viernes, 10 de agosto de 2012

Capitulo 9


By Tom

- Lleva los platos a la mesa, Tom.- dijo papá. Sin decir una sola palabra caminé a la cocina, tomando trastos y llevándolos a la mesa. Mamá comenzó a servir el desayuno y después miró hacia las escaleras.

- ¡Bill, cariño, ¿a qué hora vas a bajar?!- ahí vi a mi hermano, caminando lentamente aun en pijamas, con sus cabellos desordenados. Abrazaba su cuerpo con delicadeza, con su mirada baja. Se sentó a mi lado, sin decir una palabra. –Hey, ¿te pasa algo?- levantó la mirada, y la cara de mamá palideció. -¿Pero qué son todos esos moretones en tu cara?

- Nada… mamá… hemos jugado brusco con Andy y Georg.

- Eso no se llama “juego”, Bill. Se han peleado, ¿cierto?- dijo papá.

- Algo así…

- Te  veo algo triste, mi amor.- dijo mamá, mirándole.

- Estoy bien, solo me siento algo cansado, no he podido dormir bien.

- Pues sé de algo que te pondrá muy feliz.- sonrió. –Hay una sorpresa en el garaje, para ambos.- dijo, mirándome. Yo bajé la mirada, y me concentré más en comer.

Al terminar de desayunar, mamá y papá se levantaron de las sillas y nos miraron sonrientes. Tomé el tenedor y lo restregué en el plato, algo ansioso, esperando a que se largaran; pero mamá tomó la mano de Bill y le hizo que se levantara. Ambos caminaron, esperándonos a papá y a mí.

- ¿Qué, no piensas venir?- mordí mis labios y caminé tras él, lentamente. Mamá abrió la puerta que daba para el garaje y ahí se asomó un pequeño cachorro, negro del lomo y la cara y las pequeñas patas blancas.

- ¡Un perrito!- gritó Bill, tomándolo en sus brazos y apretándolo con ternura. – ¿De dónde lo sacaron?- el cachorro lamió la mejilla de Bill, haciendo que él riera y lo alejara.

- Lo hemos adoptado.- dijo mamá. –Nos pareció que les hacía falta un animal en casa.

La realidad era que después de que nuestra perrita que había muerto atropellada, ninguno de los dos quisimos otro perro, pues no queríamos que pasara algo parecido. Bill puso a caminar al perro dentro de casa; era tan tierno, parecía marchar con esas patitas tan grandes y gordas. Bill volvió a tomarlo en sus brazos, dándole besos en la cabeza.

- ¡Eres tan tierno y lindo!- miró a papá y a mamá, sonriendo. -¡Gracias, gracias, gracias!

- Sabíamos que les gustaría.- dijo papá. Mamá puso su mirada en la mía.

- Vamos, mi amor, deja que Tom lo tenga en sus brazos un momento.- Bill miró a mamá y al tiro, sin dejar de sonreír, me miró y tendió al cachorro, tomándolo por las axilas. Yo retrocedí, negando serio. –Oh, Tom, no puedes negarte a un cachorro así, solo míralo.

- No lo quiero.- dije.

- Podrías guardar el orgullo para después, esto lo hacemos para que ambos estén felices.- dijo papá, mirándome algo enojado. Yo me quedé de pie, mirando al perro que una vez más estaba en los brazos de Bill, siendo mimado con besos y caricias.

- ¡¿Y cómo lo llamaremos?!- preguntó, mirándonos.

- Sobre eso tendrán que ponerse de acuerdo tú y Tom, ¿bien?, ¿Por qué no lo llevan al jardín y así discuten sobre el tema?- él asintió, caminando al jardín.

- ¿Y tú qué esperas, Tom?- lo miré serio, tragando saliva con pura rabia. Apreté los dientes y seguí el camino de mi hermano.

Al llegar al jardín el me miró pero pronto bajó la mirada al perro, haciéndolo jugar en el pasto. Mordí mis labios y me dejé caer de rodillas, a su lado, guardando la distancia y el espacio personal. El perro se me acercó, oliéndome los pantalones y después mordiéndolos y jalándolos con sus pequeños dientes.

- Hey, largo de aquí, chucho.- le acaricié la cabeza y lo alejé un poco.

