sábado, 29 de septiembre de 2012

capitulo 18


- ¿Qué dijiste?
Era extraño, quizá demasiado hasta para la familia de la misma persona que tenía enfrente, pero no miraba por vergüenza después de ver aquellos ojos fulminantes, quizá enojados o completamente confundidos. Mi sonrisa no se iba, y era tal vez porque no me gustaba demasiado mostrarte impotente ante mis amigos. Era incluso gracioso o irónico encontrarme en la situación en la que estaba; y las preguntas que Georg seguro se hacía en su mente eran tales como; ¿Qué persona dejaría que abusaran de su cuerpo tantas veces? Pero él no decía una sola palabra, incluso había dejado de beber café y jugaba estúpidamente con la pequeña envoltura de la pajilla.
El silencio era el único que se atrevía a hablar en ese momento tan incómodo. Pensaba que tal vez mi amigo me daba tiempo para dar una explicación, una que no daría a nadie, ni siquiera yo mismo me había tomado el tiempo para explicarme a mí mismo lo que había pasado. Pero el grano era que no había retroalimentación ni de su parte, ni de la mía. Y podríamos quedarnos dos horas ahí sentados, yo sonriendo hasta joderme las mejillas, y él, frotando ese plástico hasta deshacerlo.
- ¿Todo bien?, ¿les hace falta algo?- De reojo miré que Georg apartaba la vista de la nada y la ponía sobre ese hombre a nuestro lado.
- Muchas gracias, estamos bien.- Asintió, y el hombre se marchó. De alguna forma agradecí que ese hombre viniera, pues estaba seguro de que Georg emitiría la primera palabra después de eso. –Bill, si lo que me estás diciendo es una mentira, te propongo que me hables con la verdad, porque no pienso tragarme tus cuentos.- Y mi agradecimiento se fue a la mierda. No lo había escuchado tan enfadado conmigo en toda mi vida. Y mi ademán por levantar la cabeza me lo pasé por el forro, incluso la bajé un poco más, hasta mis pies.
- Yo… no entiendo por qué crees que me inventaría algo como eso.- musité, rogando tan solo después de unos segundos, que eso que había dicho no hubiera salido de mi boca.
- Humm… Dime que Tom no tuvo nada que ver en esto.- dijo con preocupación, yo me lamí los labios, y Georg pareció pescarlo de pronto; dejó salir un suspiro cansino y algo desesperado. -¿Quién te violó?
- Bueno, no los conozco, Georg.- me decidí por levantar la mirada y mirarle a la cara. –Eran hombres y mujeres. Para no hacerla de largo, me obligaron a prostituirme.- saqué una pequeña risa, tan solo para no amargar la conversación.
- ¿Tom te obligó?- negué.
- Claro que no…los dos tomamos la decisión.- abrió los ojos con completa sorpresa; arrugó las cejas y se acercó un poco más a mí. -Embargaron a Tom, y el hijo de puta que lo hizo, dijo que nos regresaría todo si yo me iba con el por una semana.- tragué saliva y me quedé en silenció, por si él quería decir algo, pero ni se inmutó. –Al final aceptamos, porque ese hombre le había dicho a Tom que no iba a hacerme ningún daño.
- ¿Por qué Tom aceptaría dejarte ir con el hombre que le quitó todo?
- Porque no teníamos una miga para comer ni una gota para beber; dormíamos en un colchón viejo cubiertos por una toalla de baño y una estúpida cortina. Por eso.- bajó la mirada por unos segundos, y después, volvió a levantarla para hablar.
- ¿Tom supo lo que te hicieron?- asentí. -¿Qué fue lo que hizo?
- Me trajo aquí, a Hamburgo. Me dijo que quería devolverme la felicidad que me quitó.



Reflexionaba sobre un sin par de cosas en el balcón de la recamara de papá y mamá. Cosas como mi pasado tan presente y mi futuro tan lejano. Era claro que no llegaría a los treinta si seguía así, pero pasaba que no sabía cómo salir de esto. Era como si estuviera dentro de cuatro paredes de vidrio, viendo como la vida pasaba sin mí, mientras yo envejecía aquí dentro, con mi única compañera que me hacía sentir espasmos al tenerla contra mi piel.
- ¿Soy yo, o mi pequeño hijo está triste?- me di la vuelta. Papá estaba ahí, sonriendo con ternura; se sentó a mi lado y colocó su mirada a la calle. Yo me quedé en silencio.  –Recuerdo un día, tú tenías seis años y me acompañaste a recoger algunos papeles del trabajo. Al subir por el por el elevador tu bajaste la mirada, y con inocencia, me preguntaste que si te quería.

Lo miré.

