sábado, 22 de diciembre de 2012

¡HOLA!

¡Sus comentarios!
Mierda, no sé si soy más sensible que un crío, pero les juro que he llorado al terminar de leerlos; vaya, de verdad son las mejores personas que nunca conocí; su capacidad para hacerme sacar una sonrisa es extraordinaria.
Sé que no tuvo un final digno, o en si la fic no fue digna de estar colgada en internet jajaja pero su respuesta fue hermosa, de verdad preciosa, ¡Muchas gracias por todo el apoyo que me han dado!

La fic ya la he colgado. Este es el link: http://nohayimposiblesenelamor.blogspot.mx/
Si quieren, pásense a leerla. Una vez más, les digo que acepto TODO tipo de crítica (constructiva y destructiva) 

Me despido no sin antes darles de nuevo un agradecimiento enorme y un abrazo. ¡GRACIAS!

jueves, 20 de diciembre de 2012

Capítulo 57


- No hay forma de expresarlo, ni siquiera tengo los huevos para decirte lo mucho que…- suspiré. –Lo odio… Bill, lo odio…
>>- no me gusta que te lastimen.
- ¿¡POR QUÉ TE COMPORTAS ASÍ CONMIGO, TOM!? Es que no es gracioso, me haces sentirme mal.
- Yo ya no te quiero, Bill.
-¡Eres igual a él, Tom! ¡Igual a ese hombre, al que me llevó!
- Quiero estar contigo, sé cómo te sientes…
- ¡PÍRATE, IDIOTA, VE A CONSOLAR A TU JODIDA MADRE!
- Has cambiado demasiado, Tom…
- Si ya no me quieres, ¡al menos déjame solo, deja de lastimarme!
- ¡Adoro mirarte sufrir!
­- ¿sabes una cosa?, ¡estoy hasta los huevos de ti y tus estúpidas palabras!, ¡no ayudas a nadie, ¿sí?! ¡Lo único que haces es que las personas se cansen cada segundo más de ti!
- ¡No necesito la ayuda de un marica, ¿entiendes?! ¡NO NECESITO NADA DE TI!
-¡Por favor, Tom, dime que no me odias!, ¡dime que aun me quieres como antes, por favor!
- ¿Qué no te has dado cuenta de que Bill se ha puesto bastante deprimido?, no lo reconocía cuando llegó a la preparatoria por primera vez. Antes me habías dicho que darías la vida por él, ¿qué es lo que ha pasado?
- Bill no es más que un crío arrogante, un estúpido.
- ¿Es que acaso lo odias?, porque eso parece. Vaya que lo secuestraron, ¿y qué piensas que le han hecho ahí?, le pudieron haber golpeado, dejado sin comer, amarrado o hasta violarlo, y tú le recibes como a una mierda, ¡qué el necesitaba tu apoyo, mierda!
- Entiende hermano, ¡Folla a Robert!, no volverá a ser igual.
-¿por qué quieres que folle a Robert?, él tiene un novio. ¿Quieres decir que si follo con Robert seremos los mismos de antes, que me querrás como a tu gemelo?
- ¡Que él se corta los brazos!, se hace daño. Solo mírale los brazos, Tom, tu hermano es un masoquista. No me sorprendería que él solo se esté buscando el ser odiado por ti.
- Tuvo relaciones sexuales… con un compañero en el baño…
-¡No me siento querido… quiero ser feliz, papá!
- No quiero estar contigo, ¡todo esto ha sido tu culpa!
- ¡Todo esto lo he hecho por ti! -¡CADA PUTA CICATRIZ FUE PENSANDO EN TI, CREYENDO QUE MI HERMANO VOLVERÍA A QUERERME SI HACÍA LO QUE ÉL QUERÍA!
- ¡No me metas en tus estupideces, Bill!
- ¡¡NO ME PEGUES!!
- ¿Era eso lo que querías que hiciera?
- No, ¡vamos, Bill, que fue solo un expresión!, ¿Por qué querría que follaras con un hombre?
- El perdón no se obtiene obligando a otros a hacer cosas a ese grado, Bill.
-No quiero que vuelvas a tocar a tu hermano, ¿entendiste?
- ¡Me lastimas, Tom!
- ¿Por qué, Bill, por qué lo haces, eh?
- Por ti lo haría un millón de veces más…
- Vaya, que malo eres con él.
- me pone loco hasta pensar en él.
- mi hermano estaba bajo una amenaza.
- No creía que te importase ver a mi hermano, es decir… no es importante.
- No sabías que usabas droga.
- ¡Estás enfermo!, ¿no sabes todo el daño que te hace?
- Y qué, ¿cortarse los brazos es mejor?
- Qué patético, marica...
- Bill, sigues atrapado en el pasado. Las cosas no van a cambiar entre tú y yo.
- No soy yo quien te destroza la vida. Eres tú solo.
- A nuestra madre no les gusta que te cortes los brazos.
- Déjate de tonterías. Mamá siempre te quiso más.
- Cambiaste a ser… esto…
- Bill, duerme conmigo.
- ¡No me estoy preocupando por ti, me preocupo por papá, lo pueden lastimar por tu culpa!
- Me importa una mierda lo que hagas, me importa una mierda si te matan a ti o no, me importa una mierda si te hacen daño a ti, ¡no me importa!, pero no metas a la familia en tus estupideces.
- siempre vas a ser igual, Bill. Un maldito masoquista, un maricón que se pasa viendo los errores de otros sin pensar que los suyos pueden matarlo antes.
- Es algo con lo que no puedes pelear. ¡Son hermanos, Tom!, y sé que en algún momento los dos tuvieron días que aun ahora extrañas.
-¿Por qué lloras, Bill?
-¡Eres un puto insensible! Sería raro escuchar que tú tienes sentimientos, ¡siempre lastimas a los otros para sentirte mejor contigo mismo!
-¡Pero es que tú lo quieres solo para ti! ¡Es tu hermano, no tu mascota!
- ¿Sabes?, ¡lo que pasa es que tienes miedo de que te deje, tienes miedo de no tenerlo por y para ti!
- Acabarás muy mal, ¡todo el maldito día te lo pasas fumando y tomando!
- ¿Podemos abrazarnos entonces?, así nos calentamos un poco.
–humm, comencé a hacerlo… cuando me dijiste que me odiabas…
- ¿Y de qué trabajaras, Bill?, ¿De prostituta?, con esa imagen nadie te contratará para nada.
- Es que no tienes ni una gota de agua, Tom, ¿cómo piensas que van a vivir así?
- Fue por lo del puto mensaje, Dennis, ¡mi hermano puede morir!
- Le dije que regresara a Hamburgo, ¡pero solo no quiere escucharme!, vamos a morir aquí los dos, si no es por hambre o sed, será por frío, y si no es por eso será porque Maurice se las cobrará con los dos, no solo conmigo, ¡también con Bill!
- Lastimó a nuestro perro y golpeó a mi hermano. Si ha hecho eso, terminará matándonos a los dos. Tengo que hacer que Bill regrese a Hamburgo.
- Claro que no, Tom, no tenemos dinero ni para comer. Aun puedo aguantar.
- Maurice no te puede hacer daño otra vez.
- Quise estar contigo, no quise dejarte solo con esto… ¿crees que no sería fácil tomar un camión que me lleve devuelta a Hamburgo?... lo peor de esto es…que lo veía venir, Tom, ¡sabía que tarde o temprano esto sucedería de nuevo, y aun así no quise dejarte
- >>Estamos juntos en esto. Juntos hasta que esto se acabe<< ¿¡lo olvidaste?!
- No estás acabado, hermano, ese hijo de puta me va a escuchar después.
- No sé en dónde vivas, pero al menos en donde yo lo hago, aceptar que se lleven a tu hermano a vender su cuerpo a cambio de lo material no es lo correcto.
- Quiero alejarte de mí…te he hecho daño.
- Es que no es un juego, Tom. Abusaron de él, ¿y sabes por qué?, porque tú aceptaste que ese imbécil se lo llevara.
- Yo creo que conoces a tu hermano perfectamente. Él lo haría todo por conseguir un “te quiero” de tu parte. Por todo lo que me has contado, sé que Bill no haría nada para herir a otros, ¡y a ti te consta! Mira que perder su virginidad en el colegio para conseguir tu perdón no lo haría cualquiera por cualquiera. Y lo hizo Bill, por ti.
