miércoles, 19 de septiembre de 2012

Capítulo 13


Sentí un tacto tibio en mi cuello que me hizo revolverme en el colchón; una pequeña y grave risa penetró mis oídos, y después sentí cosquillitas en el cuello de nuevo. ¿Quién mierda tenía la insensibilidad de despertarme de esa forma?, ¡mierda, que molesto!... Sacudí la cabeza y me rodé en el colchón. Esa risita se escuchó de nuevo, y al tiro, ese tacto volvió; creo que gruñí, no lo recuerdo, estaba más metido en intentar que mi sueño no se esfumara. Y de pronto, cuando el sueño se volvía gris y desaparecía, pude percatarme de que ese tacto eran unos labios. Abrí los ojos de golpe, quizá todo lo había soñado y era mamá o…que se yo, no sé ni que mierda pensaba.
- Agh…- gruñí. La risita comenzó de nuevo y los besos molestos en el cuello también. – Tom…- dije cerrando los ojos para intentar dormir de nuevo, pero él siguió con los labios en mi piel. -¡Vale, Tom, ya basta!- le empujé débilmente con mi mano. –Déjame en paz…
- ¿Qué no te gusta que tu hermano te despierte así?- se carcajeó. Negué, tratando de acoplar mi vista al sol de plena mañana.
- Eres extraño, Tom…demasiado…
- ¿Por qué?- dijo burlándose.
- No es normal que despiertes a las personas así, ¡y encima sigues cuando te he dicho que no!
- No me has dicho que no, solo gruñías y suspirabas.- lo miré incrédulo. Él se carcajeó. –Mira como ese hijo de puta te dejó la cara.- dijo, mirándome con seriedad.
- Creo que me han roto todas las costillas.
- ¡No digas esas cosas, marica!- fruncí el entrecejo.
- No, en serio me duele.- me levanté la playera por la parte de la espalda. Tom sacó un grito ahogado, el cual me hizo revolverme con miedo. -¿Qué tengo?- Intenté en vano mirar mi espalda. Sentí las yemas de los dedos de Tom en mi espalda; era increíble como un simple tacto me hacía casi gritar de dolor.
- Estas…mierda, Bill, estas todo amoratado y cortado.- me baje la playera y lo miré. –Tenemos que llamarle a un doctor.- negué.
- Claro que no, Tom, no tenemos dinero ni para comer. Aun puedo aguantar.
- ¿Estás seguro?- asentí, sin mirarle.
La realidad era que no podía mantenerme erguido por mucho tiempo, pero supongo que mi cuerpo se acostumbraría. No quería hacer que encima Tom se rompiera la espalda para pagar un doctor que no era lo suficientemente necesario.
Tom se levantó del colchón e hizo crujir sus dedos.
- No hagas eso, Tom, te puede dar algo.- sonrió.
- ¿Algo como qué?; mis dedos están más deformes que nunca. Puedo vivir con eso.
- No, alguna enfermedad. Artritis o algo parecido.
- Solo lo hago de vez en cuando.- decía mientras se colocaba las zapatillas. –Bien, saldré para buscar trabajo, ¿sí?
- ¿Puedo ir contigo?- él negó.
- Prefiero que te quedes aquí, así te alivias más pronto.- bufé.
- ¿Y si te encuentras con Maurice?
- Me las arreglo yo solo.- Había esperado más bien mucho para poder formularle una pregunta que me tenía malo desde ayer por la tarde, la cual no me había dejado dormir hasta caer en mi peso propio. No sabía cuál sería la reacción de mi hermano, pero sus palabras parecían haber sido muy sinceras y directas. Y la realidad era que yo no quería que algo malo nos pasara a ambos.
