Caminábamos lentamente hacia el auto.
Cruzábamos los pasillos repletos de personas que nos miraban a ambos,
haciéndome sentir la mierda más grande de todas.
-¡Eh, Bill, ¿para cuándo me haces mi
paja?!- y todos se burlaban a su alrededor.
- ¿Cómo se siente que te la metan por el
culo, Bill?- bajé la mirada, sin mirar a ninguno de ellos.
- ¡Eres tan marica que hasta a tu madre
le das vergüenza, solo mírala!
- ¡Que rico se ha de sentir azotarte ese
culo pe perrita!- y una vez más, todos rieron.
- ¡Con razón tu hermano no te perdona,
también le das vergüenza!
- Si te has quedado con ganas, conozco a
alguien que le gustaría probar de tus fluidos.
- Bill, amigo…- ahí estaba Gustav,
mirándome a los ojos, serio. -¿Nos volveremos a ver?
- si eso quieres…- dije tan bajo.
- Suerte.- lo miré con pena, con las
lágrimas al borde de mis lagrimales.
- Y a ti.- encorve la mitad de mis
labios y seguí caminando tras mamá.
Al llegar al auto y sentarnos en los
asientos, mamá dio un fuerte suspiro, tomando su frente con su mano, en la que
aun tenía las llaves del auto. Quité mi mirada de ella, bajando la mirada a mis
muslos. Ella metió las llaves y prendió el auto, en el cual había música, pero
ella apagó el estéreo antes de que sonara más de una palabra. Le escuché un
pequeño sonido salir de su garganta después de otro suspiro. Lloraba. Sentí
cosquilleo en mi pecho, ese que te da cuando te has sentido culpable, porque
sabes que la razón de sus sollozos, eres tú.
- Ma-má…- conseguí decir después de
pensar que era una mala idea hablarle.
- Bill, por favor guarda silencio.- dijo
con voz baja, mirándome. Volví a bajar la mirada.
- Ya no llores, mami… por favor…- no la
miré, y esperé que mis palabras hubieran salido sin algún timbre de voz, pero
claro que no, sí lo habían hecho. Y ella me miró seria, sacando sus lágrimas.
- ¿Puedes responderme una cosa, Bill?-
No, no podía, o quizá no quería, por miedo a tener que contestar algo realmente
vergonzoso. Pero la miré, esperando su pregunta, esperando que no me lastimara
más. -¿Usaron preservativo?- mordí mis labios.
- N-no…- contesté con sinceridad. Ella
volvió a dejar que más lágrimas cayeran de sus ojos.
Ella no me volvió a hablar en el camino,
hasta llegar a casa, cuando papá me miró confundido al subir las escaleras tras
mamá, quien limpiaba sus lágrimas y caminaba hacia papá, tomando su mano. Yo me
adentré a mi recámara, cerrándole sin echar el pestillo. Me eché en mi cama,
bocabajo, descargando las lágrimas en mi almohada.
Era
la desesperación la que me consumía el cuerpo, haciéndome apretar los dientes
de rabia hacia mi propio ser; nunca me había sentido tan decepcionado de mí
mismo. De pronto, me había quedado solo, en un mundo donde lo único que me
importaba era sonreír, porque, ¿de qué sirve sobrevivir en un mundo con
dolor?... pero se me estaban acabando las opciones, ya no tenía algún motivo o
propósito por el cual volver a sonreír y ver la vida como lo era antes, ahora
solo era negra y profunda, tan profunda como los ojos de una persona la cual ha
sufrido suficiente para saber que la vida no es como lo pensaba.
Nadie
se molesto en escuchar mi versión de la historia, todos me trataron de
>>maricón<<, no se preocuparon en saber si me herían, o si me
sentía bien con sus palabras. Ni siquiera Tom.
- humm…- gemí al sentir el frío metal
atravesando mis muñecas con delicadeza. Éramos amigos. Me calmaba; me hacía de
alguna forma feliz.
