3:16 AM
Llegamos a la casa de Tom. Yo
subí las escaleras rápidamente y me saqué la ropa mientras caminaba a la
recámara; Aventé mi ropa al suelo y me eché en el colchón, suspirando con
delicadeza. Después llegó Tom. Cerré los ojos y me los cubrí con mi antebrazo. Un pequeño sonidito después de
unos minutos, me hizo abrir los ojos. La luz se había apagado. Se escuchó el
colchón de la cama rechinar, a lo que supuse que Tom tomaba una buena pose para
dormir. Me quedé mirando la ventana, en donde el cielo se veía perfectamente
estrellado y con la luz de la luna que alumbraba la habitación.
Al paso de dos semanas y media, Tom y yo nunca habíamos tenido una conversación normal. Tan solo puras peleas. Eran las siete por la noche, Los días eran completamente aburridos estando encerrado aquí; así que decidí salir a tomar un paseo.
- ¿A dónde vas?- me preguntó
antes de poder tomar la perilla de la puerta.
- Solo…- alzó las cejas.
–quiero salir, solo eso.
- ¿A dónde vas a salir si no
conoces nada aquí?
- Exacto, quiero conocer aquí.-
él negó.
- Papá me ha dicho que te
cuidara, y no vas a salir.- lo miré incrédulo, aguantándome una risa de
sarcasmo.
- ¿Desde cuándo tú eres el
encargado de todo?
- Desde que viniste a invadir
mi casa.- se cruzó de brazos. –No vas a salir.
- Te comportas como una madre
histérica. Te recuerdo que somos hermanos, ¡solo eso!, ¡tú no tienes derecho
sobre mí!
- Lo tengo porque te estás
quedando en mi casa. Si quieres salir, ¡entonces búscate un mejor lugar para
vivir!
- ¿Un mejor lugar?, creo que lo
he encontrado, ¡la calle!- reí, retándolo. –Creo que sería lo mismo, ¿no?, sin
agua, sin comida, sucio.
- Tú no sabes lo que dices.
Pero si quieres puedes irte a la calle; así te darás cuenta tú solo.
- ¿¡Por qué eres así, Tom!?
- ¿Así cómo?, ¡agradece al menos
que intento protegerte aquí dentro!
- ¡¿Protegerme?!- lo miré a los
ojos. –No me dejas salir porque te doy vergüenza.
- ¡Deja de decir tonterías!- se
acercó a la puerta y la bloqueó con su cuerpo.
- ¡Quítate de en medio!
- ¡No!
- ¡ MUÉVETE!- lo empujé con algo
de fuerza. Él Tomó mis muñecas y las apretó en sus manos, obligándome a
retroceder hasta tocar mi espalda con la pared. -¡Suéltame!
- ¡Te
he dicho que no vas a salir!
- ¡Dije que me soltaras, hijo
de puta!- abrió sus ojos con sorpresa.
Lo último que sentí fue su puño
en mi nariz y mi cuerpo temblando en el suelo. Me di cuenta de dos cosas: Tom
aun seguía sin perdonarme por algo que no había hecho. Y su fuerza había
crecido increíblemente. Mi mano se ensució de mi sangre que caía por mi nariz.
Levanté la mirada hacia mi hermano, quien me miraba enojado.
- ¡TE ODIO!- le grite,
limpiándome la nariz con mi playera.
- ¡Vete de mi vista, maricón!
- Eres la persona más…- la
respiración se me cortó. Las lágrimas se avecinaban.
- Oh, sí, sí, claro.- dijo entornando
los ojos. – ¿Por qué no vas a la recamara y te masturbas pensando en ese
Robert?- se carcajeó.
Caminé a la habitación y me
eché en el colchón, deseoso de dormir y que este puto día se acabara. Me puse
el pantalón de mi pijama y me quité la playera para dormir; me cubrí la cara
con mis antebrazos y cerré mis ojos mojados. Mi respiración era pesada, mis
sollozos graves y débiles.
- ¿Bill?
- hmm…
- ¿Estás dormido?- abrí los
ojos. Me ardían por ser el primer contacto con la madrugada después de que Tom
me despertó. La pared apareció frente a mis narices, mientras sentía a ese
cuerpo tras de mí. Decidí no virarme. - ¿Bill?
- Humm- me quejé. -¿Qué
quieres?- musité adormilado. Él suspiró y se acostó a mi lado. De repente sentí
sus brazos rodeándome el cuerpo y su barbilla en el hueco que hacía mi hombro y
mi quijada.
Me tensé.
- ¿Tom?
- He estado pensando.- me quedé
en silencio, escuchándole. –No te he dejado salir porque ¿recuerdas que te dije
que era peligroso?- sacó un suspiro que chocó en mi cuello. –Siento haberte
golpeado, ¿sí?, pero lo hice porque me importas, no quiero que te pase algo
allá afuera.
Sentí su mano acariciar mi
barbilla con delicadeza. Su cabeza se quitó ahí y después lo sentí casi sobre
mí.
