- No lo creo, ¿de verdad?- preguntó
Gustav, preocupado.
- Sí, y papá ni siquiera me lo
dijo.
- Vaya, ¿y no quieres tener
otro perrito?- bajé la mirada.
- Bueno, ya tuve otro, pero
también ha muerto. Por ahora no quiero tener.
- Entiendo. Bueno, mi perrita
está preñada, apenas lo supe hace unas semanas. Si es que quieres uno, no dudes
en decirme.- sonreí.
- Gracias.- El proyector se
prendió, todos miramos ahí con confusión. Aun no era la hora de que comenzaran
las clases, apenas eran las 7:20Am.
- Creo que empezaron las clases
muy pronto.- dijo (tu nombre).
En la pantalla salía un título
en letras blancas que decía >>Su amor secreto<<, Después letras
violetas con un nombre… él mío. Gustav me miró confundo, haciendo que yo le
devolviera la misma expresión. Entonces miré ahí otra vez. Era un vídeo.
Estábamos Tom y yo en su auto, el día en que me regresó a Hamburgo. Tom besaba
mi cuello y yo sonreía; desde al ángulo en el que se veía, parecía que yo
acariciaba su pecho y entreabría los labios, alargando el cuello. Después
aparecían fotografías. Sus labios en mi cuello, mi cara que realmente era de
adormilado y no de otra cosa; después una, en donde ambos estábamos fuera del
auto y él me besaba la frente. >>Tan solo se sentía que el incesto con su
hermano gemelo lo hizo creer en el amor de nuevo<<
Negué.
Fui preso de todas las miradas
del salón; Hasta la de la maestra. Todos se burlaban y susurraban mientras me
miraban. Me levanté de la silla cabizbajo, aguantándome las lágrimas.
- ¡ESO NO ES VERDAD!, ¡Todos
son unos mentirosos, yo no hago nada con mi hermano!- dije en un sollozo. Me
salió un quejido agudo, el cual me dejó completamente avergonzado, entonces
salí del aula y corrí hacia los baños.
- Sabía que tu hermano te
odiaba… creo que es completamente lo contrario.- Era Robert, que sonreía ampliamente
y se cubría los labios para evadir las carcajadas.
- ¿Por qué lo hiciste?...- dije
en un sollozo. -¡¿Por qué lo has enseñado a todos!?- Él se puso serio.
- Prácticamente tú me diste el
permiso de arruinarte la vida.- sonrió.
- No hago nada con mi hermano…
¡tengo novia!
- Pues yo los estuve viendo, y
parecía que te excitaban tanto sus lamidas en tu cuello.- se carcajeó.
- No eran lamidas, ¡Eran besos!
- Ah, es lo mismo.- tragué
saliva y me limpié las lágrimas.
- Somos gemelos… ¿¡por qué
mierda lo querría como algo más?!- se encogió de hombros. –Tom es así, Robert,
¡le gusta joderme con eso, NO LO HACÍA CON OTRA INTENCIÓN!- mis ojos se vieron
inundados con mis lágrimas; me sentía impotente, tan mal. Nunca en toda mi vida
había conocido a alguien como Robert; ni siquiera a Maurice.
- No estarías llorando de no
ser así. Al menos tú sientes algo fuerte por él.
- Claro que siento algo fuerte,
¡Es mi hermano!
- No me refiero a eso. Él te
gusta, se te para cuando piensas en él.- Bajé la mirada, avergonzado.
- ¿Por qué pensaría en mi
hermano de esa forma?...- Él comenzó a burlarse
a lo bajo.
- Bill, por favor abre.
- ¡Vete, no quiero ver a nadie!
- Vamos, amigo, déjame hablar
contigo.
- ¡No quiero, Georg, pírate de
aquí!
- No puedes estar encerrado en
el baño todo el día.- me limpié las lágrimas y abrí el pequeño cubículo. Él me
tomó de los hombros y me abrazó con fuerza. No entendía el porqué de su afecto,
pero la verdad es que poco me importó, lo necesitaba tanto como él lo hacía,
entonces le abracé. –Tranquilízate un poro, amigo.
- Sinif…snif…hmm- dejó de
abrazarme y me miró a los ojos, me sacó las lágrimas con sus dedos y después
miró mis brazos, negando.
- No te lastimes de esa forma.