[…]
Un
tibio tacto en mi frente me hizo despegar los ojos con confusión. Miré a la
puerta, pero lo único que vi fue una larga y oscura sombra bajar las escaleras.
Me senté, quitando las cobijas de mi cuerpo. El sol me lastimaba los ojos. Salí
de la cama con los pies descalzos y me cambie la ropa. Bajé las escaleras, en
busca de mi perro, pero su voz me hizo estremecerme y temblequear un poco.
- Sí, es Bill, ya ha despertado.- me di
la vuelta. Él vestía con su uniforme y agarraba sus rastas en una coleta con
una goma negra.
- Bien, dile que venga a desayunar.-
caminé sin querer escuchar una sola palabra de nuevo salir de su boca. Me senté
en el comedor, frente a mamá, quien ponía un plato con cuatro waffles frente a
mí, repletos de maple y mantequilla.
Después
sentí la presencia de mi hermano a mi lado, pero no me hice amago de mirarlo,
tan solo miraba a mamá maniobrar con un par de vasos y una jarra con leche
achocolatada. Puso esos vasos sobre los portavasos de madera circulares, frente
a nosotros. Tom empezó a comer, sin mucha prisa, pero en mi caso, esa comida no
se veía nada apetitosa. Partí un pedacito con el tenedor, llevándolo a mi boca
con delicadeza, nervioso; y después de terminar uno entero, me decidí por dejar
de comer, tenía vergüenza, no podía cargar con ella y encima pretender que todo
iba bien. Me recargué en el respaldo de la silla y suspiré, abrazando mi
cuerpo.
Al
cabo de unos minutos, Tom terminó su desayuno y se levantó de mi lado,
caminando hacia la cocina con los trastos en sus manos. Mamá me miraba seria,
perecía querer decirme algo, pero no lo hacía. Tom cepilló sus dientes y
después, tomando su mochila, caminó serio junto a mamá.
- Estoy listo, mamá.- dijo cortante.
- Bill, ¿quisieras venir?- pero yo no
contesté, me quedé en silencio haciendo en mi mente una respuesta adecuada. –Tenemos
que bajar a recoger los papeles para un nuevo instituto, no puedes quedarte
aquí siempre.
- Mamá, que llegaré tarde.- volvió a
decir en un timbre de voz más alto.
- ¡Tom, ¿podrías esperar un poco?!
Y yo solo asentí, levantándome junto a
mamá, caminando al garaje. Entramos al auto, en el asiento trasero, y ella
encendió el auto, mirándonos a ambos desde enfrente.
- ¿Ninguno vendrá enfrente?- No
contestamos. Ella suspiró y salimos en dirección al instituto.
Al
llegar, él bajó del auto sin despedirse, azotando la puerta del auto. Mamá sacó
las llaves del auto y abrió su puerta, mirándome a los ojos, seria. Bajé la
mirada con miedo y nervios, sin decirle una sola palabra. Abrí la puerta y
saqué mis pies, los cuales temblaban. Salí del auto cerrando la puerta y
caminando junto a mamá hasta entrar ahí, en donde parecía no haber nadie,
estaba todo vacío, y lo agradecí demasiado. Mamá tocó en la puerta de la
dirección y al tiro le abrieron.
- Oh, los estábamos esperando, entren.-
mamá asintió con una sonrisa y entramos; ahí estaban los padres de Robert, con
una cara larga, mirándome con asco. –Tomen asiento, por favor.
- Gracias.- dijo mamá, y se sentó. Yo también lo
hice, a su lado, mirando a Robert, quien estaba ahí físicamente, pero al
parecer su mente estaba en otro lugar.
Todo
comenzó con estúpidas palabras, recalcando que lo que habíamos hecho no estaba
bien, que era una falta a la moral, a la cordura y al pudor. En fin, todo lo
que ya sabíamos de antemano. Después de unos minutos papá llegó, impregnando la
habitación con su olor; venía trajeado, formal, pues después iría a su trabajo.