- ¿Quieres perdonarme?- me di
la vuelta. Estábamos tan cerca; podía ver sus ojos a través de la luz de la
luna. Yo solo asentí, sin poder hablar, sin quitar mi mirada de la suya;
apreciaba de verdad lo que hacía, me hacía sentir feliz que al menos se
disculpara.
- S-sí…- pude emitir después de
unos segundos. Sentí como una estúpida sonrisa me salía de los labios, haciendo
que mi hermano la imitara y negara. Dio un beso en mi frente, lo cual me
pareció más extraño que todo lo que estaba pasando.
- Muy bien, entonces te dejo
dormir.- asentí. él se levantó de la cama y fue e la suya.
No pude volver a conciliar el
sueño después de todo eso. Debo aceptar que creía que lo estaba soñando, pues
Tom nunca tiene ese tipo de “detalles”.
Me quedé pensativo toda la
madrugada, escuchando a mi hermano suspirar y quejarse en sus sueños y a las
gotas de lluvia estrellarse con la ventana. Tomé el celular de papá y miré la
hora: 05:24AM. Me levanté de la colchoneta y caminé hacia el baño; prendí la
luz y me miré en el espejo, después me eché agua en la cara y la sequé con mis
antebrazos.
…
- Eh, Bill, ¿por qué no me traes algo de cerveza?, está
en el frigorífico.- asentí y caminé a por ella. Después se la di en las manos y
él asintió.
- Tom.- me senté a su lado. -¿Lo que me dijiste anoche es
verdad?- me miró serio.
- ¿Me recuerdas?- asentí.
- Me dijiste que no querías que saliera porque te importaba.
- Lo dije para que te sintieras mejor.
- ¿Entonces no es verdad?- negó, tomando cerveza.
- Bill, sigues atrapado en el pasado. Las cosas no van a
cambiar entre tú y yo.
- ¿Por qué?...
- Porque hiciste mierda mi vida después de eso.
- Tú también estas terminando de hacer mierda la mía.-
dije sin pensarlo, y después, experimenté el arrepentimiento.
- ¿Yo?
- Olvídalo.
- Papá me dijo que tú ibas al psicólogo y tomabas pastillas
para la ansiedad. Me dijo que en la universidad te molestaban.- mi corazón
empezó a temblar.
- Es verdad.
- ¿Qué te decían?
- Nada…- bajé la mirada a sus pies descalzos, los cuales
balanceaba.
- No soy yo quien te destroza la vida. Eres tú solo.
- No quiero hablar de eso aquí.- musité.
- ¿Entonces quieres salir?- lo miré a los ojos. –Vamos,
sé un lugar que puede gustarte, y podemos hablar.
- Bien.- subimos a la habitación y ambos nos abrigamos y
nos pusimos calzado. Después bajamos las escaleras y salimos.
Él día estaba nublado y el
viento soplaba fuertemente. Después los dos caminamos por la acera. Los árboles
bailaban con el viento y se doblaban demasiado gracias al mismo, tanto, que
parecía que se partirían por la mitad. Pero su tronco era fuerte y no los
dejaban caer. Me metí las manos en el abrigo y suspiré, echando vaho de mis
labios. Miré a Tom, quien tenía los labios entreabiertos y caminaba con la
frente en alto.
- A nuestra madre no les gusta
que te cortes los brazos.- decía sin mirarme.
- A ella tampoco le gustaría
ver que te metes droga.
- Déjate de tonterías. Mamá
siempre te quiso más.
- Qué dices… mamá te quiere
demasiado.
- Jmm, me parece que nunca la
conociste bien entonces.
- Ella lloró cuando… ¿Tom?-
interrumpí mis propias palabras. Me detuve, haciendo que él también lo hiciera
y me mirara. -¿por qué no me dijiste que te ibas?
- Ah, Bill…- siguió caminando,
y yo, con pequeños y rápidos pasos lo alcancé.
- Le mentiste a mamá; le
dijiste que me habías llamado.
- No quería despedirme de ti,
es todo.
- ¿Por qué?
- No lo sé, solo creí que… que
no era necesario. Mamá me dijo que te habías puesto mal.
- Bueno…
- Te cortaste los brazos solo
por eso.
- Supe que jamás volveríamos a
ser los mismos después de eso.
- Estarías loco si aun
guardaras las esperanzas. Te lo había dicho desde antes.
- Las personas cambian.
- Pues yo no.- negué.
- Sí, tú sí.- me miró.
- No.
- Sí. Cambiaste a ser… esto…
Él no volvió a hablar en el
camino. Sentía la lluvia mojar de pronto mi cabello; escuchaba las gotitas de
lluvia caer en la chamarra de Tom, y en la acera. De repente un pequeño
sonidito me hizo apartar la vista de los autos que pasaban a nuestro lado. Mi
pecho sufrió el dolor y la pena al ver aquello.
- Tom.- tomé su brazo, apresándolo
con delicadeza. Él se detuvo y me miró.
- ¿Qué pasa?
- Mira allá.- apunté y él al tiro
volteó.
- No veo nada, ¿qué es?
