00:00am
¡Pum!
Interrumpí el intento de siesta
que hacía sentado en el sofá para mirar a la puerta. Me detuve a analizarle.
Algo que tenía seguro es que había llorado. Sus labios estaban entreabiertos,
parecía que le era difícil respirar y tenía que hacerlo por la boca; sus
cabellos estaban empapados, seguro por la nieve que se deshacía en ellos. Los
ojos me ardieron del cansancio y la cabeza me punzaba. Él se despojó de su
abrigo y caminó. Negué; me levanté del sofá, y tomé sus muñecas.
- ¡¿EN DONDE MIERDA TE HABÍAS
METIDO!?- Su cara fue inexpresiva, pálida. No tenía mucha fuerza para
lastimarlo, me sentía débil, pero algo en su cara me hacía saber que sentía dolor. Su cuerpo
tembló de nuevo y al tiro lo solté, pidiendo que no fuera otra de sus crisis.
Me iba a pasar la mano por los
ojos, para no quedarme dormido ahí mismo, cuando el color rojo opacó mi vista.
Parpadeé un par de veces y me miré la mano con detenimiento. Sangre. Miré
después a mi hermano, quien con su Jersey sacaba la sangre de sus brazos,
esperando que no lo mirara.
- Mierda, Bill… ¿por qué has
salido de la casa así?- traté de calmarme, de ser algo racional, pero solo no
lograba comprender por qué lo había hecho. Él negó y sus lágrimas cayeron por
sus ojos, un par de ellas, y se combinaron con las lágrimas que se secaban en
sus mejillas. -¿Por qué lloras, Bill?
Sí, de pronto me parecía a ese
hombre que detestaba; el hombre comprensivo, y hasta amable. Me preocupaba por
él, cuando hace solo unos momentos pensaba en apuñalarlo yo mismo. Él negó. Y
no le culpaba, ¿quién le tendría confianza a alguien como yo? De repente dejó
caer el jersey al suelo y se miró los brazos, los bajó a sus costados y su
mirada se quedó empalmada en el suelo. Después me di cuenta de algo.
- ¿Te han hecho daño afuera,
Bill?- le pregunté, con total preocupación. Patético.
Él no hizo nada, ni siquiera se
movió.
- Contéstame.- dije con algo de
desesperación. -¿Te golpearon?, ¿te asaltaron?...- después fui yo quien se
quedó en completo silencio, tratando de negarme a mí mismo la posibilidad de lo
que pensaba. –Bill… ¿te violaron?- y por
fin obtuve una respuesta que me dejó con más calma. Negó.
Sacó su móvil de sus bolsillos
y comenzó una búsqueda en él, lentamente, sin mirarme. Me lo pasó a las manos,
era un móvil realmente lindo con pantalla táctil. Me sorprendí un poco, porque
Bill era algo torpe para esos aparatos, él mismo me lo había dicho. Sacudí un
poco la cabeza y le presté atención a la pantalla. >> ¿Te creías que iba
a ser muy fácil escapar y encima creer que no nos daríamos cuenta?, tu padre es
tan ingenuo<<
- Snif…snif…- aparté la mirada
del móvil para mirar a Bill, quien volvía a sollozar con fuerza, intentando
ocultarlo. Bajé para leer más, pero no había más texto. Era una imagen.
- No…- me cubrí los labios.
Cables en sus patas traseras y delanteras, también en su hocico; su pelo arrancado
y quemado; su cuerpo lastimado. – No…no…- Bruno estaba muerto. Lo
habían matado, lo habían hecho sufrir. >>Si tu padre no sigue nuestras
ordenes, alguien de tu familia, o quizá tú, morirán también<< decía debajo de la fotografía.
Quité el móvil de mi vista y
miré a Bill, que tenía la mirada baja y los brazos cruzados sobre su pecho y
sollozaba. En ese momento lo primero que me pasó por la mente fue la extraña
razón por la que Bill había salido de la casa después de ver la horrible
fotografía, o quizá antes de hacerlo. Pero no me detuve más a pensar y ni
siquiera le pregunté, tan solo me acerqué a él con lentitud y pensaba en algo
que pudiera calmarle. Bruno era de ambos, pero siempre pareció querer más a
Bill de alguna forma.