Estaba enojado por haberle quitado unas horas de su trabajo en estar aquí. Fueron
peleas entre mi familia y la de Robert. Fueron tantas peleas que termine llorando
con fuerza. Su mamá me ofendió, su padre también. Mamá ofendió a Robert… mamá
me ofendió a mi también.
Preferí salir de ese lugar, no quería
escucharlos más, me sentía completamente mal. Sus miradas y burlas taladraban
mis oídos, haciendo que mis lágrimas se hicieran cada vez más y me dejaran sin
respiración. Martin se me acercó, tomando mis manos que estrechaban mi cuerpo.
-
D-éjame…- él negó.
- ¿Por qué lo hiciste, Bill?, ¡Tú sabías
que Robert era mi novio!- me quedé en silencio. -¡¡Eres un puto marica!!-
gritó. -¡tú no te mereces la vida, jodido imbécil!- sentí su puño en mi
mejilla.
- ¡No vuelvas a golpearme, Martin!...-
él se carcajeo. -¡Yo lo hice por mi hermano, ni siquiera me gustan los hombres!-
sentí mi cuerpo en el suelo y una fuerte patada en mi estómago.
- ¡No me metas en tus estupideces, Bill!
- T-tom…- me reincorporé de nuevo,
poniéndome de pie frente a él. –No me pegues…- dije con miedo. Después de todo,
yo quería seguir creyendo que él me defendería como lo hacía antes.
- Entonces deja de culparme por lo que
tú has hecho, cabrón.
Pero de un segundo a otro sentí la
sangre hirviéndome por el cuerpo, mi corazón palpitó desesperado, enfadado,
como un motor viejo a punto de sobrecalentarse y explotar; mi piel se tensó,
apreté mis dientes y mis puños con enfado, mirándole a los ojos, mientras él se
mordía los labios, enojado.
- ¡¡NO ME PEGUES!!- repetí, haciendo
caso omiso a sus palabras y le empuje con mis brazos en el pecho, haciendo que
él se tambaleara hacia atrás, abriendo sus brazos para tomar equilibrio.
- ¡¿Qué te pasa, hijo de puta?!- me jaló
del cabello, pero yo le jale una rasta con fuerza. Me golpeó en el estómago con
fuerza, haciendo que lo soltara para tomar mi cuerpo.
- ¡Mamá te dijo que no me golpearas!-
todos a nuestro alrededor se burlaron de mis estúpidas, pero ciertas palabras.
Tom me azotó en la pared un par de veces, haciendo que me mareara y viera todo
con pequeños puntitos blancos. –Déjame…
- Pero ¿qué no recuerdas que tú no le
puedes decir nada a mamá?- se carcajeó a lo bajo. –Idiota.- se fue de ahí. Yo
lloré fuertemente, escurriendo mi cuerpo por la pared hasta sentarme en el
suelo, cubriendo mis ojos.
- Deja de llorar.- levanté la mirada.
- ¿Qué quieres?- dije seco.
- Eso, que dejes de llorar, y que no me
hables así.- bajé la mirada.
- Perdón…
- Levántate del suelo, Bill, ya nos
vamos de aquí.- asentí y me puse de pie, mirándolo. Su mirada podía causarme
bastante miedo cuando estaba molesto. –tu madre te espera en el auto.
- Ya voy, papá…- pasé frente a él,
siendo detenido por su mano, que tomaba mi quijada y me obligaba a subir la
mirada a sus ojos. Coloco sus dos manos en mis mejillas y me sacó las lágrimas,
negando.
–Hey, quita esa cara de sufrimiento, ¿bien?- arrugó los ojos, intentando mostrar una sonrisa. Y despeinó mi cabello. –Nos vemos por la noche. Dile a tu madre que quizá no llegue para la cena.- asentí. Él no estaba enojado conmigo, era algo peor aún… él estaba decepcionado de mí.
–Hey, quita esa cara de sufrimiento, ¿bien?- arrugó los ojos, intentando mostrar una sonrisa. Y despeinó mi cabello. –Nos vemos por la noche. Dile a tu madre que quizá no llegue para la cena.- asentí. Él no estaba enojado conmigo, era algo peor aún… él estaba decepcionado de mí.