- ¿Tom?
- Hmm.- me miró, mordiendo sus uñas.
- ¿Cuál fue la nota que dejó Maurice en el baño?- Si no fuera porque Tom se ponía terriblemente pálido cuando no comía gracias a la anemia, podría jurar que se había puesto tan blanco como la leche. Con sus dientes empujaba la perforación de sus labios, y la tensión le succionó cada músculo.
- ¿Una nota?- asentí, aunque sabía que él no me miraba.
- Ajam.
- No, nunca vi una nota, ¿de qué hablas, Bill?, no había ninguna nota.- me acomodé el cabello, jalándome un poco. -¿Maurice te dijo algo sobre una nota?- me miró. Y yo asentí.
- Me dijo que te preguntara sobre eso, y que de mí dependía si volvía a vernos.- tragué saliva con el corazón bombeándome con fuerza. –Me dijo que yo pagaría las consecuencias.
Despegó los labios, como si necesitara más aire para respirar bien; escuché algo parecido a un jadeo, y después se tomó la frente, quitando su mirada de la mía. Sabía por sus ojos apagados que algo estaba ocultando y que no le salía nada bien. Él sabía exactamente de la nota de la cual le hablaba, sabía perfectamente lo que decía en ella, y que ambos pagaríamos por su culpa, porque él trataba de ocultarlo, cuando sabía que no era lo correcto.
- Bueno, sí había una nota.- confesó. Le miré con confusión, esperando una explicación de lo que decía en ella. –Pero no es tan importante. No debes preocuparte por eso.
- ¿Qué decía en ella, Tom?, ¿Maurice no nos quiere ver en la calle?
- Depende de que te refieras.- dijo con sarcasmo.
- Me refiero a que, él no quiere que salgamos de esta casa, no quiere que salgamos adelante.- Bajó la mirada y frunció el entrecejo. Dejó salir aire de sus labios con delicadeza y estrujó su cuello.
- ¿Sabes?, no hay nada por lo que tú debas preocuparte, ¿sí?
- Pero si Maurice…
- Maurice no te puede hacer daño otra vez.- interrumpió.
- ¿Y tú?
- Si me lo encuentro intentaré poner las cosas en su lugar.
- ¿Intentarás?- entornó los ojos y volvió a sentarse a mí lado; me tomó delicadamente por los hombros y negó.
- Intentaré hacerlo todo, y si no lo logro, no hay nada que podamos perder, es decir, mira el lugar en el que vivimos; si nos echan de esta casa, haré todo por conseguir otra nueva.- asentí, serio, sin convencerme del todo.
- No entiendo porqué no me dejas conseguir un trabajo yo también.- Resopló, mirándome fijamente a los ojos.
- No puedes, en verdad créeme, no puedes. Simplemente no.
- No es coherente…- me tomó el mentón con delicadeza.
- Te lo contaré al regresar, ¿sí?- asentí. Se levantó y caminó a la puerta, para detenerse ahí y mirarme. –Si tengo suerte podré traer algo para comer hoy.- Se carcajeó, a lo que yo sonreí.
Me daba pena la forma en que Tom se llevaba todo el peso de la situación; cómo no quería aceptar mi ayuda para salir juntos adelante. Pero desde ahora haría lo que estuviera en mis manos para no quedarme solo aquí recostado, mirando como mi hermano se da por vencido. Esta vez prometo que nunca dejaré todo para verle sufrir.