- Eres tan tierno y obeso, ven aquí.- chasqueó sus dedos hasta que el cachorro corrió torpemente hacia él. –Dime que no es tierno, Tom, solo mírale la carita, es tan bonito.- dijo mostrándome al perro, tendiéndomelo.

- Sí que es tierno.- sonreí.

- ¿Entonces porque no lo sostienes?- me miró, sin mover al perro de mi vista.

-No me apetece.- lo miré. -¿Quisieras decidir su nombre pronto?- dejo al animal en el pasto, corrió lejos, oliendo todo a su alrededor.

- Podemos ponerle Black.- dijo sonriendo. Yo lo miré incrédulo.

- ¿Black?, pero que nombre más marica, Bill.- él rió.

- Gilbert, o Angus.- decía sonriendo, yo negaba. –Arthur, Benny, Tory…

- Vamos, Bill, que es un perro.- me carcajeé, haciendo que él también lo hiciera.

- Y… ¿Bruno?

- Humm, puede ser, me gusta.- lo miré.

- ¿En serio?- asentí. –Bien, entonces que se llame Bruno.

- Bien.- sonreí. Él se levantó del pasto y fue en busca del cachorro. –Brunito, ¡ven aquí!

Me levanté del pasto y entré en casa, caminando a la cocina para fregar los platos, pero antes de poder si quiera mirar la cocina, escuché la voz de papá llamar mi nombre desde el hall de la TV; y no sabía cómo mierda había sabido que era yo quien entraba a casa. Con los nervios de punta caminé hacia la habitación, en donde mamá y papá se abrazaban, mirando la televisión.

- M-mande.- él me miró, dejando de rodear a mamá con su brazo, irguiéndose en el sofá.

- En dos días comienza tu curso de verano.- asentí. – Entrarán a la preparatoria de esa escuela, así que quería pedirte que al comenzar con el curso pidas los papeles de la inscripción.

- Pero yo no quiero entrar en esa preparatoria, papá.- dije serio.

- Pues lo harás, lo siento.

- No, no quiero, ¡odio esa escuela! Por favor, déjame ir a otra.

- ¿Crees que te lo mereces, Tom?

- ¿Podemos dejar lo de la prueba para después? No tiene nada que ver.

- Sí tiene mucho que ver. Todavía Bill podría exigirnos un cambio, siempre ha tenido buenas calificaciones, tú apenas pasas los años con la calificación más baja.

- ¡Pero no me gusta, papá!, ¡Tú no sabes lo que me hacen ahí!

- Oh, por favor, no inventes cosas, ¿bien?

- ¡No lo invento, papá, es verdad! ¿Por qué no puedes creerme?

- Has mentido demasiado estas últimas semanas, ¿cómo esperas que te crea algo tan absurdo?- negó. –Te vas a quedar ahí, y se acabó.

- No, papá, no quiero.

- Pues lo harás porque yo lo digo.- dijo en un tono alto y firme.

- ¡¿Qué acaso mi opinión no cuenta?!

- ¡No, no cuenta!, ¡largo a tu habitación!

- ¡Te odio, papá!- grité, encaminándome a mi habitación, echándome en el suelo, sintiendo el frío mármol en mi piel. Cerré los ojos, sintiendo también como mi corazón palpitaba enfadado, con ansia.

[…]

El curso de verano está por acabarse, pues solo será una semana y después podré ser libre otra vez. Esperaba a que papá me recogiera, cuando la maestra se acercó a mí, sonriendo, con su bolso en su hombro.

- ¿Cómo te sientes ahora?- la miré a los ojos, estrujando mi mochila con fuerza.

- Si te digo como me siento, me obligarías a venir dos semanas más.- ella rió.

- No seas tan pesimista, Tom, es para ayudarte.

- No quiero estar más en esta escuela, y el imbécil de mi padre me obliga.- me miró sorprendida.

- No hables así de tu padre, Tom, ¿cómo crees que se sienta si un día te escucha?

- A él  no le importa lo que yo piense, no le importa mi opinión, ¿por qué a mí debería importarme lo que sienta?

- Sí que le importa lo que sientes, no digas que no es así. Todos los padres quieren lo mejor para sus hijos.

- Pues seré yo la excepción, porque papá hace unos días me ha dicho que mi opinión no importaba, y mamá me ha mirado extraño porque Bill y yo hemos dormido en la misma cama.- me miró confundida.