- >>Tom… se han enterado de todo en la facultad…Mi vida se fue a la mierda ahora… por favor, Tom… ¡te necesito!.. snif<<
- ¡No vengas a defender a tu princesa cuando lo único que has hecho es herirle!
- ¡Si Bill se llegó a prostituir o no, no es tu puto problema!, ¡Estas juzgando sin conocerle!, ¡coño, que ni siquiera sabes si la foto es real!
- Gracias por defenderme… pero… Es que tú antes no eras así, Tom…
- ¡Pero nunca habías golpeado a muerte a alguien!, ¡me da miedo que llegues a matar a alguien por tu puta reputación!
- No lo hice por mi reputación, ¡lo hice por ti!- bajé la mirada. -¿Es que no entiendes, Bill?... por ti soy capaz de matar a alguien.
- pero Tom sería capaz de matarme sin sentir remordimiento… Estoy solo…pero no porque yo quiera estarlo… lo estoy porque nadie me quiere, o al menos, nadie intenta hacerlo…
- ¿Por qué no puedes entenderlo, tonto?, quiero pasar la tarde contigo.
- Te deshaces de todo como si fuera mierda…
- Últimamente lloras por todo, Bill, y eso no es normal. Yo no sé qué es lo que tengas, pero te estás metiendo en un lío, y yo voy a averiguar qué te tienes entre manos.
- Tengo…tengo VIH…
- Te quiero…
- ¡Exacto!, ¿Es que acaso te valoras?
- O se lo dices tú, o se lo digo yo, ¡es tu decisión!, pero ellos, como padres, deben saber lo que te pasa.
–Yo hice que Bill tuviera esa enfermedad; en Frankfurt lo vendí porque me embargaron y, no teníamos una miga para comer.
- ¡¿Por qué coño no te vendías tú solo, imbécil?!, ¡¿Por qué no pensaste en tu hermano?!
- ¡YA NO LO LASTIMES, ÉL NO HIZO NADA, PAPÁ! ¡¡EL NO HIZO NADA!!
- ¡Pero es igual, ibas a irte sin decírmelo a la cara, Tom!
- Nunca creí que una de las personas más crueles en este pequeño barrio, se pondría tan sensible por culpa de su hermano.
- Es mi hermano, Emil, ¡mi hermano gemelo!, aunque no lo quisiera, está en mis venas al menos sentir pena y algo de cariño por él.
- ¡LO SIENTO, BILL, TE VALORO Y TE… TE ADORO! ¡Mierda! ¿¡Estás feliz ahora!?
- Tú, Tom, tienes miedo de lo que los demás piensen de ti. Te jode que los demás vean que tienes ese lado sensible, y que lo desarrollas más por él. Tienes miedo, te acojonas y escondes lo que sientes.
- Sí lo quiero… por eso es que me he ido. ¡Porque quiero lo mejor para él, Roxann…
-¡TE DIJE QUE NO ME BUSCARAS MÁS COÑO! ¡TE LO PEDI! ¡TE PEDI QUE NO LO HICIERAS!
- Aquí nadie quiere a nadie, Bill.
- Tratas muy mal a las personas.
- ¡ERES MI HERMANO, Y LO HICE PORQUE TE QUIERO!
- Una persona que te pide perder tu virginidad para que te perdone, no te quiere.
- El recuerdo no es la situación, sino el significado que te trae una fotografía   así. Aunque me habría gustado una sonrisa de tu parte.  Algún día nos tomaremos una juntos, y sonreirás.
- Bien. Aunque no sé para qué quieres una foto de ambos.
- Comenzarás a cortarte los brazos por la soledad en la que serás sometido, Porque no pienso tenerte a mi lado siempre.
- Estoy dejando de hacerlo, ¿ves?
- ¡No eres nada para nadie!, tienes que buscar siempre a alguien que te aguante por obligación, ¡date cuenta de que nadie lo hace! ¡Si yo lo hago es porque tengo que ver bastante en lo de tu puta enfermedad!
- ¡No sabes lo que dices, Tom!, ¡NO SABES NADA!
-¿Recuerdas que te olvidaron por pensar en mí?, ¡nunca te quisieron por ser el imbécil que nació enfermo!
-tu sentido de protección crece siempre que estás con tu hermano o hablas de él.
- Sí, has hecho muchas cosas por él, ¿pero te has detenido a pensar cuanto mal le haces diciéndole que no lo quieres cerca?
- Tú, aunque no lo aceptes, tienes un gran corazón. Siempre piensas en los demás. aunque no lo creas, él te ha cambiado. Y tú lo has cambiado a él.
–Tom, ya sé que no soy el hermano que todos quisieran tener…
- Estás fingiendo que no te importa nada, pero no es así.
- No me quiso revisar por tener Sida, Tom.
- No te estoy hundiendo, ¡tú te estás hundiendo solo, porque le prestas atención, quizá demasiada, a lo que dicen los demás!
- ¡Todos nos hacen menos! ¡a mí por ser el marica con sida, y a ti por ser su hermano!
- ¡No son diferentes, Bill!
- Venga, enano, ¿enserio me crees capaz de hacerte daño, o al menos intentarlo?
- ¿Pero qué dices, Tom? ¡Siempre me haces daño!
-¿por qué crees que te odio?  No te odio, enano.
- Voy a morir, Tom.
- Te  salvaría a ti, por supuesto.
-¿te da miedo estar conmigo?
- Nadie te va a ignorar, al menos yo no lo voy a hacer sólo por el hecho de que estás enfermo. Los demás no importan, primero piensa en ti.
- ¿Te doy asco?
- Aún así nunca dejarás de ser el hermanito menor.
- Vaya… quién conociera esa preocupación hacia el hijo mayor, ¿no?
- ¿Me dejarás con las ganas de ser tío?
- Para eso falta mucho. Si tenemos suerte morimos a los sesenta. ¿O te gustaría morir ahora, a los veinte?
- A mí tampoco, ¿imaginas no poder tener una familia? O lo que es peor, no podría estar en tu boda o… no mierda, eso ni pensarlo. Yo sí llegaré a los ochenta y seguiré siendo el abuelo de mis nietos hasta los noventa
- cinco o seis, serán tres niños y dos niñas.
- Uno siempre termina amando lo que odia, y odiando lo que ama.
- Te doy mi palabra. Aunque no sé por qué piensas en esto desde ahora. Te quedan muchos años hasta tener hijos.
- Él ya era independiente, ¡¿por qué siempre llegas tú a hacerlo depender de ti!?
- Sólo quiero sentirme querido, por quien sea. Pero lo necesito.
- Si me muero no va a ser gracias al Vih, va a ser gracias a algo peor que me pase allá.
- Si tuviera que salvar a una persona, emm, creo que tú.
- Te pareces más al Bill que dejé un día en Hamburgo.
-Sé qué te parece lindo, pero cuando estás sólo y disfrutas de tu propia compañía, no es necesaria una mujer a tu lado en lugares así.
- Creo que es mejor tener un hermano como tú a una pareja.
- Vamos, Tom, lo más importante es lo que crees tú y los que te quieren.
- Yo te quiero, y no me importa si es químico o no. Eres mi hermano y te adoro.
- Yo también te adoro, enano de mierda.
- Quiero sentirme bien conmigo, ¡quiero que los demás me miren y crean de mí lo que creen en ti!
–Entiéndelo, Tom, en esta vida tú te has llevado lo mejor…
- Me preocupas.
- Hasta ese año, aún podía presumir que tenía a la familia más amable de todas. Ya no.
- Me voy a matar si te matan…
- Eso no va a pasar. Nos mudaremos pronto, no nos va a pasar nada.
- No vas a perderme, ¿entiendes? lo que pasa entre Maurice y yo no tiene porqué afectarte a ti.
- Tú no vas a morir por mí, Bill; aunque te lo plantearas con seriedad, yo no dejaría que murieras por mi culpa, ¿entiendes?, las así son las cosas, y así se quedan.
- Estoy…estoy bien…
- Lo hago para protegerte a ti, ¡¿por qué no puedes comprenderlo?!
- Eres el único… pero al final, el más importante, hermano.
- Nunca me he ido, estoy aquí, contigo, intentando comprenderte, pero no puedo porque no me tomas en cuenta. No me iré nunca, Tom, ¿pero algún día te darás cuenta de que lo que hago, lo hago por ti?<<