Él salió corriendo al segundo
piso, y yo inconscientemente lo seguí. Al llegar, estaba bocabajo sobre la
colchoneta sollozando con fuerza. Caminé a su lado y me acuclillé. Vaya, que
esto era tan difícil.
- Deja de llorar, ¿sí?- pero no
me prestó atención. –Bill.- le obligué a levantarse, pero él aun así no me
miraba. –Ven, quiero que duermas junto a mí, ¿sí?- no obtuve respuesta.
Sus sollozos me hicieron despertar de un sueño lo suficientemente incómodo. Encendí la luz y me viré a su lado. Él estaba sentado, mirando la ventana mientras su cuerpo daba algunos saltitos y sorbía la nariz. Me senté igual que él y me dispuse a hablarle.
- Bill, no llores más. Él va a
estar bien.- mordió sus labios y me miró a los ojos, sacándose las lágrimas.
- Le hicieron m-mucho daño…- se
cubrió los ojos con las palmas de sus manos.
- Esos hijos de puta van a
sufrir las consecuencias por todo lo que están haciendo.
- Le pueden hacer daño a papá…
o mamá…
- No les pasará nada, te lo
aseguro, ¿bien?
- M-mataron a mi perro…- de
pronto su cabeza chocó contra mi pecho, sus brazos me rodearon el cuerpo con
una fuerza tan débil. Yo no le devolví el abrazo, no me sentía cómodo
haciéndolo, pero no lo separé de mí.
…
Regresé a casa después de un
largo y algo cansado paseo. Bill seguía en el sofá, fingiendo que miraba la
televisión, pero era claro que no lo hacía. Su mirada estaba en el suelo y sus
manos entre sus piernas; además, a Bill no le
gustaba ver la lucha libre, lo detestaba. Camine a la cocina y tomé al perro en mis
manos y lo llevé junto a Bill. Apagué el televisor y él me miro de pronto,
confundido. Tendí al perro frente a sus ojos, y le coloqué un moño de papel en
la cabeza, sin lastimar mucho al perro. Bill lo tomó en sus manos sin sonreír y
al tiro le sacó el moño de la cabeza.
- ¿Qué haces Tom?- dijo sin
muchos ánimos y hasta de mala hostia. De pronto se quedó mirando al chucho.
-¿le has dado un baño?- asentí.
- Sí. Fui con el veterinario
para que le hiciera sus vacunas y le revisara; le cortaron las uñas y el pelo.-
le pasé de mi bolsillo la cartilla de vacunación; él la abrió y después de
mirar el contenido me miró.
- ¿Scotty?
- Bueno, si no te gusta se lo
podemos cambiar, pero mira lo que le compré- le pasé un collar de cuero azul
con una placa con su nombre. –El veterinario dijo que nuestro perro estaba
completamente sano.- levantó la mirada con sorpresa, dejando el collar en sus
piernas.
- ¿Nuestro perro?- dijo serio.
Asentí. -¿Quieres decir que nos lo quedaremos?, ¿vivirá aquí con nosotros?-
preguntó con una sonrisa.
- Si eso quieres.
- No puedo creerlo, Tom, ¡gracias,
gracias!- se aventó sobre mí y me dio un corto abrazo, con una sonrisa tan
grande.
- Creí que te gustaría, pero no
tanto.- me burlé.
- ¡Me encanta!, y el nombre es
hermoso.
Pareció olvidarse de Bruno por
unos minutos, y eso me hacía sentirme mejor. Me pregunté qué era lo que estaba
pasando realmente con papá; Una amenaza podría ser para joder, pero que hayan
matado a Bruno de esa forma era para ponerle seriedad a todo. Comenzaba a
preocuparme demasiado.
- Eh, Bill, he hecho la comida. ¿Bill?- Estaba sentado a los pies de mi cama, con la mirada ida y los labios entreabiertos. En el suelo estaba Scotty, mordiendo los zapatos de Bill, pero él parecía no inmutarse. Me acerqué a él y le tomé los hombros con fuerza y le moví. -¡¡Bill!!
- Tom…- parpadeó y me miró a
los ojos, preocupado.
- ¿Qué pasa?
- Un amigo tuyo llegó a casa
ayer.- fruncí el entrecejo.
- ¿Qué amigo?
- No lo sé, no lo conocía…pero
me preguntó por ti, me dijo que le debías muchas cosas.