- Al principio te miré confundido, pero después comencé a reír. No tuve tiempo de contestarte dentro del elevador, así que salimos de él y caminamos a mi oficina, tomados de la mano.- decía sin poner la mirada sobre la mía, sonriendo. –tomé los papeles que necesitaba y después te miré. Recuerdo que tenías el índice en la boca y los pies chuecos.- rió. –Me senté en el sofá y te hice sentarte en mi regazo y te dije que no solo te quería, que te amaba. ¿Sabes?, la sonrisa que esbozaste aun la tengo tan presente, y el pequeño besito que me regalaste en la mejilla, puedo sentirlo aún.
- ¿Por qué me cuentas eso?- me miró.
- Porque has cambiado demasiado. Mira, Bill, yo sé que no has pasado una agradable adolescencia, que cambiaste tus sonrisitas por lágrimas. Y aunque no pueda evitar que me preocupe, sé que vas a estar bien.- bajé la mirada. –Y yo solo espero el día en que todo se ponga mejor con tu vida, y me regales otro beso y otra sonrisa como esas. Porque sé que ese Billy tan pequeño y feliz, sigue ahí dentro.- me toco el pecho. –Solo que la vida no le ha tratado muy bien. Pero saldrá.
- ¿M-me quieres a pesar de lo que pasó en la preparatoria con ese compañero mío?- él sonrió.
- Bueno, y dime quien dejaría de querer a su hijo por eso.- se encogió de hombros. –Todos hemos cometidos errores. No dejaría de quererte por nada; por el simple hecho de que eres Bill.
Ahora no sabía si llorar o sonreír. No pude pedir a un padre mejor que él, porque simplemente no lo hay. Y me destrozaba saber que no lo merecía. Me acarició el cabello y me miró a los ojos.
- Tu madre ha hecho la cena. ¿Le digo que te sientes enfermo?
- No. Bajo contigo.- sonrió.
. . .

- ¡Bill!- me alcanzó del brazo y me hizo virarme. -¿puedo hablarte?
- ¿Sobre qué?
- Algo que me dijo Robert.- entorné los ojos y negué.
- No quiero saber nada más de él.
- Está repartiendo fotografías de ti.- fruncí el entrecejo. Se metió la mano al bolsillo trasero y me la pasó. La desdoblé con rapidez y la miré-
- No… ¡mierda, no!- La fotografía que Maurice me había sacado para difundir el mensaje de que me encontraba en su casa, dispuesto para hacer todo tipo de guarradas. La habían encontrado y no sabía cómo o de donde.
De repente solo sentí mi desayuno subir cruelmente por mi garganta. Sentí mis mejillas coloradas y pelos de punta de solo pensar que todos podrían enterarse de lo que hice mientras no estuve. Me cubrí los labios y las arcadas aumentaban con solo imaginarme aquel espectáculo. Corrí al baño rápidamente, sin atender los gritos de Gustav. Me encerré en un cubículo y comencé a potar con desesperación hasta hacerme doler el estómago.
- No puede ser… no puede ser…- hablaba conmigo mismo, mientras dejaba caer las lágrimas de rabia. Era lo único que faltaba para romperme en mil pedazos. Simplemente ya no sabía que pasaría conmigo, mi futuro se había ido a la mierda por culpa de Robert. Me saqué el móvil del pantalón y llamé a mi única esperanza, a la persona que no me quería, pero que al final, era el único que sabía con exactitud lo que había pasado:

Tom

- ¡MIERDA, NO!- me mandaba al buzón de voz, ¡maldita sea! Segundo intento. Me lo coloqué con la mano temblándome. Me daba línea, y casi sonreía por ello, pero una vez más, él no me atendió.  - ¡Mierda, Tom, cógeme el teléfono!- grité. El último intento, y el hijo de puta no me cogía ni siquiera para decirme que no quería hablarme.
Entonces, al cuarto intento, me decidí por dejar un mensaje de voz.
- Tom… se han enterado de todo en la facultad…- chillé. –Mi vida se fue a la mierda ahora… por favor, Tom… ¡te necesito!- y sin más corté y comencé a sollozar, espantado por lo que pasaba conmigo y mi vida.
Tal vez me veía estúpido y patético pidiéndole compañía o consejos a una de las personas que más me odiaba, pero no tenía otra salida, esta vez realmente me sentía solo. Y cuando mis piezas comenzaran a caer, estaría ahí yo solo, intentando pegarlas de nuevo. No quería estar solo.