- ¿Has dormido con tu hermano?- asentí.

- No le miro nada de malo a ello; Bill es un completo marica, le teme a las tormentas y me pidió dormir conmigo.

- Desde que han secuestrado a tu hermano pareces odiarlo.

- Pues lo hago, si no fuera porque aun siento algo por él, lo estrangularía sin piedad.

- ¿Qué sientes por él, te gusta o…?

- ¡¿QUÉ?!- ella guardó silencio. –Es mi hermano, mierda. Sería enfermo que me gustase.

- Pues aunque no lo creas, hay hermanos que sienten atracción por el contrario.

- Pues creo que este no es un caso…

- ¿Por qué le haces daño a tu hermano?- bajé la mirada. Ahora que lo pensaba y analizaba, no sabía exactamente la razón de porqué le hacía daño a él, pero tenía que aceptar que se estaba haciendo algo así como una maña, me estaba gustando hacerle llorar y pedirme perdón; me gustaba confundirlo, hacerle creer que el que estaba mal era él, no yo.

- Me estoy vengando.

- ¿De qué?

- Pues… de él, de todo lo que hizo… arruinó mi vida…

- No creo que la haya arruinado, él te quiere mucho.

- Se burlan de mí por su culpa; me juzgan a mí por su culpa; me gritan a mí por su culpa; me han golpeado por su culpa; y papá y mamá me regañan por su culpa. Por eso- la miré a los ojos. -, por eso me estoy vengando.

- ¿Por qué mejor no hablar con él sobre esto?

- No soy amigo del diálogo, yo me las arreglo como quiera y pueda.

- Tengo que hacer una cita con tu familia.- la miré, sorprendido.

- ¿Qué?, no, pero, ¡¿por qué?!

- Solo necesito hacerla.

- Iré caminando a casa, yo no les diré nada… la puta madre…- ahí venía llegando papá, en su gran camioneta negra. La maestra se acercó a él, saludándole con una sonrisa.

- Buenos días, señor Kaulitz.- sonrió.

- Buenos días, ¿pasa algo con Tom?- asintió.

- Como su semana de curso de verano concluye mañana, me gustaría que usted, Bill y su esposa vinieran a una cita, con Tom.- papá me miró, enfadado.

- Bien, claro que sí.

- Muchas gracias, entonces, nos miramos mañana a las 8:15 por la mañana.

- Muy bien, buen día.

- Buen día.- contestó ella. Subí al auto, siendo asechado por la mirada asesina de papá.

- Si nos has metido en más problemas, yo…

- ¡No son problemas!- interrumpí.

- No vuelvas a gritarme de esa forma, Tom, ¿es que no te mides?- guardé silencio.

Al llegar a casa, Bill estaba sentado en la sala, acariciando a Bruno con sus uñas, sonriendo. Papá se acercó a él y acarició la cabeza del perro, sonriendo.

- No puedes soltar a esta cosa, eh.- dijo él. Bill sonrió.

- Es que es tan lindo.- papá sonrió de nuevo, despeinando un poco el cabello de Bill para después irse.

- ¿Cómo te fue, Tom?- preguntó, mirándome, tratando de alejar al can de su cara.

- Mal.- dije seco. Camine hacia la cocina, en donde tomé un vaso y lo llené de agua fresca. Mamá me miraba con seriedad, como si estuviera analizándome. –Eh… ¿Qué pasa?

- Oh, nada, nada.- volvió a los suyo. Me quedé algo confundido, pero decidí ya no prestarle más atención. Caminé hacia el estudio de papá, en donde había bastantes instrumentos, y entre ellos, resaltaba el hermoso piano de cola café y un arpa a su lado. Me acerqué al piano y me senté en ese banquito un tanto incomodo, tan solo con la mirada ida, pensativo, y entonces, con delicadeza dejé mi vaso en el suelo y coloqué mi pie en el pedal.

By Bill

- ¡Oye, chuco, suelta eso!- tenía mi collar entre sus pequeños dientes, jalándolo. Yo empecé a carcajearme y lo tomé en mis  brazos, para caminar a la cocina con mamá, quien me miro sonriendo y negando a la vez.

- ¿Por qué no dejas de una vez a ese animal?