- No le debo nada a nadie. Un
momento, Bill, ¿Era calvo, con tatuajes en el cuello y brazos?
- No le vi los brazos…. Me dijo
que se llama Maurice.- me di un manotazo en la frente.
Estaba metido en un grave
problema, y encima me había arrastrado a Bill conmigo.
By Bill
- ¡Por favor, Tom!
- No, no lo creo, no podemos
viajar.
- ¿Por qué no?, vamos, vamos.
- Lo pensaré, ¿sí?, pero antes
hay algunas cosas que debo arreglar aquí.- sonreí.
- Está bien. ¡Pero no dejes de considerarlo!
- Bien, bien.- sonrió.
- Ahora vengo, ¿bien?- asintió.
Dos semanas habían pasado
rápidamente, Tom parecía cada vez más cansado, ¿y quién lo culpaba?, si salía
para trabajar a las siete de la mañana y regresaba a las diez por la noche.
Pronto sería navidad, y planeábamos todo para hacer un viaje a Hamburgo para
visitar a papá y mamá y a nuestros amigos. Últimamente todo se volvía igual que
en casa con papá y mamá. Tom me había prohibido salir de casa, siempre y cuando
estuviéramos los dos juntos.
- Listo.- él esbozó una pequeña
sonrisita.
- ¿Por qué quieres ir a pasar
la navidad allá?- me miró.
- Quiero ver a mis amigos.
- ¿Andreas?
- Sí, y a Gustav y a Georg…
bueno, y (tu nombre)
- ¿(Tu nombre)?
- Sí, quien iba a casa a hacer
algunos trabajos.- entrecerró los ojos, intentando recordar.
- No la recuerdo.
- Si decides que vamos, la
podrás mirar.- sonreí. Él negó.
- No te hagas muchas ilusiones,
Bill, no podemos salir demasiado.
- Iremos por un par de días.
- Bien, te propongo un reto. Si
logras pasarlo, vamos, si no, nos quedamos en casa fumando porros ¡y tú también
fumarás!
- ¡Nunca probaré esas cosas!-
dije furioso.
- Pues entonces más te vale
ganar.
- ¿Qué pierdes tú si yo gano?
- Tendré que manejar por horas
y estaré un par de días pasando la navidad a tu lado, ¿acaso hay algo peor?-
bajé la mirada. Él comenzó a reír.
- Dime.
- No puedes llorar ni
lastimarte los brazos por estos tres días que quedan para noche buena.- me
mordí los labios y levanté la mirada con brusquedad. Pues él que me creía, ¿Que
no podía vivir sin lastimarme? ¡Pues estaba muy equivocado!
- Oh, pues entonces prepárate
para perder.
- Prepárate para ser un
drogadicto al igual que yo.- sonrió.
- Solo no finjas que peleamos
para hacerme sentir como una mierda.
- Todo es válido, Billy.- rió
con fuerza.
- ¡Vete a la mierda, Tom!
- Lo siento, quien no se va soy
yo, porque me quedaré aquí, en mi casa pasando la navidad.
- ¡Entonces tú no puedes fumar
en estos tres días!- me miró con sorpresa, abriendo los labios.
- ¿Qué?
- Es justo, me estas poniendo
todos los castigos a mí.- me crucé de brazos.
- Eres un hijo de puta.- me
encogí de brazos.
- Tal vez, pero iré a visitar a
mis amigos.
- Y yo tendré un hermano
drogadicto que se corta los brazos.
- Te especializas en hacer
sentir mal a todos los que se cruzan en tu camino, ¿no?
- Si quieres puedes darme
clases para ser el más débil de todos, en no saberme defender.
- ¡CALLATE!, eso no es verdad.-
mordí mis labios. -¡Eres un puto insensible! Sería raro escuchar que tú tienes
sentimientos, ¡siempre lastimas a los otros para sentirte mejor contigo mismo!
-¿Qué es lo que te pasa?, te lo
tomas todo a personal.
- ¿Sabes qué?, ya no quiero estar
más contigo.
- ¿Pues qué esperas? ¡Largo de
mi vista!
- ¡Qué te follen, hijo de puta!
- ¿Quién me folla, tú o
Robert?- se carcajeó.
- ¡Que lo hice por ti, POR TI,
TOM!
- Oh, guarda silenció y vete
¿quieres?
- ¡No, no quiero!