Me deshice en el llanto más débil y ruidoso que nunca antes había sacado; era impresionante que no sólo sacaba la pérdida de mi hermano, porque hasta ahora, en este momento frente a su tumba, me daba cuente de que si algún día lo tuve para perderlo, ese día había sido muy lejano… yo ya lo había perdido desde la primera vez que le dije que lo odiaba.
- ¿Y de qué sirve que me haya dado cuenta hasta ahora?... Mierda, ni siquiera sé qué decirte…- me limpié las lágrimas, aunque nuevas volvieron a caer por mis mejillas. –Ni comprendo porque esto no te lo dije antes… Bill, soy débil, incluso soy un idiota, hablándole a tus ceniza sin saber si realmente me escuchas… quiero que sepas que, si te dije que te odiaba, te golpeé, te hice que te confundieras acerca de lo que siento por ti… o… te obligué a hacer cosas que tú no querías…lo hice porque... No te mereces a alguien como yo…
Eran inútiles las palabras, así que guardé silencio, tal y como él nos había pedido que hiciéramos; y tenía razón. ¿De qué mierda sirve decirle lo mucho que lo quería ahora que no está, si toda mi puta vida lo pasé odiándole?
- Hmm…snfif…- me limpié las lágrimas, y oculté todos esos sollozos, nada de lo que dijera o hiciera me haría quitarme toda la culpa que me consumía hasta los huesos. Yo soy el culpable de todo, el que prometió que nos iríamos y no lo cumplió sino cuando él ya estaba muerto.