- Un perrito, Tom… hay que
ayudarle…- me acerqué hacia allí. El can estaba bajo un árbol intentando
cubrirse de lluvia, pero aun así su largo pelaje se empapaba, y chillaba. Me acerqué
más a él, lentamente. –Ven, pequeño.- chasqueé los dedos, pero él retrocedió.
- Bill, deja de jugar con el
animal.- me tomó del brazo, apartándome.
- Que se puede resfriar, Tom.-
me solté de su brazo. –Ven aquí, ven.-me acerqué lo suficiente para poder
tomarlo en mis manos y taparlo con mi abrigo. –Ya no temas, yo voy a cuidarte
de la lluvia.
Le acaricié la cabeza con mi
mano y después caminé con Tom.
- ¿Lo podemos llevar a tu
casa?, por favor.
- No me gusta tener animales en
casa.
- Por favor, Tom, solo por esta
noche, ¡lo prometo!
- No, Bill.
- No puedes ser tan malo. No lo
dejarías dormir bajo la lluvia.
- Tienes razón.- sonrió. –No soy
tan malo.
- ¡Gracias, gracias!- le di un
abrazo. Él no lo contestó, pero la realidad era que yo no lo esperaba.
- Mejor regresamos a casa.
- ¿No le compramos comida?
- Oh, Bill, se quedará una
noche.
- Pero tiene que comer.- él
entornó los ojos.
- Tengo comida para él en casa,
- Bien.
By Tom
- Eh, pequeño, ven.- lo secó
con su abrigo y después lo echó en el barandal de las escaleras. -¿Tom, me
puedes dar la comida del chucho?
- Sí.- caminé a la cocina y la
tomé del patio donde se encontraba la lavadora
y también tomé un platito. Lo puse en el suelo y lo llené de comida y agua del
otro lado.
- Oh, gracias, Tom.- el perro
se acercó al platito y comenzó a comerlo todo.
- De nada…- me senté en el
sofá, mirando al perro comer con el rabo entre las patas.
- Hey, Tom, ¿Por qué tenías un platito
y alimento para perros?, Yo no veo a ninguno.
- Tenía un perrito.
- ¿Qué le pasó?
- Se escapó.- mentí. Bill se
acercó a mí, sentándose a mi lado.
- ¿Cómo se llama?
- Zart. Era blanco y con el
pelaje largo y esponjoso. Parecía un lobo ártico.
- Oh, qué lindo. ¿Cuándo lo
perdiste?
- Hace un mes, lo paseaba y… se
soltó de la correa.- volví a mentir.
- Lo siento mucho, Tom.
Hubieran podido ser amigos Brunito y él.- puso su mano en mi rodilla y la movió,
acariciándome.
- Sí… pero hay dueños estúpidos
que prefieren cosas materiales que a sus mascotas…- bajé la mirada.
- Pero tú no fuiste uno de
ellos, a ti se te soltó. No eres como esos idiotas.
- Vamos, Bill, ya no quiero
hablar más de eso.
- Lo siento.
Subimos las escaleras, con el
perro siguiéndonos a ambos. Al tiro el animal corrió hacia la colchoneta de
Bill y se echó en ella, moviendo el rabo. Bill se acercó a él y le acarició la
pancita; después me miró a mí.
- Quizá en su casa le tenían
una colchoneta así. ¿Viste lo feliz que se puso?- sonrió.
- Pero lo han dejado, tal vez
solo estaba castigado y nosotros lo hemos traído.
- Por favor, Tom, mira su pelo,
esta tan maltratado. Además, ¿Quién castiga a un animal bajo la lluvia?-
asentí.
- Déjale dormir ahí.- sonreí.
Bill se levantó del suelo.
- ¿No quieres dormir tú con
él?- negué.
- Él está durmiendo ya.-
sonreí. Él asintió y ambos nos levantamos para ponernos nuestros pijamas. Después
Bill se acuclilló frente a la colchoneta y acarició al perro.
- Que es tierno.
- Ya está muy anciano.- reí.
Bill negó.
- No puede tener más de tres
años.- le vi ademán de mover al perro para él acostarse a su lado. Pero le
detuve.
- Bill, duerme conmigo.- se
detuvo de pronto.
- ¿Yo?- dijo mirándome. Yo asentí.
-¿Por qué?
- Vah, solo no quiero que
molestes a nuestro invitado.- sonreí.
- ¿No te molesta?- negué.
- No, quiero que lo hagas.- él
sonrió ampliamente y se acercó a la cama, metiéndose en ella.
- Gracias, Tom.- me burle por
mi nariz. Apagué las luces. –Buenas noches.
- Buenas noches.
Lo sentí acercarse demasiado a
mí, temblaba un poco. Pero no hice nada por quitarlo de mi lado, incluso
necesitaba la compañía de alguien ahora que estaba algo nostálgico. Comencé a
quedarme dormido, sintiendo su fría respiración en mi cuello, escuchando la
lluvia.
awwwwwwwwwwwwwww! Hay este ya estuvo más lindo!
ResponderEliminarHay Tomy lo necesita. . .
Me encanta!
Sube pronto!
Cuidatte y un abrazo enorme! :D