By Tom

- ¿En qué puede servirme alguien como tú? Es decir, no quiero que te ofendas, pero tu imagen no concuerda con este trabajo.- dijo ese estúpido hombre trajeado y relamido.
- Puedo limpiar el lugar.- se echó a reír con fuerza.
- ¡Es que ni siquiera tienes imagen de eso!, eres de la calle, no puedo darte un trabajo.- Mis manos se hicieron dos grandes puños; nunca había sentido tanto repudio hacia una personas que no fuera Maurice.
-Supongo que es mejor ser alguien de la calle a ser un hijo de puta que se lo pasa fingiendo que ayuda a las personas cuando lo único que hace es tocarse las pelotas.- y me retiré de ahí, con las manos en la cara, completamente desesperado.
Cinco lugares en los que había sido ignorado tan solo por mi estúpida apariencia. Las opciones se me estaban acabando. Una semana buscando el día entero un puto trabajo y en todos era lo mismo. Mi única opción era quedarme en el taller de autos con cinco euros por dos semanas. Caminé por unos callejones, enfadado, con el corazón pulsándome al cien de la pura rabia. ¿Cómo le haría para mantenernos?, de nuevo volvería a la venta de drogas… tal vez esa sería la única solución a todo esto.
- Oh, pobre tío.- Me di la vuelta.
- ¡¿Y tú qué mierda quieres, Maurice?!- se carcajeó y se acercó a mí.
- ¿Le has dicho a tu hermanito lo que decía la nota?
- No…
- Oh, ¿por qué no, es que acaso te da miedo?- entorné los ojos.
- ¿Miedo?, quizá sea esa una palabra que tú uses mucho.- me burlé.
- Sí, tienes razón, me lo han dicho, que todos me tienen miedo.- levantó las cejas, autosuficiente.
- Por favor, tú no nos puedes hacer daño.- se carcajeó.
- Lo he hecho tres veces- levantó su índice. –Te embargué- levantó el dedo medio. –Lastimé a esa estúpida bola de pelos. – Y por último, levantó el anular. –Y golpeamos a tu hermanito. Si tú lo deseas, puedo darles otra advertencia; Para mí es tan fácil como respirar.
- No te será tan fácil respirar por medio de tubos, así que te recomiendo no volver a acercarte a nosotros.- volvió a carcajearse.
- Vaya amenazas tan maricas, Thomas. Pasa, que yo no te tengo miedo.
- Pasa, que no volverás a ver la luz si te atrever a tocar a Bill.- abrió los ojos con sorpresa, y después sonrió.
- Oh, entonces prefieres lastimar tu cuerpo antes que el de ese hermano tuyo, ¿no?
- No digas tonterías.
- La única forma en la que puedo regresarte toda esa mierda que llamabas muebles y el dinero que tenías guardado, es haciendo un trueque.- me lo pensé por unos pequeños segundos, pero la realidad era que haría absolutamente todo por volver a tener la humilde pero servible vida que llevaba antes.
- Habla.- sonrió. Se lamió los labios y lo quiso hacer de intriga, pero no me dejé llevar por el momento, tan solo lo miraba y esperaba paciente, a pesar de que el cielo se volvía anaranjado y los últimos rayos del sol se desvanecían.
- Te daré todo, absolutamente todo, incluso te daré mucho más dinero del que guardabas.- dijo, creyendo que comenzaba a excitarme su estúpida, pero quizá no descartable propuesta. –Pero a cambio tendrás que darme algo quizá muy valioso para ti.- se puso el pulgar en el mentón y levantó las cejas.
- ¡Habla de una vez!- se puso serio de pronto, y negó.
- Tendrás que darme a tu hermano.- ladeo la cabeza. Abrí los labios para contestarle, pero él levanto las manos y me silenció. –No lo quiero para siempre, solo lo quiero a lo mucho una semana a mi lado.
- ¿Estás pirado?- me burlé. -¿Por qué querría yo cambiar a una persona por el dinero?
- Porque ambos salimos ganando, ¿no te parece? Te quedas con todo, y con un trabajo que yo te proporcionaré, uno donde te paguen bien y puedas mantener a tu hermano y a ese horrible perro; Tendrías la hipoteca de tu casa; volverás a tener esa popularidad que tenías en este barrio.- sonrió. –Todo eso a cambio de cinco días con tu hermano. Es justo, ¿no?
Tragué saliva y me lamí los labios como un completo desesperado. Al final su propuesta me excitaba un poco; y comencé a dudarlo, a crear un sí en mis labios para pronunciarlo. Pero me mordí la lengua, pensándomelo mejor, pues bien dicen que “Una mala decisión puede arruinarte la vida.”
- Y, si llegas a rechazar todo, perderás.- lo miré a los ojos, esperando una explicación. –Le arruinaré la vida a tu hermano.- bufé con sarcasmo. – y quizá te preguntes, ¿a mí que mierda me importa su vida?- sonrió. –Pero estoy seguro de que el sentimiento de culpa que sentirás será tan fuerte, que tú propio interior será un infierno, no podrás vivir contigo mismo. Y terminarás muriendo.
Sus palabras me hicieron sentirme más ingenuo, me hicieron sentir de nuevo ese hueco que años atrás quise enterrar con los recuerdos. Me hice más débil; estaba a punto de ceder tan solo porque no quería de nuevo vivir en ese pasado en el que Bill seguía significándome una mierda. Tal como creía que seguía siendo. Me metí las manos a los bolsillos del pantalón y lo miré a los ojos, los cuales no quitaba de los míos, mientras sonreía con suficiencia.
- ¿Para qué quieres a mi hermano?- pregunté. Él alzó las cejas y rió.
- No lo sé, quiero probar algunas cosas con él.
-  ¿Le lastimarás?- ladeo la cabeza.
- No lo sé.

Y de nuevo, me quedé en silencio.