Llegué a su departamento, sin ganas o fuerzas ni para respirar; adentro me encontré con mis padres y los amigos de mi hermano; me quedé de pie, mirándolos casi confundido, pero sabía por qué estaban ahí, y sólo caminé a la recámara de mi hermano, en busca de sus medicamentos de la ansiedad. Tenía que tomar algunos o me volvería un loco; busqué dentro de sus cajones.
- Mi playera…- estaba doblada perfectamente. Nunca me la devolvió.
El pecho me taladró la piel, y pequeñas lágrimas me cayeron de los ojos; negué para mí mismo, una vez más, decepcionado de mi propia persona. Mi madre entró a la habitación, sonriendo con ternura, pero yo aparté mi mirada de ella, quien se acercó a mí y se sentó a mi lado en la cama.
- ¿Estás bien?- me preguntó, con la voz ronca y débil. Yo negué, intentando no hablar para no echarme a llorar.
- No.
- Mira.- sacó su monedero, y de ahí, una fotografía de nosotros dos a los ocho; mis labios comenzaron a temblar. –Él te quería mucho.- negué, y de su mesa de su maleta, tomé la fotografía, esa que nos habíamos tomado juntos en la tienda de fotografía. Ella sonrió, llorando de nuevo. –Ya sé que tú y yo siempre tuvimos mal entendidos… Tom, me equivoqué contigo; perdóname… Bill estuvo siempre bien contigo.- negué.
- Yo lo maté…- me dio un abrazo.
- No, lo mató ese hombre.
- Parecía que no le quería, ¿no?- me señalé en la fotografía. –Pero no es así… siempre lo quise.
- Él lo sabe, Tom, él siempre te quiso también, no sabes cuantas veces me lo decía.
- Y yo siempre lo ignoré, y le golpeé, y maldije…
- Y si a él le hubiera importado, ¿crees que se habría escapado para volverte a ver?- sonreí.

Resumen final
El otoño está por caer, y Tom, se volvió una persona más fría que la que solía ser; se sentía vacío, y según todos los doctores a los que iba, Tom no quería decir una sola palabra, estaba ido, tan serio y triste que podía llegar a causar incomodidad y cierta pena hacia ellos.
Él ya no quiere hacer nada, se siente tan débil que incluso hablar le cuesta. Se ha quedado en el departamento de su hermano, pero no hay una sola noche en la que él no despierte de una pesadilla terrible, la cual, nunca recuerda cuando despierta; dice sentirse frustrado, pero a la única persona que se lo cuenta, es a su ya fallecido hermano. Le duele verse al espejo, siente asco y decepción, nunca una comparable.
Su madre le reprende, dice que su peso ha bajado demasiado, y que por la anemia, eso le puede causar grandes problemas; pero Tom, de nuevo, sólo niega con la cabeza y le promete que comerá más seguido, aunque es algo que ya hasta su madre, sabe que no hará.
Con sus amigos de Frankfurt ya no ha tenido contacto, más que con Roxann, quien le ayuda a subir el ánimo de vez en cuando, o al menos eso intenta, pues Tom jamás ha dicho lo que siente últimamente, nunca le quiere decir a nadie lo pésimo que se siente, que estuvo a punto de suicidarse porque no podía cargar más con la culpa que llevaba dentro gracias a lo que le pasó a su hermano menor.
- Te prometo que he intentado mantenerme fuerte por ti.- le dijo a la tumba de su hermano, a punto de romperse en llanto. –Pero me haces falta, enano, me haces demasiada falta…- se cubrió los ojos y se echó a llorar.
Nunca dejaba que nadie se le acercara para consolarle, nunca dejaba que ni su madre le mirara mal, sólo Bill; aunque según él decía, >>ni siquiera él puede verme o escucharme<<. Siempre llevaba puesto el jersey que Bill le obsequió una navidad, siempre llevaba consigo la fotografía que se tomaron la última vez, y todas las noches dormía abrazado de una prenda de su hermano.
Si bien todos querían que Tom mostrara un comportamiento sensible, lo lograron quitándole a su hermano; le hicieron tan sensible, que ni siquiera él solo se encontraba, dudaba de quien era, pues todos los días lloraba.
- Te extraño, enano… extraño que estés a mi lado…
- Sé que no quieres que me vengue de Maurice, ¿pero entonces qué hago, eh?, nunca…nunca le perdonaré que te haya hecho eso… nunca…
- Me siento horrible, Bill…quiero morirme…ya no puedo estar más así contigo…
- Te necesito, ni siquiera Roxann me hace sentirme mejor… nadie, sólo tú… y tu sonrisita idiota…
- Sé que lo dudé… pero, siempre fuiste mi primera prioridad… te salvaría a ti antes que a mí, incluso antes que a mamá o papá… te salvaría a ti…
Ir a ver a su hermano se hizo una actividad diaria, llorar arrepentido también, despertar por las noches y recordarse a él mismo como la peor persona, también.
- Está muerto.- le dijo a Robert, quien quiso visitar a Bill, cuando se enteró de que tom estaba en Hamburgo.
- ¿Muerto?- se cubrió los labios con impresión. Tom sólo asintió. -¿por el… por el Sida?
- Lo mataron…- y débil, se cubrió  los ojos con las manos. –Lo mataron…- si bien Robert no era una persona a la que Tom quisiera ver, esta vez él sabía que estaba destrozado.
- ¿Qué?...no puedo creerlo, yo… lo siento mucho, Tom.- pero no hizo nada por mirarle, Tom seguía llorando deshecho, como un crio.
Robert se quedó con él hasta caer la noche, y tom quedarse dormido.