By Tom

- ¿No piensas tomarle el teléfono?- negué.
- ¿Para qué?, ya no quiero saber más de Bill.
- Siempre tan cabezota, Tom.
- ¿Yo por qué?, No ha pasado un mes entero y ya está llamándome. Es un puto masoquista.
- Lo hace porque te quiere.
- Vamos, Bonny, Bill y yo no volveremos a ser los mismos pequeños que daban la vida por el otro. El juego ya no es así.
- Es que no es un juego, Tom. Abusaron de él, ¿y sabes por qué?, porque tú aceptaste que ese imbécil se lo llevara.
- ¡No me culpes a mí, él también aceptó!
- ¿Y por qué crees que aceptó? Vamos, no creas que lo hizo por la comodidad o la comida. Lo hizo para ponerte contento y coleando de alegría.
- No es cierto.
- Yo creo que conoces a tu hermano perfectamente. Él lo haría todo por conseguir un “te quiero” de tu parte.
- No necesita oírlo, él ya lo sabe.
- Oh, Tom, él necesita oírlo; quiere ponerte orgulloso.- mordí mis labios, enfadado. –Por todo lo que me has contado, sé que Bill no haría nada para herir a otros, ¡y a ti te consta! Mira que perder su virginidad en el colegio para conseguir tu perdón no lo haría cualquiera por cualquiera. Y lo hizo Bill, por ti.
- Bill es muy ingenuo, es estúpido siquiera llegar a pensar en cogerse a alguien por ser perdonado. Más bien, Bill quería coger con un hombre para experimentar y después encontró la perfecta excusa.
- Eres un idiota.- se cruzó de brazos.
- ¿Y ahora qué?
- Que no puedo creer como tratas a tu hermano de esa forma. Tienes razón, Bill es un estúpido, gastando su energía en complacerte, dejando que le sodomicen por ti, aceptando tener relaciones con hombres para ponerte feliz; buscándote siempre, encontrándote después para que tú lo recibas de la peor forma. Su habilidad de fraternidad es una que no la tienen todos, y él decidió practicarla contigo. Con un imbécil como tú.
- No exageres.
- Que va, ni siquiera exagero cuando digo que ese crío podría dar la vida por ti sin pensar primero en la suya.- Se levantó del sofá y caminó a la puerta.
- Bah, piensas de Bill como un héroe, ¿te has parado a pensar porqué no le quiero?- se detuvo y me miró. –No etiquetes como héroe sin antes saber la historia del villano.- me subí por las escaleras, dejándole sola en la planta baja.


Me eché en la cama, enfadado. Después de solo unos segundos el maldito móvil comenzó a sonar de nuevo. Me lo saqué del bolsillo y miré en la pantalla >>Bill<<, lo estrujé en mis mano, sintiéndolo vibrar. Después dejó de vibrar y marcaban tres llamadas perdidas y un mensaje de voz; me entró el morbo al tiro y al verificar que era de Bill, mi cuerpo comenzó a temblar. ¡COÑO, QUE NI SIQUIERA QUERÍA ESCUCHAR SU VOZ AHORA!
- Humm…- gruñí, tensándome. Bien, Tom, es solo un mensaje, solo escucharás su voz unos segundos, deja de tensarte coño, pareces un cobarde, vamos, hazlo. –Mierda…
Apreté la opción Escuchar…

>>Tom… se han enterado de todo en la facultad…Mi vida se fue a la mierda ahora… por favor, Tom… ¡te necesito!.. snif<<

Me quedé tieso, con el corazón dándome un fuerte vuelco. No era por escuchar su voz, mucho menos por escucharle llorando y berreando… Era por lo que decía.

>>¡Te necesito!<<

En toda mi vida había escuchado a Bill diciéndome que me quería, ofreciéndome su ayuda, gritarme y abrazarme. Pero jamás le había escuchado decir que me necesitaba. Seguro me lo dijo en algún momento, pero estas eran súplicas, como si su mundo se acabara y la primera persona que pasaba por su mente era yo. Nunca le había ofrecido mi compañía, o le había dejado abrazarme sin quejarme, y él, aún así, me necesitaba.
Desde el principio sabía que yo no era una buena persona, un buen compañero, un buen hombre o un buen hermano. Desde siempre supe que mis humos no eran los más bonitos y ni mis fachas de huevón las más formales. Pero eso le importaba un huevo a Bill, él seguía ahí… y yo no sabía la razón.

4 comentarios:

  1. geniaaal el cap
    aishhh ese tom porque no se va a ayudar a bill
    pobrecitooo mi vidaaaa él llora
    espero el prox
    bye cuidate:)

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  2. aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah! Lloro ToT
    eres mala siempre me haces llorar!
    :'( porque todo es tan trsite maldito Tom si no hace nada lo linchare!
    Amo tu historia, me haces llorar!
    Me haces sentir lo que escribes el como se sienten los personajes!
    Cuidate y un abrazo c:
    sube pronto!

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  3. TT___TT AHHHHH LLORE :'( Ayy ojala Tom haga algo que vaya a Hamburgo y golpee a todos hahahaha okno pero que haga algo por Bill una vez en su vida!!
    Awww ame el capitulo y espero es otro capitulo, me encanta :D
    Cuídate muchísimo y un gran abrazote!!

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  4. woooow! espero que tom haga algo para ayudar a bill, me encantó el cap
    (siento no poder comentar en todos los capitulos, pero desde el movil solo me deja leerlos y no comentarlos y ademas no tengo tiempo para nada, ahora un hueco que e pillado el laptor encendido)
    pd:me encanta tu fic, ya sé que lo sabes, pero me gusta decirlo

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