Mucho menos por sus estupideces.- me escondí los brazos, tratando de limpiarlos
con mi playera. Pero él tomó un pedazo de papel higiénico y me ayudo a limpiar
la sangre. –Hey, ya no llores, Bill, tranquilo, ¿sí?- mis labios comenzaron a
temblar. Hice un puchero para que dejaran de hacerlo…seguro me vi patético.
- Snif… ¿tú viste el
vídeo?...snif…- Sus ojos penetraron los míos, y de pronto dejó de limpiar mis
brazos. Asintió, apresurándose a bajar la mirada y limpiar de nuevo. No dije una sola palabra,
sabía que le incomodaba hablar de eso, y no sabía exactamente por qué; quizá él
creía que realmente gustaba de mi hermano.
- Salgamos de aquí, Bill.- me
tomó del brazo y me guió, pero yo me tensé y negué.
- No quiero… - Tragó saliva y
miró su reloj.
- Casi es hora de devolvernos a
casa, solo falta una hora. Has estado aquí todo el día.
- Quiero quedarme aquí, no
quiero salir…- me tomó las mejillas y se acercó a mí.
- Respóndeme una cosa. ¿Haces
incesto con tu hermano? O ¿Te atrae de alguna forma?- me tragué las lágrimas y
lo miré directo a los ojos.
- No.- y me solté de su agarre
para salir de ahí.
- Entonces yo no sé porque
huyes de los demás.- bajé la mirada, avergonzado.
- No lo creo, Bill, ¿¡por qué
nunca me lo contaste?!- Era Andreas, que me tomaba de los hombros, espantado.
Estaba junto a Gustav y (tu nombre), quien se miraba ida. – ¿De verdad hacen
actos incestuosos?, vaya mierda, me creía de Tom que era un mujeriego de mierda
pero… bueno, vamos.- se quedó en silencio, razonando lo que acababa de echar.
- Guarda silencio, Andreas, que
todo es una obra mal montada.- Dijo Georg. Andreas abrió los labios, negando.
- ¡Pero se mira tan claro
cuando Tom le besa!- me hice de oídos sordos y solo me pase de ellos, caminando
hacia el aula para ir a por mi bolso. Me pasé la mano tras de mi oreja,
acomodando mi cabello con ansiedad mientras me hundía más en mis hombros al
saber que, una vez más, todos me miraban.
Al paso de dos semanas, los rumores
habían crecido aún más, y de una forma terrible. Enviaban al correo de casa
fotografías truqueadas sobre Tom y yo. Los maestros se habían enterado, me
aterraba que ellos fueran a contarle algo a papá o a mamá, me ponía enfermo el
simple hecho de imaginarlo.
La campana había sonado para
avisar que el día aquí se había acabado. Tomé mi bolso y me apresuré a la
puerta.
- Trümper, ¿podrías quedarte
unos minutos para hablar?- me golpeé la frente y retrocedí hasta su mesa. Gustav
me miró confundido.
- ¿Te espero?- negué.
-¿Seguro?- me mordí los labios, y lo miré a él. Odiaba quedarme solo ahora,
pero no lo iba a retener, así que al final solo asentí y aparté mi mirada de la
suya y la puse sobre la maestra.
- ¿Cómo estás, Bill?
- Bien, gracias.- Ella sonrió.
- Bueno, pero psicológicamente,
¿cómo te encuentras?- puse mis manos entre mis piernas, nervioso.
- Bien.
- ¿Estás seguro?- asentí. –Bill,
que he visto como te hostigan todos. Y sé porqué es.- Mierda, era lo que menos
quería, que los maestros se enteraran de algo tan absurdo como eso. Era el
último grano de sal que faltaba para hacerme arder más el estómago. –Quiero que
seas sincero conmigo y me digas si los vídeos son reales.- tragué saliva en
seco, tratando de deshacer ese estúpido nudo.
- Bueno…- jugué con las
cutículas de mis uñas, enfermizo. –Sí son reales.- se produjo un silencio de
los más incómodos que nunca había vivido.
- ¿Haces incesto?- dijo después
de unos minutos. Mis órganos ya estaban hechos una mierda de nudos; me era
difícil hablar, aunque yo supiera la verdad de todo, aunque decir un simple “no”
fuera lo único que debía hacer para que me dejara irme a llorar en paz. – ¿Bill?-
la miré.
- No. Yo no hago nada…- dejé
caer mi mirada a mis piernas temblantes.
- ¿Él te obliga a hacerlo?-
fruncí el entrecejo, aún sin mirarle. Negué.