Dos meses después, Tom estaba exhausto, los ojos se le habían cansado de tanto llorar y sus músculos estaban más débiles que nunca. Aunque parecía que lo había superado, Tom estaba muy lejos de hacerlo. Aún seguía visitando a su hermano, aún seguía sin estar en contacto con su familia… ya nadie consideraba a Tom como una persona “normal”.
Está una vez más dentro del panteón, sentado en el pasto frente a la tumba de su hermano, serio, pero aún así no llora; le deja flores blancas y su corazón retumba en su pecho.
- Creo que estoy destinado a sentir esta culpa siempre, ¿no?- río. –Es lo menos que podría cargar por todo lo que te hice…
Tom sonría, para ocultar las lágrimas; sonríe porque Bill siempre le dijo que sonreír a los problemas ayudaba, pero… nada le ayudó a él en ese momento, ni siquiera pensar cosas positivas de su hermano. Suspiró son nostalgia, sin dejar de sonreír, y acarició la placa que decía su nombre y los años en que nació y perdió la vida.
- Un día Dios me regaló al mejor hermano del mundo, y otro día, me lo quitó porque no supe valorarlo.- no lloró, simplemente se levantó de ahí, dándole la espalda a los restos del cuerpo de su hermano, sin decir otra palabra, cansado, con los pasos más débiles y tristes.

Estaba aceptando vivir así por el resto de sus días, estaba aceptado a que el destino que le tocó, era incluso mejor al anterior; aceptaba que su vida sin su hermano no sería la misma, y que por eso, no viviría como una persona, como un amigo o como un hermano, mucho menos como un padre, porque no se creía digno de llevar un cargo así… estaba dispuesto a vivir y morir solo, a ser como un cuerpo de polvo arrastrado por el viento.

Fin

Un final quizá no muy lindo que digamos... pero bueno, acepto cualquier tipo de críticas :)
Debo decir que quizá no llega o se siente algo, la verdad estuve pensando mucho cómo hacer el final (de ahí la tardanza de subirlo). Espero que les guste y que bueno, no piensen que les quedé mal. 
¡Muchas gracias por todo, de verdad!, por las que siempre estuvieron apoyándome  la verdad sus comentarios son los mejores antídotos para la depresión :D Realmente no sé cómo darles las gracias. Las quiero mucho :DD enserio.

PD: estuve buscando entre mis archivos unas cosas y me encontré con una pequeña fic que hice hace algunos años, Ustedes díganme si quieran que la suba o no... no creo que sea muy buena, la releeré y si no la cambiaré para que les gusté más, sólo díganme. [consta de 35 capítulos al parecer] sólo díganme C:
Una vez más muchas gracias por todo su apoyo.



lunes, 17 de diciembre de 2012

Capítulo 56


Desperté por la madrugada, inseguro, Bill no estaba entre mis brazos, y eso me hizo sentir enfermo por completo; mi corazón dio un vuelco terrible, comenzaba a ponerme histérico. Me saqué las cobijas del cuerpo y lo busqué por la habitación; en el baño escuché arcadas, y saqué un suspiro de alivio; me volví a meter en la cama y unos minutos después, escuché la cadena del váter y los cepillazos que Bill daba en sus dientes; él salió del baño y la habitación se quedó en la penumbra, sentí la cama hundirse ante su peso, y su respiración entrecortada.
- ¿Te sentiste mal?
- Sí… lo siento, ¿te desperté?
- No, he despertado solo. ¿Te sientes mejor?
- mjum…- sonreí. Ni siquiera sabía por qué susurrábamos, éramos los púnicos en toda la casa. -¿Por qué despertaste, Tom?
- No sé, no había estado durmiendo tranquilo.
- Ni yo… ¿Tom?
- Dime.
- ¿Recuerdas cuando te dije que quisiera que todos fuéramos animales?
- Sí.
- Pues me lo he planteado de nuevo, ¿y sabes qué?, creo que es una completa tontería, porque los animales no pueden diferenciar a un miembro de su familia, ¿entiendes?... entonces, si fuéramos animales, tal vez no te reconocería y no sabría que eres mi hermano.
- ¿Y eso es muy malo?
- Sí, estaría solo, sin ti.
- A veces pienso que estarías mejor sin mí, pero yo no estaría mejor sin ti. Aunque, nuestro padre me decía que siempre hiciera lo mejor para ti.
- ¿Y crees que lo mejor para mi es estar sin ti?
- Pues sí, la prueba está en lo que pasó con Maurice, estuvo a punto de matarte, por mi culpa.- lo sentí abrazarme, ocultando su cabeza en mi pecho.
- Si morimos, lo haremos juntos.- sonreí, acariciándole la espalda.
- Sin duda, pero moriremos viejos.
- ¿Aunque le tengas miedo a la crecer?
- Aunque le tenga miedo; aparte te lo prometí ¿no?, me quedaré bien vivo hasta conocer a dos hijos tuyos.- rió a lo bajo.  –Vamos, duerme ya, que tenemos que despertarnos temprano para irnos a Hamburgo.
- Bien…
- Si te sientes mal, me despiertas, ¿sí?
- Bueno.- dijo en una risita. –Buenas noches, Tom, te quiero.
- Buenas noches.- besé su cabeza.


