierda. ¿No le estabas suplicando?, ¡dime!- me apretó el cuello.
- S-sí…
- Y él no se hizo amago de
mover un dedo. ¡Oh, cuanto les importas!, no son más que unos hipócritas.- bajé
la mirada. –Nos vemos después, niñita.- me dio un rodillazo en la entrepierna,
que me hizo gemir y retorcerme.
Me quedé tirado en el suelo,
mirando cómo salía del lugar, en seguida escuché un fuerte gemido y un cuerpo
caer al suelo. Traté de reincorporarme para mirar, y ahí miré a Robert en el
suelo, tomándose la mejilla, y frente a él, estaba Tom, con las manos hechas
puño.
- ¿Quién mierda te crees para
golpear así a mi hermano?, ¿¡quien coño te crees que eres para inventar
estúpidos rumores de incesto sobre nosotros!?- abrí los ojos con completa
sorpresa; el dolor se me había pasado rápidamente, solo miraba a Tom, completamente
enfadado.
- Oh, Tom viene a proteger a su
princesa.- se carcajeó, mientras se levantaba. –Me dijo que extrañaba esas
pelotas en su boca.- La tez de Tom se puso roja.
- Te estoy dando una puta
advertencia.
- Quien da las advertencias
aquí, soy yo.- Tom le agarró del cuello y lo estrelló contra la pared.
- ¡No quiero ver que vuelvas a
tocar a mi hermano!, si le tienes ganas no es su culpa, ¡tal parece que le
extrañas desde la preparatoria!- Robert se quedó serio.
- ¡No vengas a defender a tu
princesa cuando lo único que has hecho es herirle!
- Oh, ahora te preocupas por
eso.
- Él folló conmigo para obtener el perdón el cual tu princesa asegura
no le has dado. ¡No te trates de ver como el puto héroe maricón!
- ¡Nuestros problemas
familiares pásatelos por las pelotas, a ti no te incumben!, No quiero volver a
ver ninguna fotografía truqueada como esas, ¡quiero que digas la puta verdad!-
le dio otro golpe en la cara.
- No estoy ocultando nada, yo
mismo te vi lamiéndole el cuello a esa perra.- me apuntó. -¡Y lo de la
fotografía es totalmente cierta, había demasiadas en las paredes, esa yo no la
toqué!- la cara de Tom se deformó.
- ¿Cuál fotografía?- dijo en
tono retador.
- Esa donde tu puto hermano
anuncia que será un invitado más para prostituirse.- abrió los ojos con
sorpresa. Robert se la sacó de los pantalones y se la mostró.
- ¡Si Bill se llegó a prostituir
o no, no es tu puto problema!, ¡Estas juzgando sin conocerle!, ¡coño, que ni
siquiera sabes si la foto es real!
- ¡La foto es real, y agradece
que tomé solo esa, que había unas más comprometedoras en donde se mostraba en
pelotas como una zorra!- un golpe en la nariz y no más en el estómago. La
sangre de su nariz comenzó a brotar. Después Tom se acercó a él.
- ¡HIJO DE PUTA!- lo tiró al
suelo y ahí empezó a patearlo; Robert se ahogaba en gemidos de dolor, y se veía
incapaz de hacer algo por su vida. Tom tomó el metro de la maestra, yo lo miré
asustado, él pensaba golpearlo con eso.
Y lo hizo, por donde sea le
pegaba, y parecía que Robert ya no se movía. Su cara estaba llena de su propia
sangre. Tom le escupía encima mientras murmuraba cosas sin algún sentido. Miré
a la puerta y miré a mis amigos pálidos y petrificados. Si Tom seguía así,
acabaría matándole; y de pronto, me vi a mí en el lugar de Robert, y a Robert
en el de Tom; a diferencia que Roberto yo estaría muerto de miedo, llorando,
pero él se lo callaba todo. Entonces, como un idiota comencé a llorar como un
crío, sintiendo de alguna forma el dolor de Robert, escuchando el metro chocar
con su piel y pequeños gemidos saliendo de sus débiles cuerdas. Y grité.
- ¡TOM, YA DEJALO!- pero él no
me escuchaba, solo me echó una mirada enfadada. Me arrastré hasta llegar él y
metí mi brazo a la pelea; tom alcanzo a golpearme con fuerza en el hombro y
después me miró. -¡DIJE QUE LO DEJARAS, TOM!- me sorbí la nariz.
- Hazte a un lado, Bill, está
pagando por todo lo que te ha hecho, ¡Este no es ni la mitad del dolor que tú
has sentido por su puta culpa!, ¡quítate!
- Por favor, ya no le pegues…vámonos
de aquí, Tom…- El soltó el metro y me miró, con las manos abiertas. Me levanté
del suelo y caminamos fuera. Georg se metió al aula, seguido por los demás. Yo
caminaba detrás de Tom, sacándome las lágrimas, mientras él iba erguido. Al
llegar a su auto, se quedó suspirando ahí, sin meter las llaves. Me miró y
después negó, echando el aire con completo enfado.
- Deja de llorar.- dijo con voz
firme.
- Casi lo matas…
- De no ser por ti, lo hubiera
hecho.
- Lo dejaste ahí tirado…
- ¡No te entiendo, Bill! ¿¡Es
tu puto novio o el hijo de puta que te hace imposible respirar?!
- Pero es una persona…- volví a
soltar lágrimas.
- Ni siquiera puedo defenderte
porque te cabreas. Entonces te dejaré para que el pobre de Robert no sufra.
- Gracias por defenderme… pero…
Es que tú antes no eras así, Tom…
- ¡CAMBIÉ, BILL!
- ¡Pero nunca habías golpeado a
muerte a alguien!, ¡me da miedo que llegues a matar a alguien por tu puta
reputación!
- No lo hice por mi reputación,
¡lo hice por ti!- bajé la mirada. -¿Es que no entiendes, Bill?... por ti soy
capaz de matar a alguien.- lo miré, con el corazón retumbándome con fuerza, me
sentí mal, esta vez me había roto completamente.
wooooooooooooow! DDD: ese Tom casi Lo mata!. . . . .
ResponderEliminarDios ya quiero saber que mas pasara?
Mueroooooo!
Cuidate y un abrazo :D
lalalallaa amo tu fic y no me canso de decirtelo!
OH POR DIOS!!! AMO A TOM ES MI HÉROE!! :DD Casi mata al estúpido de Robert WOOW! Pero se lo merecía haha! ME ENCANTO TANTO QUE MUERO POR LEER EL PRÓXIMO! Me emocione mucho! Que lindo que Tom defienda a Bill eso es tan tierno ME ENCANTO!--Yo por ti soy capaz de matar a alguien-- AME ESA FRASE!!! Me enamore mas de la fic :DD Espero subas pronto quiero saber que pasara! CUÍDATE MUCHÍSIMO Y TE MANDO UN MILLÓN DE ABRAZOS!!
ResponderEliminaraaawwww que tiernoo Tom defendiendo a su hermanitooo awww
ResponderEliminarmee encantooooo
espero el prox
bye cuidate:)
Dios!!!!! woooow me encanto
ResponderEliminarTom es capaz de matar a alguien por su hermano awwwww!!!! me encanto en serio ya espero el proxx ok esta genial cuidate