Hamburgo, 8 de diciembre, seis veintiuno de la noche. Oficiales invaden nuestro hogar; todos ellos serios, mirando a mamá llorar con desesperación. Escucho a papá al teléfono dentro de la cocina. Estoy asustado. La mirada de papá se pone sobre mí, y se acerca, tomándome de la mano con fuerza; miro a un policía.
- Por su seguridad, no intente hacer la búsqueda
usted sola.- fue lo último que escuché antes de que papá me hiciera subir las
escaleras.
Me hizo sentarme en mi cama. Me miró a los ojos y
acarició mi mejilla, serio. Se inclinó frente a mí y suspiró. Lo entendía todo,
pero por alguna razón mis cuerdas vocales habían extinto mi voz, y no hablaba,
solo lo miraba, con el corazón latiéndome al cien.
- Tom, no bajes ahora, por favor, ¿está bien?-
asentí levemente.
Papá se erguió y caminó hacia la puerta, cerrándola
con delicadeza. En mi habitación todo se hizo silencio, excepto por la tormenta
que hacía afuera. Quité mis zapatos y deshice la cama; me metí en ella,
abrazando mi almohadón, cobijando todo mi cuerpo por completo, hasta mi
cabello. Comencé a llorar en silencio; sí… mi primera reacción ante lo que
pasaba en este momento.
9- Diciembre- 7:30 am
- Tom, despierta, es tarde para ir al colegio.-
entreabrí mis ojos, mirando a mamá que sacaba mi uniforme y lo colocaba en mi
cama.
- No…- dejó de entre buscar mis zapatos y me miró,
seria.
- ¿Qué?- saqué las cobijas de mi cuerpo y la mire yo
también, con la misma seriedad.
- Mamá, no quiero ir al colegio.
- Tienes que ir, Tom.
- No puedo… no quiero…- bajé la mirada, con los
dientes castañeándome por el frío. Ella se acercó, sentándose a mi lado, sin
decir una palabra por un pequeño minuto.
- Los oficiales nos están ayudando, ¿sí?- puso su
mano en mi pierna. –Debemos tener confianza.
Miré a la ventana,
en silencio, sin respuesta a sus palabras que en realidad no eran más
que eso: palabras que en este momento no
me servían de nada, no quería ni escucharlas.
- No vayas al colegio hoy, ¿bien?- asentí, sin
mirarla. – Hey…- la miré; ella sonreía forzosamente; sus ojos estaban húmedos,
pero ahí estaba su sonrisa, mirándome a los ojos. –Vamos a estar bien.- Asentí.
Ella salió de mi habitación; recargué mi espalda en
la cabecera de mi cama y cerré los ojos, imaginando una realidad distinta. Pero
no la había. Me pregunté “¿Por qué?” en mi interior, y la respuesta no la
encontré ni en el más oscuro recoveco de mi mente.
La tarde se me pasó entera en pensar; en estar con
mi propia compañía en mi habitación; en alegarle a la vida por abrirnos la
puerta de un camino erróneo. En el umbral de la puerta vi a Georg y a Andreas, sonriendo, mirándome
ambos con confusión y felicidad.
- ¿Por qué no han ido a la escuela?- bajé la mirada
sin respuesta; ellos se acercaron a mí, sentándose en mi cama. -¿Qué te pasa,
Tom?
- Ha… ha pasado algo…- dije en un hilo de voz. Ambos
se miraron unos segundos, y después me miraron a mí, en busca de una
explicación. –Bill… han secuestrado a mi hermano…
Omg! O.o Me encantó, se ve realmente interesante. Espero que subas pronto el primer capítulo ^^ Saludos!
ResponderEliminarse ve genial espero el primer capitulo
ResponderEliminarwooooooooo OMG esta super interesante el prologo ya quiero leer el primer cap!!!!! como siempre tus fic's son geniales y hermosas eres la mejor escribiendo soy tu fan 100%..espero que subas pronto...chao cuidate besitos :)
ResponderEliminarWiiii me enccantto el prologgo espero con ansias el primer capitulo! :)
ResponderEliminarcuidatte & un abrazoooo
:3
oooooooooooooooo o_O que geneal esta el prologo por favor sube rapido :Q__
ResponderEliminar.
ResponderEliminar