- ¿Has empacado todo, Tom?- dijo, mirándose al espejo.
- Eso creo.
- ¿Dejarás tu cama aquí?
- Sí.- sonrió negando. –Te espero abajo, enano; si escuchas algo anormal no bajes ¿sí?
- Bien, bien, ya no tardo más.
- No te preocupes.- sonreí y caminé al pasillo; los ladridos de Zander me llenaron los oídos, parecía estar enojada y asustada, entonces, sólo para asegurar, saqué el arma de mi maleta y bajé las escaleras con rapidez. –Ven, bonita, ven.
- Oh, ¿a dónde vas, Tom?- el corazón me dio un vuelto al tiro, ni siquiera fue  necesario levantar la mirada para saber que era Maurice quien me hablaba. Me erguí, y ahí le miré una pistola en cada una de sus manos. -¿ya te vas?
- No te importa.- sonrió.
- Te escapas de lo que ya no puedes soportar, ¿no?, es típico de ti, siempre por el camino fácil.
- ¿Qué quieres, ah?, ¡dilo rápido que no tenemos tu tiempo!
- Quiero vengarme de ti. ¿Recuerdas, >> la decisión más difícil vendrá cuando estés al borde de querer echarte a suplicar una disculpa<<? Vengo a cumplir mi palabra.- me apuntó con una pistola, y yo al tiro le apunté con la mía.
- Estas asegurando que me voy a echar de rodillas a pedirte una disculpa.
- Por supuesto.- sonrió.
- ¡Qué equivocado estás!
- Vamos, Tom, date por vencido, así nadie va a sufrir.
- ¡Ni hablar!
- ¿Quién te crees que eres, eh? Todo el barrio estaba mejor sin ti pretendiendo ser alguien mayor; cuando te cortabas los brazos, ¡justo como tu hermano!, cuando te sentías solo, cuando nadie te quería aquí.
-  O quizá estés celoso porque yo sí tengo amigos.- se carcajeó.
- ¿Tú tienes amigos? ¡JA!, ¿esa zorra y los tres perros falderos?, ¡esos nos son amigos, imbécil!, deberías darte cuenta, ¡ellos sólo están a tu lado porque con tu fuerza puedes protegerlos! Cuándo tu hermano llegó, ellos se alejaron más de ti.
- No.
- ¡Sí!- las manos comenzaban a sudarme, y lo único que pedía era que mi hermano no pensara en bajar las escaleras. –Estás acabado, Tom, ¡siempre lo estuviste!, siempre rodeado de personas que no te quieren, ¡incluso tu hermano!
- ¡No sabes nada de Bill!
- Sé que él haría todo por ti, y tú no harías nada por él. Sé que tu hermano aceptó ser follado por más de seis personas, sólo para ponerte contento, y tú jamás lo harías por él. ¡Eres un puto falso!, quieres tener a todos chupándotela, cuando tú jamás moverías un puto dedo por un “amigo”.
- Y te reflejas en mí ¿no?, porque persona más falsa que tú no hay. Tienes que follar forzado porque nadie lo haría por placer, tienes que tener un montón de perras a tu alrededor diciéndote lo fuerte y valiente que eres, porque tú solo no te lo puedes creer, ¿verdad? Nunca tuviste una familia que te apoyara con tus decisiones, ni siquiera una que te dijera que está decepcionada de ti, ¡porque jamás te quisieron!, ¡Mira en dónde acabaste, en un barrio de mala muerte!
- Igual que tú.
- Y yo lo hice por decisión propia, tú no.
- Qué buenas decisiones, tomas, ¿eh?, ¿y tus padres te apoyaron en esta?, ¿te dijeron que estaba bien traer a tu hermano enfermo a un lugar como estos?, porque si fue así, no quiero tener unos padres como esos. Te quitaron atención porque lo secuestraron, ¿no?, incluso llegaron a golpearte por expresarte, ¡todos acabamos aquí por eso!, ninguno tiene el puto apoyo de nadie, ¿pero y tú qué haces realmente aquí, Tom?, ¿Probarte a ti mismo que eres fuerte? ¿Obligarte a pensar que el recuerdo de tus padres no te jode cuando te perfora las pelotas?
- Yo…- me tembló la voz, y él se carcajeó.
- ¿A dónde te diriges ahora, Tom? A la casa de tus padres, ¿verdad?, los extrañas y no puedes evitarlo. De este barrio eres tú el más débil; ni siquiera tu noviecita Roxann es tan cobarde como tú. Odias admitirlo, Tom, pero tú terminaste perdiendo aunque salgas con vida de aquí.
- ¡Tú pierdes!- le di un golpe en la mejilla, haciendo que él se la tomara y sonriera a pesar del dolor.
- Ríndete ahora, Tom, vamos, no ganarías aunque pusieras todo tu empeño.
- ¡Jódete!- cargué la pistola, y él me miró serio.
- ¿Enserio piensas matarme?- Zander ladró como una loca, y Maurice apuntó una pistola a ella. –Yo no pienso matarte a ti, así no sufrirías, ¿verdad?- tragué saliva con pesadez. –Quiero verte llorar.
- ¡Nunca!
- ¿Estás seguro?
- Jamás me vas a ver llorar. Puedo ser débil, incluso el más débil de todos, pero puedo matar sin resentimiento, puedo ser tan insensible como una roca.
- Bueno, eso lo veremos.- sonrió. Zander se acercó a mí, sin ladrar, y Maurice la siguió con el arma.
- Tom, estoy listo.- escuché a mi hermano bajar las escaleras.
- No le grites, Tom.- dijo Maurice.
- Pensaba que quizá en Hamburgo podríamos ir a…- Maurice le apuntó con la otra pistola, dejándolo de pie a mi lado, tieso.
- Comencemos.- dijo Maurice. –Te estuve analizando, y tu perra es demasiado para ti, es como una hermana, ¿no?, como tu hija quizá.- yo respiré entrecortado, mirándolo fijamente. –Pero, ¿qué tan importante sería si la comparas con tu hermano?- ya sabía hacia donde giraba todo esto. –Tu perra estuvo junto a ti cuando más solo te sentías, cuando tu hermano se fue a Hamburgo. Bill ha estado contigo casi toda tu vida.
- ¿Qué quieres?- le pregunté serio.
- Que elijas a uno. A tu perro, o a Bill.- sonrió, descojonándose. Me quedé en silencio, Bill temblaba a mi lado, y Zander se había acostado a mis pies. Zander, a quien le prometí que no sufriría nunca más estando conmigo; Bill, a quien también le prometí que nunca pasaría más miedo, a quien le prometí que jamás sentiría dolor. – ¿Por qué te tardas tanto en elegir, Tom?, ¿es que acaso quieres igual a un perro que a un ser humano?
>>Ganaste<< pensé >>Has logrado lo que querías, has logrado que quiera echarme de rodillas para suplicar un perdón. Lo hiciste sin necesidad de un golpe<<.
Eran mis hermanos, deshacerme de alguno de los dos era…como perder la mitad de mi cuerpo en una guerra, era como ser despojado de lo que amas en un segundo, era como matar…porque al final yo decidía quien de los dos se iba, y era una decisión que tendría siempre en mi mente, que hasta el final de mis días se quedaría ahí.
- Mátame a mí entonces.- negó.
- ¿En serio crees que si fuera tan fácil te lo habría planteado?, no quiero ver sufrir a ellos, quiero verte sufrir a ti.- la respiración se me agitó de pronto, la presión por saber qué era lo que mi hermano pensaba me volvía loco; quería irme corriendo, quería gritar, o simplemente apretar el gatillo de mi pistola para matarlo a él primero; pero sabía que tenía bien medidos mis movimientos, que con un sólo movimiento de mis manos, él dispararía, y se acabaría todo. Él me veía, sonriendo, disfrutando del momento, y yo sólo pensaba en ellos, en que iba a matar a uno, con mi consentimiento, con todo lo que conllevaba…estaba muerto.
- A Zander…- ella movió su rabito al escuchar su nombre, y a mí, se me cayó el corazón al suelo.
- ¿Quieres salvar a tu perra?- se carcajeó.
- No… quiero salvar a mi hermano…- él sonrió.
- Hmm, bueno, tú lo decidiste.- apretó el gatillo, y Zander comenzó a chillar y gritar con fuerza, haciendo que un gemido que ocultaba mis lágrimas saliera por mis labios. Me hinqué a su lado, acariciando su cabeza; Zander aún gritaba, y se revolvía con dolor.
- Ya, linda… tranquila…- Bill se acercó a mí, acariciando a Zander mientras ella dejaba de moverse y sólo chillaba levemente. Me manché las manos de su sangre, y la rabia me subió por la sangre; vi a mi hermano por unos segundos, que lloraba mientras acariciaba a mi perra. Miré de reojo a Maurice, que serio, se guardaba el arma en su bolsillo.
Estaba distraído, y yo me vengaría. Tomé mi arma en mis manos, y puse mi dedo en el gatillo, apuntando hacia Maurice, que puso la mirada sobre la mía y levantó las cejas; yo tragué saliva con pesadez y me separé un poco de Zander, después, di un suspiro. Se escuchó el disparo fuerte, y dejé caer la pistola al suelo, las manos me temblaban y el corazón me perforaba el pecho.
El disparo no había salido de mi pistola.
- Ahh…- escuché su gemido.
- Bill…- me di la vuelta. -¡Bill! ¡ERES UN HIJO DE PUTA!, ¡MI HERMANO NO! ¡BILL NO!- se enfureció, y apuntó la pistola de nuevo. Disparó un par de veces más, y Bill se convulsionó. -¡Ahh!- sollocé. –Bill… Bill…- lo mantuve en mis brazos, mientras sangre salía de sus labios y su pecho.
- Hmm…- gemía con dolor. Maurice se carcajeó.
- Te lo dije, te vería llorando, ¿y sabes algo?, es lo más gracioso. Te quedaste solo, Tom.- se dio la vuelta y salió de mi casa.
- Bill…hermanito, escúchame, vas a estar bien…- tomé su móvil de su bolsillo y llamé al papá de Emil. –Todo se pondrá bien, Bill…- sus parpados perdían fuerza.
- ¿Hola?- antes de contestar, sentí a Bill respirando rápidamente, intentando no perder la respiración; le acaricié las mejillas y entonces contesté.
- Soy Tom…yo, mi hermano está…
- ¿Estás bien, Tom?... ¿Tom?...- dejé caer el móvil al suelo, su pecho dejó de moverse, y sus ojos se quedaron inmóviles y vacios.
-  ¿Bill? ¡ESCÚCHAME, HABLAME, BILL!...¡¡¡BILL!!!- pegué su pecho en el mío, abrazándolo con fuerza. –No…tú no, Bill…hermanito, por favor…
>>¿Sabes?, morir a causa de una bala es lo que más miedo me da.<<
Me deshice en sollozos fuertes, abrazándole, manchándome con su sangre. Le acaricié el cabello y le recosté en el suelo, tomándole las mejillas, mirándole a los ojos.
- No puede ser.- me di la vuelta al escuchar esa voz; Bonny, Emil, Roldhan y Denis estaban en el umbral, mirando. –Tom…
- ¡Váyanse de aquí!, ¡pírense idiotas!- miré a mi hermano, y cerré sus ojitos maquillados, volviendo a los sollozos. –Billy, por favor…
Muerto en vida, era así como me sentía. Si últimamente no le veía un buen sentido a mi vida, ahora menos; Estaba acabado, llenó de miedo y ganas de morirme. Si sólo nos hubiéramos ido antes a Hamburgo, si no hubiera intentado matar a Maurice…mi hermanito estaría vivo…
- ¡NO PUEDES ESTAR MUERTO!, ¡Levántate, marica!
- Tom…- ella se acercó a mí, pero la empujé con fuerza. –Lo van a cromar, ya he hecho la llamada, dicen que es lo mejor para ti.
- ¡NADIE SABE QUÉ ES LO MEJOR PARA MÍ!- le levanté la playera a mi hermano, donde su pecho estaba hecho una mierda, lleno de sangre. -¡MI HERMANO ESTÁ MUERTO!... ¡LO MATÉ!
- Tú no lo mataste, Tom…
- Yo lo maté…- tomé su maleta y saqué una playera limpia; le saqué la que tenía puesta, y con las mangas de mi playera sequé su sangre, hasta que sólo salía poquita. Le puse la playera limpia y con mis pulgares le quité las lágrimas que le habían corrido su maquillaje. –Sólo mírate, Bill… así eres perfecto…
- Tom, basta…- me tomó los hombros. –Han llegado.
- ¡NO!, ¡LARGUENSÉ DE AQUÍ!- le acomodé su cabello. Los hombres se lo llevaron... y me dejaron solo…destrozado.
- Ven aquí, Tom, está bien.- Emil y Roldhan se llevaron a Zander. Mi corazón dio golpes fuertes, mis lágrimas no cesaban y la abracé con fuerza.