- Ve y métete los dedos por tu
agujero. Hazte inmune a ese dolor, porque es lo único que harás en tres días,
aparte de drogarte, ¡Maricón!
- ¡Tú eres el maricón!
- ¿Enserio, Bill?, no recuerdo
haber follado con un hombre en el instituto.
Mí tés se hizo roja, y sentí como mis ojos se iban llenando de lágrimas en un lapso menor a cuatro segundos.
Tom sonrió con malicia, negando. No era posible que estuviera a nada de perder
la apuesta.
- Oh, el bebé llorará. Vamos,
Billy, llora.- se carcajeó.
- ¡No, no voy a llorar!- le di
una fuerte patada en la pantorrilla. Después me percaté de lo que había hecho y
corrí escaleras arriba, siendo perseguido por él.
Abrí una puerta de la segunda
planta y me encerré en esa habitación con el pestillo. Encendí la luz y después
los golpes de Tom en la puerta se escucharon fuertemente. Había un colchón viejo,
cajas de cartón repletas de cosas, una ventana pequeña y una repisa de madera
con cajitas medianas de madera. Fruncí el entrecejo con confusión.
- ¡SAL DE ESA PUTA HABITACIÓN!-
lo ignoré y sigilosamente abrí una de las cajas.
Un álbum de fotos de cuero blanco maltratado, una cámara Canon negra, era un vejestorio, tan empolvada, y era de esas que usaba pilas, de esas con las que tomabas una fotografía y al tiro tenías una pequeña imagen en tus manos. Había una pila de fotografías viejas y una correa para la misma cámara. Dejé la caja sobre el colchón y después miré una que me llamó la atención por el nombre que llevaba >>Hamburgo<< y con una calcomanía amarilla decía >>Basura<<
Mire a la puerta, en donde Tom no tocaba más. Entonces la tomé con delicadeza y
la abrí. Dentro estaban “apartados” de cajitas medianas de madera con etiquetas
blancas con fechas, >>2005, 2006,2007 Etc. << Tomé la del 2005 y la abrí. Habían algunas fotografías
de Tom con mamá, papá, conmigo, Gustav, Georg y Andy. En todas salía él
sonriente. Había una plumilla de guitarra azul marino; una gorra de los Yankees
autografiada; la que le regaló Georg en su cumpleaños. Recuerdo como no podía
creerse que tenía en sus manos algo como eso. Había también el brazalete que
usó cuando fue al hospital por romperse la columna saltando de un árbol. Algunos
boletos de conciertos de Hip hop, playeras de sus bandas favoritas y una que
otra muñequera.
Mi corazón dio un vuelco al ver
el libro autografiado por su escritora favorita, el libro que compré con mi
dinero, por el que me quede dos noches y tres días formado para ser de los cinco
primeros en Leipzig que tendrían ese libro firmado por ella. Recuerdo que le
quería dar un buen regalo para reconfortarlo de una crisis grave de anemia, en
la cual estuvo por casi un mes recostado en la camilla de un hospital; pálido y
con las pupilas dilatadas.
Estaba esa pulsera de café que
compramos un día, juntos. Ambos simulábamos que era un >>pacto de
hermanos<<, la compramos en un bazar por la calle, regresábamos de la
escuela caminando y nos dio ocio por ir a mirar lo que vendían. La de Tom tenía
al Yang y la mía al Yin. Nunca las juntábamos, pero por el hecho de que dos
partes tan diferentes podían hacer una sola, ambos nos identificábamos con el
Yin y el yang.
La puerta se abrió de pronto,
ahí estaba Tom molesto, mirándome con confusión. Mi corazón latió con fuerza.
Estúpido, estúpido, pensé. Saqué la caja de mis manos, pero era demasiado tarde.
Tom se acercaba a mí con rapidez.
- ¡¿QUÉ MIERDA HACES?!- me tomó
de los brazos.
- ¡TOM!- le grité con miedo.
Me encanto y espero que Bill gane la apuesta asi pueden ir a visitar a sus papas! Ojala Tom no golpee a Bill..!
ResponderEliminarCuídate y un gran abrazo MIL besos
Espero el próximo Capitulo!
oh oh oh! Dios que pasara, golpeara a Bill?
ResponderEliminarMe encanta la fic. . .
Espero subas pronto
cuidate y un abrazo :3