De regreso a casa, lo único que hice fue
correr al jardín por mi perro. Él meneó su colita con rapidez, lamiendo mi
cara. Le acaricié y di un par de besos en su cabeza, sonriendo. Me quedé ahí
sentado por unas largas horas, en silencio, acostado sobre el estómago de mi
perro, mirando el cielo repleto de nubes pequeñas; el viendo chocaba en mi cara
tan fresco. >>cruzaste una línea muy gruesa, Bill<< recordé lo que
había dicho la maestra antes de acompañarnos a la dirección.
Y tenía razón.
Negué para mí mismo y me levanté del
pasto, entrando a casa. Escuché un suspiro en la sala; sabía que era de mamá,
así que caminé hacia allí y la miré llorando, cubriendo sus ojos con la carpeta
con mis documentos en sus manos. Me sentía una basura al saber que ella se
sentía y sollozaba de esa forma por mi culpa.
- ¿Estás decepcionada de mí,… mamá?-
articulé en un hilo de voz. Ella levantó la mirada y apretó los ojos.
- Vete de aquí, Bill, por favor.
- Perdóname, ¿sí?... por favor…
- Tendrás que repetir el año… - bajé la
mirada. Caminé hacia ella, sentándome a su lado. -¿Tú querías hacerlo, Bill?
- No. Me vi obligado a hacerlo; después
me arrepentí.
- ¿Por qué no le dijiste que parara?- me
quedé en silencio, y ella no volvió a insistir más. -¿Por qué nunca me lo
dijiste a mí?
- ¿Decirte qué?- pregunté, mirándola.
- Que eres homosexual.
- No soy… te dije que me vi obligado a
hacerlo, mamá…
- ¿Y tus brazos?
- Tengo que hacerlo.
- ¿Por qué?- sollozó.
- Lo necesito para ser feliz.- ella volvió
a llorar con fuerza. –No llores, mamá…- dije preocupado.
- ¡¿Cómo puedes decir eso?! ¡Tú no
necesitas el dolor para ser feliz!- sollozaba.
- Es que no soy feliz…- me llegaron las
ganas de llorar también.
- Dime qué te falta, Bill, ¡te prometo
que te lo daré!- el corazón se me rompió al escucharle decir esas palabras. Comencé
a llorar yo también. La quería demasiado, me hacia tan mal verle llorar.
- No sé, mamá… me falta… todo…- confesé.
–Me siento solo…odiado…
- No, mi amor.- dijo con su voz
temblante, y me dio un abrazo tan fuerte, acariciando mi cabello. Estaba
decepcionada de mí, era en lo único que pensaba cuando la escuchaba llorar por
mi culpa, pero ahora me daba cuenta, y yo mismo era testigo, de que ahora sí
estaba decepcionada.
Dejó de abrazarme y me miró a los ojos,
quitando mis cabellos de mi cara; me dio un beso en la frente. Secó mis
lágrimas y después secó las suyas. Yo bajé la mirada, completamente avergonzado
con mi propio ser.
[…]
Mamá hizo la comida y colocó dos platos:
el suyo y el mío. Papá no comería aquí, y Tom lo pasaría en lo de Gustav con
Andy y Georg. Los dos nos sentamos en la mesa, mirando nuestra comida con
seriedad; tomé el tenedor y piqué la comida con ansiedad, y después, mamá me
miró con una pequeña sonrisa que yo no contesté.
- ¿Tienes apetito?- me preguntó.
- No.- dije negando. - ¿Y tú?- ella echó
el aire por su nariz.
- No.- sonrió.
- ¿Me puedo ir a mi recámara?- Ella
asintió.
- Adelante.- sonreí y me levanté de la
silla, tomando mis platos. –No es necesario, yo me lo llevo, Bill.
- ¿Estás segura?- asintió. –Bueno, gracias.