Hamburgo 2:57pm
Dejé la urna en el asiento copiloto. Antes de bajar del auto, me miré en el espejo de la visera, verificando que mis ojos no se miraran rojos; me viré a la casa, no tenía los huevos para mirarlos y decirles que por mi culpa mi hermano había muerto.
Timbré.
En pocos segundos escuché los tacones de mi madre por las escaleras y el pasillo que daba a la puerta; cuando la abrió me miró confundida, seguro lo hacía por mi aspecto desaliñado y las bolsas bajo mis ojos…seguro también porque Bill no estaba junto a mí.
- Tom…
- ¿Me dejas entrar?- musité con las voz hecha una mierda; mamá me miró confundida, sabiendo claramente que algo no estaba bien, y que por obviedad, se trataba de Bill.
Abrió la puerta en toda su amplitud y yo pasé, con la mirada gacha y las manos sudándome insanamente; me senté en el sofá de la sala, frente a la chimenea prendida levemente, perdiendo mi vista entre las flamas bailando despreocupadas. Ella cerró la puerta y caminó lentamente hacia mí sentándose a mi lado.
- ¿Vienen de Frankfurt?- preguntó en un tono amargo, jodiéndome más con esas palabras. Yo asentí, apresando una mano con la contraria, sintiendo el sudor recorrer en ellas. -¿Quieres agua o algo de beber? Te ves terrible.- sólo asentí para que me dejara un momento solo; ella se levantó del sofá y caminó hacia la cocina.
Me mordí los labios completamente deshecho, intentando recobrar el último trozo de cordura que me quedaba; suspiré hondo, y quité con mis pulgares las pequeñas lágrimas que se asomaron por mis lagrimales. Ella regresó con el vaso con agua y me lo pasó a las manos; le di un trago pequeño, suficiente para mojar mis labios.
- ¿Estás mejor, cariño?- asentí, dando pequeños golpecitos en el vaso con mis uñas. -¿Quieres decirme qué te pasa?, ¿Tu hermano se fue con Andreas?... ¿Tom?...- tomé el valor de mirarla a los ojos y negué; su cara se puso pálida, y mordió sus uñas.
- Bill está…- las palabras se me cortaron.
- ¿Se quedó en Frankfurt?- negué. -¡¿En dónde está, Tom?!- el corazón se me aceleró de pronto, negándose a sí mismo el dolor.
- ¿Enserio quieres saber?- ella me miró seria, sus labios comenzaron a temblar.
- Por supuesto que quiero saber, ¿está con (tu nombre)? O tal vez con Gustav o… ¿está con sus amigos?
- N-no…
- ¿Está en el hospital?, ¿tuvo una crisis por lo del VIH?- sentí el calor en mi cuerpo, estaba aterrado, lleno de pánico.
- M-Maurice quería vengarse de mí… Bill tenía miedo de que algo me pasara… yo le dije que se mantuviera arriba si escuchaba algo…- una par de lágrimas me saltaron de los ojos. –Maurice…lo mató… Bill está muerto…- se quedó en silencio unos segundos, incapaz de decir una sola palabra.
- ¿Qué?- negó. –Es imposible; mi hijo no está muerto.- se cubrió la cara son sus manos, y yo sólo la miré. -¿En dónde está?...
- En el auto…- me miró seria.
- ¿Qué le hiciste, Tom?
- Cremación… - se deshizo en un llanto desgarrador, y me dio un golpe con sus puños en el pecho. –Mamá…
- ¡¿Por qué, Tom!?... ¡tenía que verlo!...tengo que verlo… ¡Lo tuviste que consultar con nosotros!...
- Tres disparos en el pecho y golpes en la cara… ¿lo querías ver así, mamá?, ¡¿querías verlo lastimado?!- se puso a llorar otra vez.