- Oh, mamá, es precioso, mírale.

- Sí es lindo, cariño, pero lo tienes en tus brazos la mayor parte del día.- dijo carcajeándose.

- Bueno, ahora lo dejo en el jardín, ¿sí?

- Bien, porque es hora de la comida.- sonreí. Me lo llevé en mis brazos hasta el jardín, cuando escuché una melodía que provenía del pequeño estudio; dejé a Bruno en el pasto y corrí hasta el estudio, en silencio.

Ahí estaba Tom, algo encorvado, tocando las teclas en el piano; parecía algo estresado por la forma en que su cuerpo se miraba tan tenso, pero aun así tocaba con delicadeza, usando ambas manos, mientras sus rastas se movían al ritmo en que su cuerpo lo hacía. Entré en la habitación, sin que Tom se inmutara, tan solo seguía tocando, aunque quizá ya se había percatado de mi presencia ahí. De pronto sus dedos pararon y él se irguió.

- Vaya, Tom, nunca me dijiste que sabías tocar el piano.- él me miró, con una pequeña sonrisa en sus labios.

- No es interesante.- rodeo los ojos, levantándose del banquito.

- Sí que lo es. Te lo tenías muy bien guardado.

- Oh, Bill, vamos.- dijo saliendo de la habitación; lo seguí a paso rápido. Caminó hasta su recamara.

[…]

Por la noche me llegó una pesadilla terrible. Me levanté de la cama, respirando entrecortado y tomando el pequeño león de felpa que Tom me regaló en mi cumpleaños 10. Caminé a su recámara, aun temblando por el impacto de la pesadilla, y haciendo mi mano un puño, toqué la puerta, que se abrió al tiro. Tom aun seguía despierto, escuchando música a un volumen muy bajo.

- ¿Qué?

- Yo… ¿puedo dormir esta noche contigo?- pregunté algo nervioso; y la realidad es que me sentía faltante de cariño y compañía. Quería estar con él, tenía miedo.

- Bien, si eso es lo que quieres.- sonreí, acercándome a él, metiéndome en su cama, a su lado.

- Gracias.- le miré. -¿Te pregunto algo?

- Lo acabas de hacer.- me miró. –Ya va, pregúntame.

- ¿Por qué te has vuelto tan cabezota este mes?- recorrió mi cara con sus ojos, parando después en mis ojos.

- ¿Un cabezota?- asentí.

- Tan extraño, enfadado conmigo y con papá y mamá.

- Bill, hemos hablado ya de esto, no me hagas molestarme.

- No, no lo hemos hablado, lo hemos gritado.- me miró a los ojos.

- Bueno, sea lo que sea, no me apetece hablar de esto, ¿bien?- asentí, dejando caer mi mirada a mis manos. Él se sentó y se deshizo de la goma que sostenía sus rastas, dejándolas caer libremente por su espalda. Apagó el reproductor de música y después me miró, con una pequeña y casi invisible sonrisita. –Bien, creo que es hora de dormir, ¿no?- asentí. Él se recostó en la cama y apagó las luces.

- Buenas noches, Tom.- dije en casi un hilo de voz.

- Descansa.- dijo seco, como siempre lo hacía.

- ¿Tom?

- ¿humm?- dijo, dando la vuelta entre las cobijas, dándome la espalda.

- Yo… no soy un sadomasoquista… - No obtuve respuesta, ni siquiera otro sonido, pero no era que realmente lo quería o necesitaba.

 Me removí en las cobijas y apreté a mi león en mis brazos, algo aterrado. Inconscientemente –o quizá no mucho- me acerqué un poco más a mi hermano; lo necesitaba cerca, quería que volviera a ser el mismo, ahora lo necesitaba demasiado.


2 comentarios:

  1. Owww :33 un perrito "hagssfda" que lindo C: bueno creo que la actitud de Tom, ummm, mejora (: ojala *-* Okyá ._. bueno muy buen cap (Y)

    Sube pronto, cuídate && besos :**

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  2. aaaaaaaaaah! Cada vez me gusta másssssssss!
    Estuvo muy lindo, hoy nno fue tean violentoo hahahah
    me enccanta me enccanta me enccanttttaaaaaa!
    Espero y subas pronttoo!
    Cuidatte y un abrazo :)

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