- Desde pequeños… mi hermano
suele darme besos de esa forma…a mí no me gusta…
- ¿Le has dicho que te molesta
su forma de mostrarte cariño?- mis ojos se estaban aguando sin saber la razón
de ello, pero no quería llorar ahí.
- N-no…
- Bill, ¿Han mantenido
intimidad, o al menos ha intentado hacerlo?- Me quedé en silencio, intentando
recordar algo; pero no, Tom nunca lo intentó, ni siquiera creo que le interese.
- No…
- Quizá tu hermano tenga algún
interés diferente hacia ti.
- Tom ni siquiera me quiere…
- Mírame, Bill.- negué. –Por favor,
mírame.- levanté la mirada a sus ojos. –si él no te quisiera no te mostraría
cariño de esa forma. No digas eso.
- ¿P-puedo irme ya?
- Me gustaría hablar contigo.
- Por favor…- dije con agudeza,
tratando de contener las lágrimas. –Déjame irme ya…- asintió.
- Está bien.- me levanté de la
silla y salí corriendo del aula fuera de la universidad.
- Eeeh, ¿a dónde vas, marica?
- Déjame en paz, Robert…-
sonrió.
- Solo quiero decirte que uno
de mis amigos ha enviado una hermosa fotografía a tu buzón.- me cubrí los
labios. Él comenzó a reír. –Corre antes de que mami la mire.- le di la espalda
para comenzar a correr, pero él tomó mi bolso y sacó mis libros de ahí, aventándolos
a ambas direcciones del pasillo, y después tomó mi bolso y lo aventó con fuerza
hasta tocar la primera escalera. Me impresionaba su fuerza, no podía creer que
lo había lanzado tan lejos. Él solo se aplaudió su estúpida victoria.
Con desesperación, caminé a por
mis libros. Llorando. Mamá no podía enterarse de que me molestaban en la
universidad, no podía saber que creaban rumores con mi hermano y conmigo. Corrí
por mi bolso y metí torpemente mis libros en él. Después me apresuré a la
puerta.
Al llegar, mamá justo abría el
buzón, siempre lo hacía antes de comer. Abrí la puerta con rapidez y le tomé el
hombro; ella me miró con una sonrisa, pero después la borró al mirar que
lloraba.
- Por favor, mamá… dame el
correo…
- ¿Qué tienes, cariño?- negué.
- Nada… por favor dámelo…
- ¿Esperas una carta de
alguien?
- S-sí…- mentí. Ella negó.
- Aún no ha llegado nada para
ti, todo esto es para papá y para mí.
- ¡Por favor!- sollocé. Mamá me
miró con confusión.
- ¿Por qué lloras, Bill?
- Déjame verlo, después te lo
daré…
- Bien, tranquilo. Ponlo en la
mesa cuando termines de verlo.- asentí, tomando las cartas y facturas. Me metí
en casa y aventé mi bolso por el suelo, después me senté en la sala y comencé a
mirarlo todo.
- Ahh…- sollozaba mientras
miraba todo y no lo encontraba. Estuve a punto de dejarlo todo, pero ahí
encontré un sobre con el mismo título que habían puesto en el vídeo y lo abrí.
Estaba la fotografía, tan obscena. Me sentí aliviado y después lo dejé todo en
la mesa, guardándome el sobre en el pantalón.
Me encerré en mi recámara y
lloré como creía jamás lo había hecho. Me oculté bajo mis cobijas e intenté ya
no pensar más en eso, pero que me era
imposible, simplemente ya no quería regresar a ese lugar, ya no quería volver a
ver caras conocidas, caras que solo miraban con odio sin saber si quiera porqué
miraban de esa forma a una persona que no había hecho nada malo. Y los errores
que había cometido, los había hecho para volver a ser feliz.
Riiingg…Riiinnggg
Me tallé los ojos y tomé mi
móvil con cansancio. Sentía los ojos hinchados por tanto llorar, me sentía
exhausto. Acepté la llamada y me coloqué el móvil en el oído.
- ¿Hola?
- Bill, soy yo, Georg.
- Ah, hola…
- ¿Todo está bien?- tragué
pesado.
- Sí…
- Bill, me gustaría hablar
contigo.
- No quiero hablar con nadie.
No por ahora.
- Mañana es fin de semana,
¿puedo pasar por ti a tu casa?- me costó demasiado pensarlo y darle una respuesta,
pero recordé que él había sufrido la muerte de su hermana, y que a pesar de
eso, se preocupaba por mí.
- Sí…
- ¿Has estado llorando?
- Me he quedado dormido al
hacerlo.