Bill siempre dijo que no quería velación o una misa, decía que era tan triste ver a los que amaba llorar por él. Y por eso, se lo respetamos. También dijo que quería ver a sus padres vestidos con colores relucientes, y a mí también, en especial el turquesa, su color favorito. Quiso que sus amigos fueran de naranja, y el resto de la familia, de verde; quería que sólo le dejáramos un pequeño ramo de anémonas moradas y un par de velas aromáticas; quiso que lo enterraran con el CD de James Blunt, el que reproducíamos en las navidades anteriores y cantábamos juntos… y quiso que se quedaran en silencio, que no dijeran una sola palabra o  que rezaran por él; que todo estuviera en silencio.

Yo estaba separado de todos, mirando cómo se llevaba a cabo todo aquello, no podía acercarme, era mi culpa que todo esto estuviera pasando…

- ¿Cómo estás?- no me viré, sabía que era Georg, que me tomaba el hombro. No respondí una sola palabra. –Todo está bien, ¿sí?- negué para mí mismo, bajando la mirada, con el corazón perforando mi pecho.
- Yo lo maté…- me miró a los ojos, negando, y me envolvió en sus brazos, pero yo no le respondí el abrazo.
- No es cierto.- la familia se iba, y sólo quedaron sus amigos y mis padres. Georg dejó de abrazarme y me tomó del brazo, para que me acercara ahí. –Si quieres llorar, hazlo.- me dijo.
- Eso es de débiles.
- No es verdad, necesitas llorar, no estás bien.
- Estoy bien, déjame solo.
- Tom, ¿vienes con nosotros?- dijo mi padre, serio.
- No…
- ¿Te devolverás a Frankfurt?- negué.
- Quiero quedarme con Bill…- él asintió, y caminó junto a mamá.
- ¿Quieres compañía, amigo?- dijo Andreas, acercándose a mí, quitándose las lágrimas.
- Quiero estar solo con mi hermano.- ellos asintieron y se marcharon. Me senté en el pasto, suspirando hondo; cuando vi que nadie más estaba ahí, me deshice de las lágrimas en mis ojos. –Bill…Billy…