- Piénsalo. En dos semanas iré a tu casa… o lo que queda de ella.
- Habló (Tu nombre) a mi móvil.- me dijo con una pequeña sonrisita.
- Es la primera llamada que te hace desde que salen juntos.
- Mhh…
- Lo siento, no me quise referir a eso.- él negó y dejó el celular en la pequeña bardita de las escaleras.
- ¿Cómo te fue?
- Mierda, ni me lo menciones.
- ¿Tan mal?- asintió.
- He estado pensando en una cosa, ¡pero no quiero que te enfades y empieces a gritar!- me miró serio y asintió.
- ¿En qué?
- Podría… vender droga.- su cara se puso sería completamente. Sabía que trabajos como esos violaban los principios de mi hermano, pero yo era totalmente diferente, a mí no me importaban ni mis principios ni mi moral si eso tenía que jugársela con mi vida.
- Estás loco.- fue lo  único que dijo antes de correr escaleras arriba, sin importarle todo el dolor que seguro sentía en su cuerpo.
Lo seguí hasta llegar a esa habitación, en donde él estaba sentado en el colchón, abrazando sus rodillas. Me senté a su lado y me saqué las zapatillas con delicadeza; después lo miré a los ojos, esperando una palabra suya, porque sabía que diría algo acerca de esto aunque no lo quisiera realmente.
- Por favor, Tom, no te metas en eso…
- Es de la única forma que podemos volver a tener algo para comer, ¿no es eso lo que quieres?- negó.
- Prefiero morir de hambre.- recargó su quijada en sus rodillas.
- ¿Serías capaz de ir a un lugar por cinco días? Ya sabes, para recobrar todo.- me miró.
- Sí.- sonreí.
- ¿Enserio?- asintió.
- Pero solo si vamos juntos.- mi sonrisa se borró de pronto. Negué.
- No, tú solo.- negó, entreabriendo los labios.
- No, entonces no…
- ¡Mierda, Bill, es que tú nunca comprendes cierto!
- ¿Qué?
- ¡Que no te quiero cerca de mí siempre!- cerró sus labios y sus cejas comenzaron a bailar.
- ¡No entiendo entonces porqué finges que después de todos estos años estamos bien de nuevo!
- ¡Para empezar yo no te quería en mi casa, lo hice por papá!
- ¡Creí que volvería a ser igual!
- ¡Te dije que no lo sería, te dije que nunca volvería a quererte…!- no me había dejado terminar cuando sus lágrimas increíblemente ya caían sobre sus mejillas. –Bill, no llores…
- Quise estar contigo, no quise dejarte solo con esto… ¿crees que no sería fácil tomar un camión que me lleve devuelta a Hamburgo?... lo peor de esto es…que lo veía venir, Tom, ¡sabía que tarde o temprano esto sucedería de nuevo, y aun así no quise dejarte!
Me acerqué a él y limpié sus lágrimas; le aparté el cabello de la cara y le envolví en mis brazos. Él me lo contestó, respirando entrecortado. Me separé de él y le miré a los ojos, volviendo a quitar sus lágrimas.
- Lo siento.- tragó saliva. –Estamos juntos en esto, ¿sí?
- Hjumm…- asintió.
- Juntos hasta que todo se arregle, ¿bien?, perdóname… pero es que todo esto es tan difícil para mí…
- Ya lo sé…
Nunca creí que una de las decisiones que hace unos años podría haber tomado con los ojos cerrados, se volviera una de las decisiones más difíciles en toda mi vida.


3 comentarios:

  1. u-u Perdón por dejar de comentar tanto tiempo, no había tenido espacio para leer, ni escribir, espero no te moleste, u-u espero que Tom cambié su forma de ser con Bill jskdhjhfh ¬¬ maldito Maurice .i.

    ¡¡¡ Quiero que todo se arregle!!! Okyá ._.

    Vale, sube pronto, cuídate && bye ^^

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  2. awwwwwwwwwwwwwwwwwwww! Por que todo es tan triste, tan dificil tan hay ya no se? ToT
    Hay me dio cossita lo ultimooo!
    Esperemos y Tomy vuelva a ser el mismo!
    Cuidate y un abrazo :D
    amo tu fic! Yeahhhh! :B

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  3. Esta por darme un ataque de ansiedad! ME ENCANTOOOO..!!!!
    Awnn pobres los gemelitos, ojala ese MALDITO de Maurice no les haga mas daño! T__T
    Espero subas pronto, esto es como una adicción de verdad xD haha sin exagerar!
    Espero el próximo, cuídate mil besos! :D

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