- Es mejor que hoy descanses,
olvídate de la universidad ahora.
- Lo intentaré.- se escuchó una
pequeña risita.
- Bueno, entonces nos vemos
mañana.
- Está bien.
.
. .
- Cariño, tienes visitas.- dijo
mamá en el umbral de la puerta. –Es Georg, dice que van a salir.- asentí y me
levanté de mi cama.
- Ya voy.- ella me dejó el paso
libre.
- Nunca creí que te vería salir
de casa sin maquillaje puesto.- sonrió.
- No me apetece hoy.- me
acarició la mejilla.
- Así te ves guapísimo.- bajé
la mirada.
- Ya me voy mamá, te quiero.
- Yo también. Diviértete.- me
dio un beso en la frente.
Salí de casa y ahí me lo
encontré, de pie en el umbral de la puerta, con una pequeña sonrisita en sus
labios. Me guió a su auto. Ahí dentro él me miró con seriedad y sacó un suspiro
cansino mientras arrancaba. Paró frente a una cafetería y se sacó el cinturón
de seguridad, mientras me miraba y sacaba las llaves del auto. Bajamos y nos
metimos en la cafetería; Georg pidió los cafés y al tiro, después de que la
charola tocara la mesa, comenzó a hablar.
- Espero que no hayas traído
dinero, porque yo te lo estoy invitando.- sonrió.
- No es necesario, Georg, yo
tengo dinero.
- Que pena.- se carcajeó. Yo sonreí.
- Gracias.
- Ni lo digas.- sonrió. –Ahora tienes
que contármelo todo.
- ¿Contarte qué?
- Qué fue lo que pasó cuando
fuiste a Frankfurt con Tom.- bajé la mirada.
- No.
- Vamos, quiero ayudarte.
- No voy a hablar de eso.
- Bueno. Yo quiero contarte
algo que me pasó.- asentí. –Quizá ya sabes que Mandy murió.- su voz se
entrecortó. –Espero que aun la recuerdes.
- Claro que sí la recuerdo. Tu
hermanita.- asintió.
- Sí, vaya, era tan molesta.-
se carcajeó. -¿Te digo algo que ella me dijo?
- Dime.
- Bueno, ella gustaba de ti.-
rió. – ella me lo dijo.
- ¿De verdad?- asintió. –Entonces
por eso eran esas miraditas y su extraña amabilidad que tenía conmigo y con los demás no.- reí. Él asintió.
- Sí, encontré en su computador
un par de imágenes tuyas.- me carcajeé.
- No lo creo. ¿Quién querría
tener imágenes de mí?- me cubrí los labios para reír.
- Le encantaba escuchar cosas
sobre ti. Todas las noches era casi mi deber platicarle lo que habías hecho
durante el día.
- Vaya, que linda. Nunca me lo
imaginé.
- Ella tenía un buen corazón.-
bajó la mirada. –Nunca habría querido herir a alguien, y a ella le herían todos
los días en el instituto.
- No estés así, amigo… Dios
solo la quería a su lado.- asintió.
- Lo sé.- tragó saliva.
Pasamos un buen rato. No me
había carcajeado así desde hacía mucho; pero después de unos minutos me decidí
a decirle la verdad de todo. Tan solo para desahogarme. Solo por eso y… por
volver a ser feliz.
- Me violaron siete veces.-
dejé salir, Al principio Georg pareció no pescarlo, pero fueron solo segundos
hasta que lo hizo y me miró serio. Yo sonreí.
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah! Maldito Robert! Probecito de Bill lloro ToT
ResponderEliminarasi que la hermanita de Georg gustaba de Bill!
Cuidate y un abrazo :D
me haces llorar! :c
oooww! T__T llore... Ese Robert estúpido que le pasa? como inventa estupideces de Tom y Bill... Maldito hizo llorar a Bill... T__T... Ojala se solucione y olviden esos rumores tan falsos!
ResponderEliminarME ENCANTO COMO SIEMPRE... NUNCA ME DECEPCIONAS! Eres genial ;-)
Mil abrazos y espero el próximo!
siempreeee me aces llorarrrr bueno primeramente hola
ResponderEliminarsoy nueva y mee encanta tus historias te sigo desde "AMOR POR ACCIDENTE" la verdad me encataaaa como escribes sigeeeee
y yo tambien escribo fic este es el mio
http://enamoradadebill.blogspot.com.ar/
ojala me puedas apoyar con tus comentarios te loagradecería mucho
bye cuidate:)