Me encerré en mi recamara echando el
pestillo torpemente; me senté en mi cama, con la culpa consumiéndome el
estómago y la garganta; me sentía tan imbécil. Entonces, para calmar mi
desesperación, tomé mi computador y entré en esas redes sociales, tan solo para
entretenerme en algo. >>Marica<<, >>¿Qué se siente ser odiado
por tu hermano gemelo?<<, >> zorrita, ¿cuánto cobras por
hora?<<, >>¿Te gustó que te la metieran por el culo?<<
- Esto no es…-me silencié yo solo, cubriendo
mis labios con ambas manos. Seguí bajando y todos los comentarios decían cosas
similares, hasta que encontré uno:
>>Eres fuerte, Bill, no te dejes
influenciar por los comentarios estúpidos de los demás<<
Comencé a llorar con fuerza, cerrando el
computador sin delicadeza, azotándolo; me dejé caer hacia atrás, sobre la
almohada, estrujando las cobijas con mis manos, deshaciéndola. Escuché mis
sollozos agudos, mi corazón latir a un ritmo rápido. Me estoy muriendo. Me quité
los cabellos de la cara y saqué mis lágrimas de mis mejillas, las cuales al
tiro volvieron mojarse. Mi respiración era entrecortada; jadeaba con fuerza.
Corté mis brazos, apuñalándome con la navaja
de papá. Quité mi playera y me corté el estómago, desesperado.
- ¡AHH!- grité con dolor, tocando mi
cuerpo ensangrentado. Aventé la navaja el suelo, cubriendo de nuevo mis ojos.
- ¡Bill!- dijo mamá tocando a mi puerta.
- ¡Vete, mamá!- grité.
- ¡¿Estás bien, Bill?!
- ¡No, no estoy bien!- Escuché la puerta
abrirse y vi a mamá, guardando las llaves de mi habitación en su bolsillo. Se acercó,
corriendo y envolviéndome en sus brazos. - ¡vete!
- ¿Qué te pasa, Bill?, ¿por qué lloras?
- ¡N-nadie me quiere, mamá!- grité.
-¡Todos me odian por un error… por una mala decisión!- ella me acarició el
cabello.
Ese comentario decía una mentira… yo no
era fuerte….
- Tranquilízate, cariño.- suspiró.
-¿Podrías venir a visitarlo mañana?- me viré a la puerta, ahí estaba (tu
nombre), pero yo me aferré al cuerpo de mamá, escondiendo mi cara.
- Está bien…
- Mi amor, ya no llores.- intenté hacerlo,
pero no deje de llorar sino hasta después de unos largos minutos, que me quedé
apresando a mi mamá, hasta quedarme dormido a su lado.
Ahhhhh!! me encantooooo mucho, te juro desde las 11:00 de la mañana he estado revisando, para ver si estaba el capitulo..! Soy adicta a la Fic'... de verdad me encantooo muchisimoo...
ResponderEliminarCuidate mucho mucho muchoo.....
Sube pronto.. ;-)
Lo siento, pero si no les molesta a las lectoras y a ti Alien Listing me gustaría que pasaran por mi Blog y vieran mi One Shot... este es el Link... http://oneshotelultimoadios.blogspot.com/
Gracias... y nuevamente.. ME ENCANTOO y espero con muchísimas ansias el próximo! ;-) Bye
pobre bill, el no merece eso
ResponderEliminarnosé si te pasaste por mi fic, pero ya puse el capítulo 29, y una pequeña disculpa por tardar tanto en subir
awwwwwwwwwwwwww! T--T lloreeeeee!
ResponderEliminarYa nno quiero ver sufrir a Bill
Me encantta tu fic LA AMOO! :3
Espero subas pronttto!
Cuidatte y un abrazooooo! :D
acabo de terminar de leer todos los cap y lloreeee con cada cap no quiero ver sufrir a Bill no se lo merece...
ResponderEliminarAmo la fic es muy linda sufe otro xfa siiiii
cuidate mucho chao :)